TERAPIA ELECTROCONVULSIVA [PQ:94.27]
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La terapia electroconvulsiva (TEC) es un procedimiento ampliamente utilizado en la psiquiatría moderna como tratamiento de diversas enfermedades psiquiátricas. La terapia electroconvulsiva fue descubierta por los italianos Cerletti y Binni en 1938, introduciendo la corriente eléctrica como medio convulsionante más manejable y menos peligroso. Su mecanismo de acción no ha podido ser aclarado, existiendo en la actualidad gran número de hipótesis. El hecho cierto, admitido por todos los autores, es que su eficacia depende de la producción de crisis convulsivas generalizadas. Muchos pacientes han mejorado o aliviado su enfermedad o, incluso, su trastorno ha remitido con esta terapéutica. Los estudios retrospectivos señalan que el porcentaje de éxito de la TEC en la depresión endógena es de cerca del 80%, siendo sus efectos ya visibles desde la primera semana. Además, los resultados obtenidos en varios miles de pacientes indican que la terapia electroconvulsiva es más eficaz que los tratamientos farmacológicos. Sin embargo, debido al miedo que este tipo de terapia suele producir en el paciente y sus familiares, muchos enfermos mentales resistentes a otros tratamientos no han sido tratados con TEC a pesar de su alto grado de seguridad y predictibilidad. En efecto, la TEC tiene la particularidad de combinar dos componentes muy desagradables: una descarga eléctrica en el cerebro y como consecuencia un episodio convulsivo. Adicionalmente la idea de que la TEC "quema el cerebro", dejando en el sujeto trastornos cognitivos severos, y obviamente permanentes, es una creencia casi universal aunque errónea. El tratamiento se realiza bajo un breve control anestésico, con miorrelajación, ventilación artificial y mediante uso de la estimulación eléctrica con aparatos computarizados modulares que monitorizan electroencefalográficamente la ligera convulsión inducida por una onda de pulsos breves (*) De esta manera se ha logrado precisar una mínima intensidad en la estimulación eléctrica con una disminución de los efectos secundarios cognitivos y una reducción drástica de las complicaciones asociadas al tratamiento. La TEC se administra en series, en los cuales el número de tratamiento los fija el psiquiatra; generalmente el número de sesiones por semana oscila entre 2 ó 3 y su aplicación se hace preferentemente en las primeras horas de la mañana. Puede ser monolateral o bilateral según que los electrodos se sitúen en ambas zonas frontotemporales o en el hemisferio no dominante.
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Las indicaciones de la terapia electroconvulsiva son la depresión en particular las formas psicóticas o melancólicas, los cuadros catatónicos, la ideación suicida con intentos de suicidio,la manía y la esquizofrenia. También se ha utilizado en el tratamiento del síndrome neuroléptico maligno.
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La Asociación Americana de Psiquiatría señala que no hay contraindicaciones absolutas a la terapia electroconvulsiva si bien se deben tomar precauciones especiales en los pacientes con la presión intracraneal aumentada, en pacientes que hayan padecido un infarto agudo de miocardio o cerebral reciente (3 meses antes) y en el feocromocitoma. Se debe utilizar con precaución en casos de historia previa de hemorragia intracraneal, aneurisma aórtico o cerebral, infección respiratoria aguda, osteoporosis grave e hipertensión arterial severa. En todos los casos la indicación para el tratamiento debe basarse en una cuidadosa valoración del grado de riesgo o del riesgo sustancial que comporte la intervención y el cociente riesgo/beneficio en función de la enfermedad existente. La situación del paciente (sobre todo la gravedad y duración de su proceso), la amenaza para la vida que represente el trastorno, la respuesta a otras terapias o a TEC previamente y los efectos adversos o contraindicaciones de otros tratamientos. Los efectos secundarios de la terapia electroconvulsiva con poco frecuentes. El más destacado es la presencia de un período de confusión inmediatamente después de las convulsiones, con alteración de la memoria o cefaleas de breve duración, o mialgias. La normalización de la función cognitiva tras TEC oscila entre 24 horas y 7 días, aunque se han descrito déficits de memorización hasta 6 meses después de la TEC, pudiendo quedar ocasionalmente una amnesia permanente que abarca los meses inmediatamente precedentes, inmediatos y posteriores al curso de la TEC Otro efecto adverso puede ser la aparición, durante el tratamiento, de cuadros hipomaníacos que requieren un diagnóstico diferencial entre una euforia orgánica y una manía emergente en pacientes con procesos afectivos. |
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Monografía creada el 24 de Noviembre de 2014. Equipo de redacción de IQB |
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REFERENCIAS
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