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DESCRIPCION
El citalopram
es un inhibidor selectivo de la recaptación de la serotonina que
se utiliza para el tratamiento de la depresión. En este sentido,
el citalopram es similar a la fluoxetina, sertralina y paroxetina aunque
su estructura química es diferente de la de los anteriores antidepresivos,
de la de los antidepresivos tricíclicos y de los inhibidores de
la monoaminooxidasa. El citalopram es un inhibidor relativamente débil
del sistema enzimático hepático CYP2D6 por lo que probablemente
interferirá en menor grado en el metabolismo de otros fármacos
que la fluoxetina y que otros inhibidores selectivos de la recaptación
de serotonina que son potentes inhibidores de esta enzima hepática.
Clínicamente, el citalopram es tan efectivo como la sertralina
o la fluoxetina pero, en algunos estudios clínicos comparativos,
ha sido mejor tolerado que la fluoxetina.
Mecanismo
de acción: el citalopram potencia los efectos farmacológicos
de la serotonina en el sistema nervioso central. Como otros inhibidores
selectivos de la recaptación de serotonina, el citalopram no afecta
o afecta muy poco otros neurotransmisores. Aunque el mecanismo completo
del citalopram no ha sido dilucidado, se cree que el fármaco inhibe
la recaptación de la serotonina en la membrana de la neurona. Los
inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina son menos
sedantes, anticolinérgicos y tienen menos efectos cardiovasculares
que los antidepresivos tricíclicos debido a su nula o muy pequeña
actividad sobre los receptores histamínicos, colinérgicos
y adrenérgicos. Tampoco tiene el citalopram ningún efecto
sobre la monoaminooxidasa.
Farmacocinética:
el citalopram se administra por vía oral absorbiéndose
bastante bien en el tracto digestivo con una biodisponibilidad absoluta
de un 80% después de una dosis única. La absorción
del citalopram no es afectada por la presencia de alimento. Las máximas
concentraciones plasmáticas se alcanzan a las 4 horas de la administración
y se consigue una situación de equilibrio ("steady state")
al cabo de una semana, siendo entonces las concentraciones plasmáticas
unas 2.5 veces las observadas después de dosis únicas. En
el rango de dosis terapéuticas, el citalopram muestra una farmacocinética
lineal, siendo las concentraciones proporcionales a las dosis. El citalopram
y sus metabolitos se unen a las proteínas del plasma en un 80%
aproximadamente.
El citalopram
se metaboliza por N-desmetilación sobre todo por las isoenzimas
del citocromo P450 CYP3A4 y CYP2C19, aunque el citalopram nativo es el
producto que predomina en el plasma. Los estudios farmacológicos
han demostrado que el citalopram es entre 8 y 10 veces más potente
que sus metabolitos como inhibidor de la recaptación de serotonina.
Aproximadamente el 30% del citalopram se excreta por vía renal,
siendo la semi-vida de eliminación en los individuos normales de
unas 35 horas.
Los parámetros
farmacocinéticos individuales pueden variar significativamente
entre los ancianos y los pacientes con insuficiencia renal o hepática.
En los pacientes mayores de 65 años, el área bajo la curva
y la semi-vida de eliminación son un 23% y 30% más elevados
que en los pacientes de menor edad. En los pacientes con insuficiencia
renal, el aclaramiento del fármaco se reduce en un 37% y la semi-vida
se dobla, si bien no hay una correlación entre el estado de la
función hepática según la clasificación de
Child-Pugh y la reducción en el aclaramiento. En los pacientes
con una disfunción renal moderada, el aclaramiento renal del citalopram
se reduce en un 17%. No hay datos en pacientes con disfunción renal
grave (ClCr < 20 ml/min). Es poco probable que el citalopram sea eliminado
en la diálisis.
En todos
estos pacientes, debido a la variabilidad de los parámetros farmacocinéticos,
las dosis deben ser ajustadas individualmente.
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INDICACIONES
Y POSOLOGÍA
Para el tratamiento de la depresión:
Administración
oral:
- Adultos:
Inicialmente, 20 mg una vez al día, aumentando posteriormente
la dosis a 40 mg de una vez. Los aumentos en las dosis, de 20 mg cada
vez, se deben hacer a intervalos de al menos una semana, hasta un máximo
de 60 mg una vez al día. Sin embargo, como regla general, no
se recomiendan más de 40 mg por día
- Ancianos:
la dosis recomendada para la mayor parte de estos pacientes es de 20
mg una vez la día. En aquellos pacientes que no respondan las
dosis se pueden aumentar hasta los 40 mg al cabo de una semana.
- Adolescentes
y niños de > 9 años: no hay muchos estudios controlados
en esta población. Sin embargo, algunas evidencias indican que
las dosis entre 10-40 mg/día pueden ser adecuadas.
- Niños
de < 9 años: no se han establecido la eficacia y seguridad de
este fármaco
Tratamiento
de los desórdenes compulsivos-obsesivos:
- Adultos:
inicialmente 20 mg una vez al día, siendo posible aumentar al
cabo de una semana la dosis a 40 mg/día y, si estos no fueran
suficientes hasta los 60 mg/día al cabo de otra semana. Sin embargo,
no se recomiendan dosis mayores de los 40 mg.
- Ancianos:
en la mayor parte de estos pacientes las dosis de 20 mg son las recomendadas
aunque pueden aumentarse a 40 mg en aquellos pacientes que no respondan
- Adolescentes
y niños de más de 9 años: aunque los datos son
limitados en un estudio abierto en 23 pacientes las dosis de 10-40 mg/día
fueron eficaces. Se recomienda iniciar el tratamiento con las dosis
más bajas posibles
- Niños
de < 9 años: no se han establecido la eficacia y seguridad de
este fármaco
Tratamiento
del pánico:
Administración
oral:
- Adultos:
dosis de 20—30 mg una vez al día han demostrado ser más
eficaces que el placebo en el control de ataques de pánico en
pacientes con pánico con o sin agarofobia. Las dosis más
elevadas (40-60 mg/día) no parecen ser más efectivas que
las más bajas
- Ancianos:
para la mayor parte de los pacientes de la tercera edad, las dosis recomendadas
son de 20 mg al día. Estas dosis pueden aumentarse hasta un máximo
de 40 mg/día después de una semana en los pacientes que
no respondan
Tratamiento
adyuvante de la esquizofrenia crónica
Administración
oral:
- Adultos:
en un estudio clínico controlado por placebo, el citalopram en
dosis de 20 mg una vez al día durante una semana, seguida de
40 mg una vez al día fue administrado a pacientes con esquizofrenia
crónica bajo un tratamiento estable con medicación neuroléptica.
Aunque al cabo de 12 semanas no se observaron diferencias significativas
en los síntomas psicopatológicos entre los sujetos tratados
con citalopram y los tratados con placebo, los pacientes tratados con
citalopram mostraron un mejor estado clínico general y un mayor
bienestar subjetivo.
- Ancianos:
la dosis recomendada es de 20 mg una vez al día que pueden incrementarse
hasta 40 mg/día a intervalos de una semana
Tratamiento
de la demencia:
Administración
oral:
- Ancianos:
inicialmente una dosis de 20 mg una vez al día. Después
de dos semanas de tratamiento, las dosis se deben ajustar de acuerdo
con las respuestas. Si esta no fuera satisfactoria y el tratamiento
es bien tolerado se pueden aumentar las dosis a 30 mg una vez al día.
Por el contrario, si el paciente no tolera las dosis de 20 mg/día,
estas se deben reducir a 10 mg/día.
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Para
el tratamiento del síndrome disfórico premenstrual:
Administración
oral:
- Mujeres
adultas: se han utilizado dosis de 10—30 mg una vez al día durante
el ciclo menstrual. Alternativamente, pueden utilizarse las mismas dosis
durante la fase lútea del ciclo (es decir durante los 14 días
anteriores al menstruo)
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Dosis máximas
recomendadas:
- Adultos:
60 mg/día. Sin embargo, por lo general no se recomiendan, dosis
por encima de 40 mg/día
- Ancianos:
40 mg/día
- Adolescentes:
los datos son muy limitados. Se ha sugerido una dosis máxima
de 40 mg/día
- Niños
> 9 años: los datos son muy limitados. Se ha sugerido
una dosis máxima de 40 mg/día
- Niños
de < 9 años: no se han establecido la seguridad y eficacia en
esta población
- Pacientes
con insuficiencia hepática: la dosis recomendada para la mayor
parte de los pacientes con disfunción hepática es de 20
mg una vez al día, aumentando hasta 40 mg/día si la respuesta
no es satisfactoria. La clasificación de Child-Pugh no es un
buen predictor de la insuficiencia hepática para el ajuste de
las dosis de citalopram. Las dosis se deben ajustar individualmente
en función de la tolerancia y la respuesta clínica.
- Pacientes
con insuficiencia renal: si el aclaramiento de creatinina es de 20-70
ml/min, no se requieren reajustes en las dosis. Si el CrCl < 20 ml.
el fabricante recomienda reducir la dosis pero no facilita pautas específicas
de tratamiento.
- Pacientes
bajo hemodiálisis intermitente: el fabricante recomienda precaución
pero no facilita pautas específicas de tratamiento. Es poco probable
que el citalopram sea eliminado por hemodiálisis debido a su
gran volumen de distribución.
CONTRAINDICACIONES
El citalopram
está contraindicado en los pacientes con hipersensibilidad al fármaco
o a cualquier componente de la formulación
Se debe
evitar la discontinuación abrupta del citalopram para prevenir
el desarrollo de un síndrome de retirada.
La posibilidad
de un suicidio o intento de suicidio es inherente a todos los pacientes
con depresión, ya sea esta una depresión primaria, ya sea
una depresión asociada a otro desorden primario como un desorden
obsesivo-compulsivo. Los pacientes con historia de intento de suicidio
deben ser cuidadosamente vigilados al comenzar un tratamiento con citalopram.
Además, las dosis de este fármaco deben ser las más
pequeñas posibles con objeto de evitar una sobredosis del mismo.
El citalopram
está absolutamente contraindicado en los pacientes que se encuentren
bajo tratamiento con inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAOs)
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No se han
evaluado los efectos del citalopram durante la terapia electroconvulsiva |
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Todos los
antidepresivos eficaces pueden transformar una depresión en manía
o hipomanía en algunos pacientes predispuestos. Si un paciente
desarrolla síntomas que sugieran manía, se debe discontinuar
el citalopram e instaurar un tratamiento adecuado de los síntomas
maníacos.
El citalopram
ha demostrado efectos anticonvulsivos en los estudios farmacológicos
en animales, pero no ha sido sistemáticamente evaluado en pacientes
con historia de enfermedades convulsivas. Se recomienda por tanto utilizar
este fármaco con precaución en pacientes epilépticos
o con otros desórdenes convulsivos. En los estudios clínicos,
la administración de citalopram estuvo asociada a convulsiones
en un 0.3% de los los pacientes frente al 0.5% en los pacientes tratados
con placebo.
Aunque no
se observado en los estudios clínicos realizados con el citalopram
anormalidades significativas en los electrocardiogramas, este fármaco
no ha sido sistemáticamente estudiado en pacientes con historia
reciente de infarto de miocardio o de enfermedad cardíaca inestable.
El citalopram
sin metabolizar se excreta en la orina solo en pequeñas cantidades.
Sin embargo, se debe utilizar con precaución en pacientes con grave
disfunción renal (p.ej. CrCl < 20 ml/min) hasta que se disponga
de más datos sobre este tipo de pacientes. No se dispone de información
acerca del uso del citalopram en pacientes con insuficiencia renal crónica
que reciban hemodiálisis.
El citalopram
se debe administrar con precaución en pacientes con enfermedades
hepáticas dado que este fármaco es extensamente metabolizado
en el hígado. En estos pacientes se recomienda una reducción
de las dosis.
En raras
ocasiones, el citalopram puede precipitar un síndrome de secreción
inapropiada de la hormona antidiurética (SIADH) que se presenta
como hiposmolalidad del suero e hiponatremia. La incidencia de este síndrome
en el caso de pacientes tratados con otros inhibidores selectivos de la
recaptación de serotonina es mayor en los ancianos, los pacientes
tratados con diuréticos o los pacientes con una deshidratación
significativa. Se recomienda precaución en estos pacientes si se
tratan con citalopram
No se han
establecido la seguridad y la eficacia del citalopram en niños
y los datos del citalopram en los adolescentes son limitados.
El citalopram
se debe utilizar con precaución durante la lactancia. El fabricante
ha observado algunos casos de somnolencia, falta de apetito y pérdida
de peso en lactantes cuyas madres se encontraban bajo tratamiento con
citalopram. También se ha publicado un caso de un lactante con
alteraciones del sueño. Las concentraciones del fármaco
en la leche eran comparables a las presentadas en el plasma de la madre,
y también se llegaron a cuantificar niveles plasmáticos
en el niño. Los problemas del sueño subsistieron al repartir
las dosis de la madre en dos tomas,y sustituir por biberones dos de las
tomas del lactante. La Academia Americana de Pediatría sugiere
que la administración de inhibidores selectivos de la recaptación
de serotonina podrían ser peligrosos durante la lactancia. Si el
citalopram es imprescindible para la madre, se procurará dar el
pecho a partir de las 4 horas de la administración del fármaco
con objeto de evitar las máximas concentraciones plasmáticas.
Otra posibilidad es cambiar la alimentación del niño pasando
a lactancia artificial.
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El citalopram
se clasifica dentro de la categoría C de riesgo en el embarazo.
En los estudios en animales, el citalopram produjo efectos adversos sobre
el desarrollo embrionario y fetal y el desarrollo post-natal cuando fue
administrado a las dosis más elevadas que se usan en clínica.
En general, los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina,
reducen los receptores serotoninérgicos en la corteza fetal y estos
cambios se mantienen durante un cierto tiempo después del nacimiento.
Algunos estudios epidemiológicos realizados en el hombre en el
caso de la fluoxetina sugieren que el desarrollo cognitivo de los niños
expuestos prenatalmente a los inhibidores selectivos de la recaptación
de serotonina no difieren de los controles. En 267 mujeres que fueron
tratadas durante el embarazo con inhibidores selectivos de la recaptación
de serotonina el número de abortos espontáneos o elegidos
y el número de malformaciones en los neonatos fueron similares
a los controles. También fueron idénticos el peso al nacer
y la edad gestacional. Sin embargo, ninguna de estas mujeres fue tratada
con citalopram y tampoco se han realizado estudios controlados con este
fármaco. Por este motivo, sólo se administrará el
citalopram durante el embarazo si los beneficios para la madre superan
los posibles riesgos para el feto. Se desconocen los efectos del citalopram
sobre el trabajo del parto y el parto.
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El citalopram
no ha mostrado deteriorar la función intelectual ni la actividad
psicomotora en los estudios realizados en voluntarios. Sin embargo, no
deja de ser un psicofármaco y, por lo tanto, ocasionalmente podría
alterar las funciones intelectuales o psicomotoras, por lo que los pacientes
tratados con este fármaco deberán ser advertidos, en particular
si conducen o manejan maquinaria pesada.
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INTERACCIONES
El citalopram
inhibe la isoenzima CYP2D6 del sistema enzimático CYP450, afectando
al metabolismo de un cierto número de fármacos. En consecuencia,
pueden aumentar los niveles plasmáticos de estos y por tanto su
toxicidad. Ningún otro sistema enzimático parece ser afectado,
al menos in vitro, por el citalopram.
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El citalopram
potencia la serotonina al inhibir su recaptación neuronal. Como
la serotonina es desaminada por una monoaminooxidasa de tipo A, la administración
de fármacos que inhiben esta enzima concomitantemente con un inhibidor
selectivo de la recaptación de serotonina puede dar lugar al síndrome
de la serotonina. Este síndrome de caracteriza por confusión,
convulsiones y grave hipertensión. La mayor parte de los inhibidores
de la monoaminooxidasa (p.ej. la furazolidona, el linezolid, la procarbazina
y la tranilcipromina) son inhibidores inespecíficos de esta enzima
y, por lo tanto, no se deben usar al mismo tiempo que los inhibidores
selectivos de la recaptación de la serotonina como el citalopram.
Como regla general no se debe administrar el citalopram con IMAOs. Una
notable excepción es la seleginina, que administrada con el citalopram
no ha mostrado interacciones farmacodinámicas o farmacocinéticas
significativas.
La isoniazida
también posee una cierta actividad IMAO y no se recomienda su administración
conjuntamente con el citalopram. Además, se recomienda dejar pasar
al menos 2 semanas entre la discontinuación de un tratamiento y
el comienzo del otro.
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Pueden producirse
interacciones farmacocinéticas entre el citalopram y los antidepresivos
tricíclicos. Los estudios in vitro sugieren que el citalopram es
un inhibidor relativamente débil de las isoenzimas del citocromo
P450 CYP2D6 y/o CYP3A4 que son las responsables del metabolismo de muchos
de los antidepresivos tricíclicos. La coadministración del
citalopram y de la imipramina no afectó de forma significativa
las concentraciones plasmáticas de ninguno de los dos fármacos.
Sin embargo, la concentración de la desimipramina, el metabolito
más importante de la imipramina aumentó en un 50%. Se desconoce
la significancia clínica de este aumento
Se han comunicado
síntomas de toxicidad cuando se han utilizado conjuntamente citalopram
con otros antidepresivos tricíclicos por lo que se deben reducir
las dosis del antidepresivo tricíclico o evitar su administración
concomitante.
Puede producirse
una interacción entre el citalopram y la fenfluramina o la dexfenfluramina.
Estos fármacos estimulan la liberación de serotonina e inhiben
su recaptación y, por otra parte, son metabolizados por la isoenzima
CYP2D6 que es inhibida por el citalopram. De esta manera, la administración
concomitante de ambos fármacos ocasiona un aumento de la serotonina
que puede traducirse en un síndrome serotoninérgico.
Estos mismos
efectos puede ser producidos por otros fármacos que tienen propiedades
serotoninérgicas como la buspirona,
cocaína, litio, nefazodona y trazodona, venlafaxina, sibutramina,
triptófano y 5-HTP.
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Aunque el
fabricante no ha comunicado ninguna interacción entre el citalopram
y el litio, los pacientes deben ser advertidos de que la combinación
de ambos fármacos pueden ocasionar un aumento excesivo de las reacciones
adversas
A las dosis
terapéuticas, el citalopram afecta el funcionalismo de la enzima
CYP2D6, ocasionando aumentos de las concentraciones de los fármacos
que utilizan la misma vía metabólica incluyendo algunos
agonistas opiáceos (p. ej. la meperidina, la metadona, la morfina
y la oxicodona). Además se reduce la conversión de la codeína
e hidrocodona a sus formas activas respectivas, disminuyendo su eficacia
analgésica.
Se desconoce
el efecto de citalopram sobre el metabolismo de las benzodiazepinas. Sin
embargo, la coadministración de citalopram con benzodiazepinas
como el alprazolam o el diazepam puede ocasionar efectos aditivos en el
sistema nervioso central.
La inhibición
de la isoenzima CYP2D6 puede ocasionar un aumento de las concentraciones
de algunos beta-bloqueantes (p.ej. bisoprolol metoprolol, pindolol, o
propranolol). Así por ejemplo, la administración concomitante
de citalopram y metoprolol, aumenta al doble las concentraciones plasmáticas
de este último, si bien en este caso no se ha encontrado un efecto
clínicamente significativo sobre la presión arterial o la
frecuencia cardíaca. Sin embargo, el aumento de los niveles plasmáticos
de los beta-bloqueantes pueden alterar su cardioselectividad y otros efectos
clínicos.
Por la misma
razón, el citalopram puede aumentar las concentraciones plasmáticas
de algunos antiarrítmicos (encainida, flecainida, mexiletina y
propafenona). Otros fármacos que aumentan sus concentraciones plasmáticas
en presencia de citalopram son algunos antipsicóticos como la clozapina,
el haloperidol, las fenotiazinas, la risperidona y el tiotixeno
El citalopram
es metabolizado por la CYP2C19 y la CYP3A4. Varios fármacos son
capaces de inducir estos isoenzimas, aumentando el metabolismo de citalopram.
Es teóricamente posible que sea necesario aumentar las dosis de
este último en los pacientes tratados crónicamente con fármacos
inductores enzimáticos tales como los barbitúricos, la carbamazepina,
la dexametasona, la fenitoína, la primidona, la rifabutina, la
rifampina y la troglitazona. Sin embargo no hay evidencias clínicas
que soporten estas interacciones teóricas.
En un estudio,
la administración combinada de citalopram y carbamazepina no afectó
de forma significativa la farmacocinética de ninguno de los dos
fármacos
Por el contrario
los fármacos que inhiben las isoenzimas CYP3A4 y CYP2C19 pueden
aumentar teóricamente los niveles plasmáticos de citalopram
y en consecuencia la reacciones adversas y la toxicidad asociadas a altas
concentraciones plasmáticas de este fármaco. Los siguientes
fármacos pueden alterar el metabolismo del citalopram si se administran
concomitantemente: inhibidores de la proteasa anti-retrovírica,
antagonistas del calcio, canabinoides, cimetidina, claritromicina, clotrimazol,
eritromicina, etinilestradiol, fluconazol, fluvastatina, isoniacida, itraconazol,
ketoconazol, metil-prednisolona, metronidazol, modafinil, nefazodona,
norfloxacina, omeprazol, prednisona, quinina, topiramato y zafirlukast.
Así, la administración combinada de cimetidina y citalopram
durante ocho días ocasionó un aumento de la AUC y de la
Cmax del citalopram en un 43% y 39%, respectivamente. La relevancia clínica
de estos hallazgos es desconocida ya que la combinación de ambos
fármacos no mostró efectos secundarios significativos
La ciproheptadina
es un antagonista de la serotonina en el sistema nervioso central siendo
su acción farmacológica la contraria de la de los inhibidores
selectivos de la recaptación de serotonina. Además la ciproheptadina
es metabolizada mediante la enzima CYP2D6, enzima débilmente inhibida
por el citalopram. Probablemente se debe evitar la combinación
de ciproheptadina y citalopram. De igual forma el granisetron, el ondasetron
y la metisergida antagonizan los receptores de la serotonina aunque no
se han comunicado interacciones entre estos fármacos y citalopram.
La combinación
de warfarina y citalopram produjo un pequeño aumento del tiempo
de protrombina sin importancia clínica.
La combinación
del tramadol con los inhibidores selectivos de la recaptación de
serotonina ha estado asociada al desarrollo de un síndrome serotoninérgico.
Algunas publicaciones han reportado casos de convulsiones durante el uso
concomitante de tramadol e inhibidores selectivos de la recaptación
de la serotonina. También se han comunicado casos de síndrome
serotoninérgico cuando el tramadol fue administrado con la paroxetina
y la sertralina.
Los inhibidores
selectivos de la recaptación de serotonina inhiben la formación
del metabolito activo M1 del tramadol al inhibir el sistema enzimático
del citocromo P450 A2D6. Aunque el citalopram es un débil inhibidor
de este sistema enzimático, su administración puede disminuir
la eficacia analgésica del tramadol, y aumentar los niveles plasmáticos
del fármaco nativo que es más serotoninérgico que
su metabolito activo.
La amfetamina
y dexamfetamina estimulan la secreción de serotonina en el sistema
nervioso central y pueden interaccionar con otros fármacos serotoninérgicos
como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina,
la venlafaxina o la nefazodona. Estas interacciones pueden resultar en
un exceso de serotonina y potencialmente en el síndrome de la serotonina.
Si se sospecha un síndrome serotoninérgico se deben retirar
inmediatamente los fármacos sospechosos. Adicionalmente, la actividad
inhibidora de la monoaminooxidasa de las amfetaminas puede ser peligrosa
cuando estas son administradas conjuntamente con el citalopram.
La cevimelina
es metabolizada por las isoenzimas CYP3A4 y CYP2D6 por lo que su administración
concomitante con el citalopram puede aumentar sus concentraciones plasmáticas.
Sin embargo hasta momento no se han documentado interacciones clínicas.
La administración
concomitante de inhibidores de la recaptación de serotonina y agonistas
de los receptores 5-HT1 tales como el sumaptriptán, naratriptán
o rizatriptán ocasiona un aumento de las concentraciones plasmáticas
de los primeros asociado a debilidad, hiperreflexia e incoordinación.
Si fuera preciso un tratamiento simultáneo con citalopram y agonistas
de los receptores de 5HT1, los pacientes deberán ser advertidos
de que puede producirse una interacción y si esto ocurre se deberán
tomar las medidas adecuadas.
Todos los
fármacos con acción central deben ser administrados con
precaución si se añaden a los inhibidores de la recaptación
de la serotonina. En algunos pacientes tratados con citalopram, la administración
de zolpidem ha estado asociada a episodios de desorientación y
alucinaciones, la mayor parte de las veces de corta duración, pero
que ocasionalmente tuvieron una duración de hasta 7 horas. No se
conoce el mecanismo de esta interacción, aunque debe ser de naturaleza
farmacodinámica. En un estudio, el metabolismo del zolpidem fue
inhibido cuando se administró la sertralina crónicamente,
lo que indica que los inhibidores selectivos de la recaptación
de la serotonina pueden también interferir con el zolpidem desde
el punto de vista de su farmacocinética.
La administración
de pentazocina aumenta el riesgo de un síndrome de la serotonina
en los pacientes tratados con citalopram, debiéndose evitar su
administración conjunta o, en todo caso, administrar con precaución.
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La hierba
de San Juan (Hypericum perforatum) puede interferir con los inhibidores
selectivos de la recaptación de serotonina. Se recomienda evitar
su consumo durante un tratamiento con citalopram.
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Los psicofármacos,
incluyendo los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina
pueden interaccionar con las hierbas medicinales Kava kava (Piper
methysticum) y valeriana (Valeriana officinalis).
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Se han documentado
interacciones entre el citalopram y el zumo de pomelo. El zumo de pomelo
contiene una serie de bioflavonoides que son potentes inhibidores de la
isoenzima CYP3A4 y pueden interferir con el metabolismo del citalopram.
No se recomienda el consumo de este zumo durante un tratamiento con el
citalopram.
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REACCIONES
ADVERSAS
Se ha observado
una relación dosis-dependiente entre las dosis de citalopram de
10, 20, 40 y 60 mg en los siguientes efectos secundarios: diaforesis,
somnolencia, fatiga, impotencia e insomnio. En un total de 1063 pacientes
con depresión que fueron tratados con citalopram en dosis de 10
a 80 mg/día en una serie de estudios clínicos controlados
por placebo durante 6 semanas, el 16% tuvo que ser retirado del tratamiento
debido a los efectos secundarios en comparación con el 8% de los
que recibieron el placebo.
Las siguientes
reacciones adversas ocasionaron la discontinuación del tratamiento
con citalopram en una proporción doble de la del tratamiento con
placebo, afectando al 1-4% de los pacientes: agitación, astenia,
mareos, somnolencia, insomnio, náusea/vómitos y xerostomía
Las siguientes
reacciones adversas tuvieron lugar en > 2% de los pacientes
tratados con citalopram con una mayor incidencia que los pacientes tratados
con placebo: dolor abdominal (3% vs. 1%), agitación (3% vs. 1%),
anorexia (4% vs. 2%), ansiedad (4% vs. 3%), artralgia (2% vs. 1%), diaforesis
(11% vs. 9%), diarrea (8% vs. 5%), somnolencia (18% vs. 10%), dismenorrea
(3% vs. 2%), dispepsia (5% vs. 4%), disfunción en la eyaculación
(6% vs. 1%), fatiga (5% vs. 3%), fiebre (2% vs. <1%), impotencia (3% vs.
<1%), insomnio (15% vs. 14%), disminución de la líbido (2%
vs. <1%), mialgia (2% vs. 1%), náusea/vómito (21% vs. 14%
y 4% vs. 3%), rinitis (5% vs. 3%), sinusitis (3% vs. <1%), tremor (8%
vs. 6%), infecciones del tracto respiratorio superior (5% vs. 4%) y xerostomía
(20% vs. 14%).
Otras reacciones
adversas detectadas en 4422 pacientes que fueron tratados en los estudios
clínicos realizados con este fármacos con una incidencia
de > 1% fueron: amenorrea, amnesia, apatía, aumento del apetito,
visión borrosa, alteraciones cognitivas, confusión, tos,
depresión, flatulencia, hipotensión, cefaleas migrañosas,
parestesias, poliuria, prurito, rash maculopapular, salivación,
ideas de suicidio, taquicardia sinusal, disgeusia, y ganancia o pérdida
de peso.
Aunque la
disfunción sexual forma parte a menudo de la depresión y
de otros desórdenes psiquiátricos, existen una evidencia
creciente de que los inhibidores selectivos de la recaptación de
la serotonina inducen efectos secundarios de tipo sexual. Según
el fabricante, una vez comercializado el citalopram la incidencia de efectos
adversos de índole sexual es mayor que el que se apreció
en los estudios clínicos y, de hecho, muchos clínicos sugieren
que pueden ser afectados por estos síntomas hasta el 90% de los
pacientes. Se recomienda que se discutan e investiguen estos efectos con
los pacientes.
Aunque el
citalopram es un fármaco de larga duración puede producirse
un síndrome de retirada si la medicación se discontinua
de forma abrupta, pudiendo aparecer síntomas como fatiga, dolor
abdominal, náusea, temblores y escalofríos, diaforesis e
incoordinación. Los síntomas de la retirada del citalopram
aparecen a los 1-3 días y remiten al cabo de 1 a 2 semanas. Aunque
este síndrome es bastante infrecuente (se han comunicado sólo
3 casos entre más de 8 millones de pacientes tratados con citalopram)
se recomienda que las dosis se vayan reduciendo progresivamente hasta
la total discontinuación del fármaco.
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PRESENTACION
- SEROPRAM
Lundbeck España)
- PRISDAL
ALMIRALL-PRODESFARMA
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REFERENCIAS
- Ekselius L, von
Knorring L, Eberhard G. A double-blind multicenter trial comparing sertraline
and citalopram in patients with major depression treated in general
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pharmacokinetics and pharmacodynamics of racemic warfarin. Br J Clin
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Monografía
revisada el 22 de Junio de 2011.Equipo de redacción de IQB (Centro colaborador de La Administración Nacional de Medicamentos, alimentos y Tecnología Médica -ANMAT - Argentina).
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