Las manifestaciones cutáneas de la inmunodeficiencia hereditaria infantil también son numerosas. La más frecuente es la eritrodermia que puede desarrollarse en las siguientes circunstancias:
A partir de una dermatitis atópica (eczematosa) común, seborreica o debida al síndrome de Wiskott-Aldrich
A partir de un rash morbiliforme, como en el caso del síndrome de Di George
Como manifestación de una enfermedad primaria (Enfermedad de Leiner y síndrome de Omenn)