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Metástasis
Oseas
El mieloma
múltiple y el cáncer de mama, próstata y pulmón
ocasionan la mayoría de las metástasis óseas. Los
sitios más comunes de localización de las metástasis
óseas son las vértebras, pelvis, fémur y cráneo.
La metástasis en las extremidades son poco frecuentes (Malawer
and Delaney, 1989). El síntoma más frecuente es el dolor,
aunque el 25% de los pacientes con metástasis ósea no
presentan síntomas (Wagner, 1984). El dolor puede resultar del
compromiso tumoral del hueso con la activación de nociceptores
locales o de la compresión de los nervios adyacentes, estructuras
vasculares y tejidos blandos. Debido a que los pacientes presentan múltiples
sitios de metástasis óseas, es frecuente encontrar diferentes
áreas de dolor. El dolor generalmente se describe como sordo
y continuo, con frecuencia se localiza en el área de la metástasis
y aumenta con el movimiento. Las metástasis de la columna pueden
afectar las raíces nerviosas y ocasionar dolor radicular. Los
pacientes con metástasis en la base del cráneo pueden
quejarse de cefalea, cefalea inducida por el movimiento; dolor facial,
cervical y en los hombros (Greenberg, Deck, Vikram, et al., 1981). Además
del dolor y la inmovilidad, las complicaciones de las metástasis
óseas incluyen fracturas, hipercalcemia y compresión de
la médula espinal. Las fracturas patológicas se presentan
con más frecuencia en cáncer del seno, pulmón,
riñón, tiroides y en mieloma múltiple, generalmente
ocurren en fémur proximal o el húmero (Oda and Schurman,
1983). La hipercalcemia es más frecuente en cáncer del
seno, pulmón, riñón y en mieloma múltiple.
El diagnóstico
de metástasis óseas se confirma radiográficamente
y excepcionalmente con biopsia. La escintigrafía ósea
y la resonancia magnética (RNM) son las técnicas más
sensibles para detectar metástasis óseas y con frecuencia
muestran anormalidades antes que se puedan detectar mediante radiografía
corriente. La radiografía corriente muestra lesiones líticas,
blásticas o combinadas que se distinguen fácilmente de
las resultantes por causas no metastásicas (Wilner, 1982). Sin
embargo, la radiografía corriente y la cintigrafía ósea
pueden resultar negativas durante estadios tempranos del mieloma múltiple,
en algunos casos de metástasis ósea y en estructuras
óseas previamente irradiadas (Kelly and Payne, 1991). La resonancia
magnética (RNM) puede ser útil en los casos que se sospecha
compromiso óseo.
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