Se conocen otros defectos de la elastina además de la ametodermia. Algunos defectos endocrinos pueden producir cambios del tejido conjuntivo que resultan en una pérdida de la elasticidad de la piel localizada.

Más parecidas a la anetodermia son las estrías del embarazo, de la pubertad o de la enfermedad de Cushing. También se conocen casos de laxitud localizada de los párpados después de una dermatitis crónica o recurrente en esta zona, y la laxitud idiopática de los párpados puede ir asociada al síndrome de Ascher o formar parte del proceso de envejecimiento.

La penicilinamina es el único fármaco conocido que produce anetodermia. Se cree que este efecto se debe a una interferencia de la penicilamina con la lisil-oxidasa, una enzima dependiente de cobre que es esencial para la fabricación de las fibras de elastina.

El deterioro difuso de los tejidos eslásticos, congénito o adquirido se denomina cutis laxa y, a veces, se solapa con el anetoderma