PRURITO ANAL [ICD-10: B76.9]
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El prurito anal es la causa más frecuente de las visitas al proctólogo, por delante del sangrado, del dolor, del enrojecimiento y otras razones. Como en otros tipos de prurito, el prurito anal se clasifica como agudo y crónico por su lado, y según la enfermedad subyacente (prurito secundario a eczema anal, o dermatitis alérgica o de contacto) por otro. Los pacientes obesos y los que presentan un ano tunelizado tienen un riesgo mayor de padecer prurito anal debido a la continua exposición al sudor y la humedad. El calor y la postura al sentarse pueden exacerbar el problema. También se ha implicado una reacción local al contacto con las heces, especialmente las de consistencia blanda que contienen una mayor cantidad de sustancias blandas. Las heces en contacto con la piel perianal pueden producir irritación debido al reblandecimiento de la piel ocasionada por un exceso de humedad que se vuelve más sensible a las sustancias excretadas por las bacterias. El comezón o picor, produce el rascado, que lesiona la piel e incrementa su reblandecimiento. Al perder la piel su integridad, se inicia un círculo vicioso picor-rascado-lesion-picor que es difícil romper pudiendo llegarse a una severa dermatitis perianal con sus correspondientes complicaciones, todas ellas acompañadas de prurito Aunque
el muchas ocasiones las infecciones por hongos son las causantes del
prurito anal, en un 25% de los casos, el prurito se debe a un eczema
atópico especialmente en aquellos pacientes propensos a las dermatitis
atópicas. El consumo de ciertos alimentos como los cítricos
o los picantes pueden agravar el prurito, probablemte debido a los ácidos
de los primeros y a la capsaicina de los segundos. Algunas bebidas,
como el café, reblandecen las heces y agravan la comezón.
En los pacientes con hemorroides, la contaminación de las mismas
con materias fecales pueden también ser la causa de un agravamiento
del prurito. Algunos autores estiman que puede haber una cierta propensión
hereditaria a padecer este tipo de prurito, si bien este aspecto no
ha sido suficientemente explorado |
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DIAGNOSTICO DIFERENCIAL El prurito anal puede presentarse como una manifestación importante de otras enfermedades dermatológicas o sistémicas. En cualquier casp, el prurito crónico induce al rascada y arañado, con lesiones secundarias como erosiones, costras hiper- o hipopigmentación y liquenificación. Debe considerarse el diagnóstico diferencial (*) con objeto de clarificar los picores anales TRATAMIENTO En primer lugar hay que identificar y tratar las enfermedades subyacentes. Una vez descartadas estas, se deben tomar medidas generales y específicas. Las medidas generales consisten en tratar de eliminar las causas de la humedad en la región anal y fomentar unos hábitos de higiene adecuados con objeto de reducir la sudoración. Deben evitarse prendas ajustadas que impiden la circulación del aire siendo preferible la ropa interior de algodón. Durante la menstruación son preferibles los tampones a las compresas. Los pacientes deben evitar el limpiarse excesivamente con papel higiénico siendo preferible el lavado con agua y jabón después de una primera limpieza, En esta región anal son útiles tratamientos tópicos con antipruriticos (lociones o cremas con mentol, urea o polidecanol. También son útiles los geles a base de alcanfor, la crema con capsaicina al 0.025% o los agonistas canabinoides. En ocasiones, cuando hay que reducir la inflamación, pueden ser útiles los corticoides, pero estos no están indicados en tratamientos crónicos. Los tratamientos
sistémicos consisten en antihistaminas, antagonistas de los receptores
opioides como la naltrexona y la sedación a la hora de acostarse
con objeto de evitar el rascado nocturno |
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Como en otros pruritos, en el prurito anal están implicados los receptores TPR, lo que justifica el uso empírico de agonistas de estos receptores tales como el mentol, el alcanfor y la capsaicina | ||
REFERENCIAS
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Monografía creada el 1 de septiembre 2010. Equipo de Redacción de IQB | ||
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