FISIOTERAPIA DE LA HEMOFILIA

HEMOFILIA

 

 

EJERCICIOS SUGERIDOS PARA LAS ARTICULACIONES

Los ejercicios de esta sección se centran en las articulaciones de rodilla, tobillo y codo. Para cada articulación se han elegido ejercicios que ayudarán a mejorar o conservar el rango de moción, la fortaleza muscular y la propiocepción.
Los ejercicios evolucionan de niveles más sencillos a más difíciles. Algunos pueden iniciarse poco tiempo después de una hemorragia, mientras que otros son más avanzados. No es necesaria la progresión a través de todos los niveles de ejercicios para el rango de moción antes de iniciar ejercicios de fortalecimiento. De hecho, hay mucha superposición en estas áreas, y en la mayoría de los programas se incluirán ejercicios tanto de rango de moción como de fortalecimiento y propiocepción.

Ejercicios para la rodilla

La rodilla es la articulación generalmente más afectada por hemorragias hemofílicas. Dado que es tanto una articulación tipo bisagra como una articulación portadora de peso, la articulación patelofemoral está sujeta a muchas tensiones durante el transcurso del día. La extensión de la rodilla puede perderse fácilmente debido a una inhibición del reflejo del músculo cuadriceps y al uso excesivo o espasmo de los músculos posteriores del muslo. Las hemorragias repetidas provocan el engrosamiento de la sinovial, lo que puede limitar aún más la extensión de la rodilla


Ejercicio 1

RANGO DE MOCION

Nivel 1

Este ejercicio puede iniciarse tan pronto haya cesado la hemorragia.

  • Inicio: Sentarse con las piernas extendidas (o acostarse de espaldas).
  • Ejercicio: Flexionar la cadera y la rodilla, y deslizar el talón hacia el cuerpo. Enseguida extender la rodilla deslizando el talón lejos del cuerpo. Repetir varias veces.
  • Objetivo: Tratar de colocar la corva de la rodilla tan cerca de la superficie como sea posible. También tratar de flexionar la rodilla tanto como pueda flexionarse la otra rodilla.
ejercicio02

Nivel 2

  • Inicio: Sentarse en una silla. De ser necesario, apoyar el peso de la pierna afectada sobre la otra pierna.
  • Ejercicio: Permitir que la rodilla se flexione hasta donde resulte cómodo, luego extender la pierna tan lejos como sea posible.
  • Objetivo: Tratar de flexionar un poco más cada vez.

Nivel 3

Nota: si la persona tiene dificultad para acostarse boca abajo, puede colocarse una almohada bajo la cintura, de modo que su cadera se encuentre más cómoda, o un cojín debajo del muslo para disminuir la presión sobre la rótula de la rodilla.

  • Inicio: Acostarse boca abajo.
  • Ejercicio: Flexionar la rodilla y tratar de que el talón toque las nalgas. En caso necesario, ayudarse con la otra pierna. Enseguida, extender la pierna tanto como sea posible.
  • Objetivo: Flexionar la rodilla tanto como ésta podía flexionarse antes de la hemorragia.
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