EL UKPDS

PREGUNTA Nº 8. ¿Está contraindicado un estrecho control en algún tipo de paciente con diabetes de tipo II?

Los pacientes con diabetes de tipo II se diagnostican usualmente cuando tienen una edad en la que son frecuentes otras condiciones mórbidas. Enfermedades concurrentes como la hipertensión o dislipidemia pueden hacer que tanto el paciente como el médico traten con más énfasis un problema u otro. Sin embargo, en la mayor parte de los casos, esto no debe ocurrir y los resultados del estudio UKPDS demuestran que al menos la diabetes y la hipertensión deben ser tratadas con el mismo cuidado si se quiere reducir el riesgo de complicaciones cardiovasculares.

Los diabéticos de tipo II más ancianos tienen una menor esperanza de vida en virtud de su edad y del riesgo o de la presencia de alguna enfermedad cardiovascular. Se ha argumentado, por tanto, que los beneficios de un control glucémico intensivo pueden ser inútiles por la aparición de problemas originados por otras condiciones. Sin embargo, dado que los pacientes que fueron reclutados para el estudio UKPDS entraron en el mismo con la misma edad a la que se suelen diagnosticar los pacientes con diabetes de tipo II en todo el mundo, queda claro de los resultados del estudio que un enérgico tratamiento de ambas condiciones en el momento del diagnóstico es beneficioso para prevenir las complicaciones de la diabetes. Además, el estudio UKPDS confirmó que una proporción importante de los pacientes recién diagnosticados (~50%) ya mostraba alguna evidencia de complicaciones diabéticas, lo que apoya aún más la importancia de un tratamiento agresivo desde el primer momento.

Finalmente, hay que observar que la insuficiencia renal es un problema más común en otros países que en el Reino Unido, quizás por la ausencia de algunas minorías que desarrollan diabetes a una edad más temprana, quizás porque mantienen un peor control de la glucemia o quizás por algún tipo de susceptibilidad genética. Sin embargo, dado que el estudio UKPDS llegó a la conclusión de que se podía reducir el riesgo y la progresión de la nefropatía, queda claro que sus resultados son particularmente importantes en la prevención de la enfermedad renal en poblaciones de mayor riesgo por cualquier otra causa.