INTRODUCCION
Después
del cáncer de mama, de pulmón y de próstata, el cáncer
de colon y del recto (cáncer colorectal) es mas común en
los países occidentales. Además, la incidencia del mismo
va en aumento no solo en estos países, sino también en paises
en los que era baja la mortalidad por este cáncer antes de 1950.
Sin embargo, todavía existen notables diferencias entre las poblaciones
más propensas (los emigrantes japoneses en Hawai con una incidencia
de 35 casos/100.000 habitantes) y los que son menos susceptibles a este
cáncer (los Kuwaities e Indios con 0.8-1.8 casos/100.000 habitantes).
España ocupa un lugar intermedio, con una incidencia de 8-12 casos/100.000
habitantes e Italia tiene unos 18-22 casos/100.000 habitantes
FACTORES
DE RIESGO
Las diferencias
interregionales en la incidencia del cáncer colorectal y sobre
todo las diferencias que se observan entre comunidades próximas
geográficamente pero con estilos de vida diferente, sugieren que
el medio ambiente juega un papel muy importante en el desarrollo de esta
enfermedad. Tanto estudios epidemiológicos como en animales de
laboratorio han evidenciado una relación directa entre algunos
componentes de la dieta y el cáncer colorectal.
Así,
las dietas que contienen grandes proporciones de grasas predisponen al
desarrollo del cáncer colorectal, especialmente en el colon descendente
y en el colon sigmoide. En los países con altas tasas de cáncer
colorectal, las grasas constituyen el 40-45% de las calorias de la dieta,
mientras que en los paises con tasas bajas, solo el 10-15% de las calorias
son aportadas en forma de grasa. Desgraciadamente, la mayor parte de los
estudios epidemiológicos no discriminan entre los diferentes tipos
de grasa, aunque algunos datos parecen indicar que los aceites poliinsaturados
de pescado (ricos en omega-3) y el aceite de oliva no promueven tumores
en el grado en el que lo hacen otras grasas poliinsaturadas.
Otros factores
de riesgo cuya intervención en el desarrollo del cáncer
de colon ha sido postulada son:
Fecapentaenos:
los fecapentaenos son unas sustancias altamente insaturadas producidas
por la microflora intestinal con una potente actividad mutagénica.
Estas sustancias son mutágenas en los tests de Ames de la Salmonella
y otros tests con células de mamífero y se ha establecido
una correlación entre los niveles de fecapentaenos en las heces
y la incidencia de pólipos y tumores colónicos. Los niveles
intraluminales de fecapentaenos son reducidos por las vitaminas C y E
y por la fibra de la dieta
Productos
de pirrólisis: la carne y el pescado "a la brasa" y,
en menor grado, las frituras contienen productos de degradación
como el benzo[a]pireno y algunas aminas heterocíclicas que son
altamente mutagénicas. Se ha establecido una correlación
entre el consumo de carnes a la parrilla y la incidencia de cáncer
colorectal
Ácidos
biliares: la presencia de ácidos biliares como el ácido
cólico o el desoxicólico está directamente relacionada
con la ingesta de grasas. Las bacterias colónicas convierten estos
a ácidos biliares secundarios potencialmente tóxicos. Aunque
se sabe poco sobre estos, se ha comprobado que lesionan la mucosa colónica
e incrementan la actividad proliferativa del epitelio. Además,
los ácidos biliares pueden inducir la liberación de araquidonato
y la conversión de este a prostaglandinas en la mucosa con el correspondiente
aumento de la proliferación celular. Se ha sugerido que algunos
anti-inflamatorios no esteroídicos, en particular los inhibidores
de COX-2 podrían actuar sobre este mecanismo.
pH fecal:
los medios alcalinos soportan una mayor concentración de ácidos
biliares y otros carcinógenos. Además, los ácidos
biliares son más solubles y, por lo tanto, capaces de producir
mayor daño. Algunos estudios epidemiológicos evidencian
una mayor incidencia de cáncer de colon en los sujetos con un pH
fecal más elevado.
Alcohol:
algunos autores han comunicado que el consumo diario de alcohol está
asociado a un rieso casi dos veces mayor de cáncer de colon siendo
la correlación mayor para los tumores más distales
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