LEUCOPLASIA ORAL [ICD-10: K13.2] |
La leucoplasia se define como una mancha o placa de color blanco, que aparece en la lengua o en las mucosas de la boca, que no puede ser raspada o desprendida y que no puede ser atribuida clínica o patológicamente a ninguna otra enfermedad. La trascendencia de esta lesión estriba en su relativamente alta incidencia y de que es considerada como una lesión precancerosa que, en un 5% de los casos, evoluciona a una carcinoma epidermoide. Desde el punto de vista clínico, la leucoplasia se clasifica en:
Algunos autores incluyen como cuarto grupo la leucoplasia verrucosa, proliferativa y agresiva (*) muy rara, con riesgo elevado de transformación maligna y que suele considerarse como un estadio avanzado de la leucoplasia homogénea. La leucoplasia homogénea es una lesión uniformemente blanca, de consistencia firme, de poco espesor y de superficie lisa o rugosa (*). La leucoplasia nodular es una lesión sobreelevada con bordes no homogéneos que se presenta con pequeñas elevaciones blancas y rojas redondeadas de la mucosa que el dan un aspecto granular. También es denominada leucoplasia moteada. La eritroleucoplasia se caracteriza por estar rodeada de áreas eritematosas, a veces con erosiones. Finalmente, la leucoplasia verrucosa proliferativa, descrita por primera vez en 1984 es una lesión exofítica, persistente, verrucosa y clínicamente agresiva y resistente a los tratamientos (*) Etiopatología Las leucoplasias de pueden clasificar en inducidas por factores externos e idiopáticas. El tabaco es una de causas principales de esta enfermedad, siendo las leucoplasias por tabaco entre 6 y 10 veces más frecuentes que las producidas por otras causas. Otros factores que han sido considerados como factores inductores de la leucoplasia son el consumo excesivo de alcohol, alimentación inadecuada con deficiencias vitamínicas o de minerales, malos hábitos de tipo compulsivo (mordisquearse partes de la boca), pobre higiene bucal y prótesis mal ajustadas o por la existencia de ángulos agudos de las coronas y empastes. El Viodent (un colutorio a base de un principio activo de la Sanguinaria canadensis) ha sido implicado en el desarrollo de leucoplasias. Muchos autores consideran algunas enfermedades infecciosas (infecciones por Candida, sífilis, infecciones por el virus del papiloma humano (HPV) como factores etiopatogénicos de las leucoplasias.
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El color blanco de la leucoplasias se debe a un engrosamiento de las capas de keratinocitos o de células espinosas que toman un color blanco al humedecerse. Histológicamente, la mayor parte de las biopsias muestran hiperkeratosis benigna, acantosis e inflamación crónica. Aproximadamente, el 20% de los casos muestran una displasia que puede variar entre leve y moderada. La tendencia de las lesiones a convertirse en malignas se puede investigar por varios métodos, incluyendo la determinación de los índices mitótico, apoptótico y de la Ki67, así como la expresión de los protooncogenes p53 y Bcl2 y Bax (*) Desde el punto de vista clínico, el diagnóstico de leucoplasia se lleva a cabo por exclusión de otras enfermedades que producen lesiones parecidas (*).
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Tratamiento (*) Eliminación de los factores de riesgo: la discontinuación del tabaco ocasiona hasta el 50% de regresiones de la leucoplasia en las que el tabaco es el factor etiológico. Ácido retinoico: el ácido retinoico, la vitamina A y otros retinoides sintéticos constituyen una opción de tratamiento, aunque sólo se consiguen remisiones en un 40-60% de los casos. La tretinoína se ha administrado en dosis de 1 mg/kg/día por vía oral durante 2 a 3 meses o, como alternativa, tópicamente en solución o crema al 0.05%. Sin embargo, al discontinuar el tratamiento suele producirse una recurrencia de las lesiones. Terapia fotodinámica: la terapia fotodinámica ha sido introducida recientemente en el tratamiento de los cánceres orales y de la leucoplasia. Este tipo de tratamiento está fundamentado en la observación de Sutro en 1933 en cánceres de mama de que los tejidos cancerosos iluminados con la lámpara de Wood emitían una luz roja, mientras que los tejidos normales lo hacían de color verde. Aunque las bases bioquímicas de este fenómeno sólo se conocen parcialmente, se ha comprobado que los tejidos neoplásicos o displásicos muestran una reducción de la fluorescencia especialmente en la región verde del espectro, mientras que apenas es afectada la luz roja. La terapia fotodinámica se basa en la administración de un agente fotosensibilizante que hace que la irradiación sea selectiva hacia los tejidos en los que se acumula este. La luz produce especies reactivas de oxígeno y otros radicales libres que destruyen el DNA, las proteínas estructurales y los fosfolípidos. Se han publicado varios estudios sobre la terapia fotodinámica en el tratamiento de la leucoplasia empleando como agente sensibilizante el ácido d-aminolevulínico (un precursor del heme) aplicado localmente en el lugar de la lesión y un láser de argón a 635 nm. En algunos estudios, el porcentaje de remisiones llegó hasta el 80%. Aunque el número de estudios clínicos con la terapia fotodinámica es limitado, los resultados parecen indicar que este tratamiento puede ser superior a otros, siendo además bien tolerado (sólo el 30% de los pacientes experimentan dolor durante el tratamiento) Cirugía ablativa: la eliminación de la leucoplasia oral puede llevarse a cabo por excisión quirúrgica. Los láseres de dióxido de carbono o Nd:YAG presentan la ventaja de la rapidez, las hemorragias restringidas, la eliminación de la lesión a profundidad constante, la baja morbilidad y la reducida contracción cicatricial. Para la eliminación de la leucoplasia verrucosa proliferativa se prefiere la excisión quirúrgica debido a que en este tipo de leucoplasia es mayor la recurrencia cuando se utiliza el láser. La criocirugía también ha sido también utilizada, aunque se utiliza cada vez menos debido a un posible agravamiento de la displasia y a la imposibilidad de obtener muestras para las biopsias. Después
de la eliminación los pacientes deben ser vigilados a intervalos
de 3 a 6 meses. La recurrencia oscila entre el 20-35% después
de la excisión quirúrgica y entre el 9-22% después
de la excisión de láser. Muy frecuentemente, las lesiones
recurrentes se encuentran en las áreas adyacentes a la lesión
primaria. En todos los casos, sólo se considera que la curación
ha sido completa si no se observa ninguna recurrencia en los 3 años
siguientes al tratamiento. |
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La leucoplasia oral pilosa [ICD-10: K13.2] ha sido asociada al virus de Epstein-Barr. Casi todos los casos conocidos implican pacientes con SIDA, pero esta enfermedad también puede afectar a pacientes inmunodeprimidos o trasplantados. Se presenta como un aumento de los pliegues verticales normales de los bordes laterales de la lengua con elongación de las papilas (*). La condición es asintomática a menos de que se produzca una superinfección con Cándida albicans, en cuyo caso se observa dolor y quemazón. El aspecto característico y la localización de la lesión facilitan el diagnóstico, si bien la biopsia permite descartar otras condiciones displásicas o neoplásicas. En general
estas lesiones no requieren tratamiento a menos que el paciente lo pida
por motivos estéticos en cuyo caso se recurre a la excisión
quirúrgica. En la mayoría de los casos la lesión
recurre. En algunos pacientes se ha aplicado con un cierto éxito
una solución de resina de podophyllum. |
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REFERENCIAS
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Monografía revisada el 4 de Enero de 2012. Equipo de redacción de IQB | ||
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