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El
calamar (y su pariente cercano, la sepia) es muy apreciado en cocinas
tan distintas como la japonesa , la italiana, o la española .
En su cocción es importante cocinarlos brevemente porque su carne
se endurece con un exceso de cocción. Las presentaciones más
populares son relleno y cortado en anillo y frito. También se
utiliza como acompañamiento en ensaladas, paellas, sopas de pescado,
etc
Es importante destacar
que los calamares tienen un elevado contenido en colesterol, por lo
que los pacientes con dislipidemias deberán consumir este cefalópodo
con precaución
ALERGIA A LOS CALAMARES
La alergia a los moluscos
(incluyendo los calamares y las sepias) es relativamente frecuente y
pueda estar asociada a una grave sintomatología como es el shock
anafiláctico. Los síntomas pueden aparecer poco después
de la ingestión de una pequeña cantidad del molusco. No
se debe confundir la alergia a estos cefalópodos con la reacción
histaminérgica que se desarrolla despues de comerlos en malas
condiciones
La alergia a los moluscos
y al pescado en general es producida por un proteína alergénica,
la parvalbumina (también llamada Gad c 1), presente en los músculos
de casi todos los peces, mariscos y moluscos, por lo que la persona
alérgica a una especie de pescado será alérgica
también a los calamares y a las sepias. La parvalbúmina
resiste la cocción, por lo que los pacientes con alergia al pescado
no pueden consumir éste en ninguna de sus presentaciones. Aunque
no existe una relación directa entre la alergia al pescado y
la alergia al marisco, muchas personas son alérgicos a ambos
tipos de alimento.
Las reacciones alérgicas
a los calamares pueden ser graves, incluso fatales. La intensidad de
los síntomas depende la sensibilidad del paciente y de la cantidad
de alimento ingerida. Se han descrito casos de reacciones alérgicas
después de dosis tan pequeñas como 5 mg. Uno de los primeros
síntomas es el picor de boca y garganta que aparecen a los pocos
minutos de la ingestión del pescado, seguido de otras reacciones
alérgicas tales como naúseas y vomitos, dolor de estómago,
diarrea, urticaria, angioedema, asma y, ocasionalmente shoks alérgicos
que pueden ser fatales.
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