PROBLEMAS DE LOS PIES
Introducción
Las
personas con diabetes tienen un riesgo significativamente mayor de
amputaciones de los miembros inferiores. Estos procedimientos son
unas 15 veces mas frecuentes entre las personas con diabetes que entre
las personas normales. Sin embargo, si un paciente que muestra unos
pies con un riesgo particular es tratado agresivamente, pueden prevenirse
hasta un 50% de la amputaciones.
Patofisiología
La
neuropatía periférica, la enfermedad vascular periférica
y las infecciones pueden contribuir conjuntamente a la amputación
de un miembro en un sujeto con diabetes. La neuropatía periférica
pueden contribuir a la pérdida de sensibilidad y al desarrollo
de deformaciones de los pies. En los pies insensibles, las deformidades
pueden ocasionar puntos de presión que son vulnerables a ulceraciones.
El riego sanguíneo inadecuado y la infección pueden
degenerar a osteomielitis y gangrena.
Muchas
personas con diabetes que son sometidas a la amputación de
una extremidad inferior tendrán la amputación de la
pierna contralateral a los pocos años. Esto ocurre no sólo
por la neuropatía periférica y la enfermedad vascular
periférica existentes sino también porque la pierna
que queda soporta un mayor presión arterial y a menudo desarrolla
ulceraciones e infecciones.
El
índice de mortalidad hospitalario en los diabéticos
sometidos a amputaciones es mayor que el índice de los sujetos
no diabéticos. En general la morbilidad y la mortalidad son
mayores en los diabéticos sometidos a amputaciones. Todos los
pacientes que experimentan una amputación requieren una vigilancia
muy próxima para controlar otros problemas médicos,
particularmente la enfermedad coronaria.
Ocurrencia
Las
personas con diabetes suponen 50.000 casos (50%) de todas las amputaciones
no traumáticas realizadas en los EE.UU cada año. El
riesgo es mayor para los pacientes de más de 40 años
que padecen de diabetes durante 10 o más años.
Coste
Aunque
hay algunas variaciones, la estancia media en un hospital para una
amputación es de unos 25 días con un coste de unos $25,000
(4.000.000 ptas)
Prevención
Para
salvar el pie diabético y prevenir la amputación se
requiere los siguiente:
- identificación
de los pies con riesgo
- prevención
de las úlceras de los pies
- tratamiento
de las úlceras de los pies
- prevención
de la recurrencia de las úlceras
Para
conseguir estos objetivos se requiere que el paciente y su familia
estén adecuadamente educados, que los pies sean inspeccionados
a menudo y que haya un equipo constituído por varias disciplinas
médicas:
- Identificación
de los pies con riesgo: el paciente diabético con
polineuropatía diabética distal y enfermedad vascular
periférica es un paciente con alto riesgo en sus pies.
En cada una de las visitas, el profesional de la salud interrogará
al paciente acerca de síntomas de polineuropatía
simétrica distal, incluyendo dolor, hinchazón, sensación
de quemazón u hormigueo. Los pacientes con pies insensibles
pueden no percartarse de tener ulceraciones o lesiones. Por lo
tanto, en cada visita (al menos 4 veces al año), el paciente
se descalzará y sus pies serán inspeccionados para
evaluar sequedad de piel, callos, durezas y úlceras. El
profesional de la salud también mirará entre los
dedos y evaluará la presencia de deformidades. Al menos
una vez al año, el profesional de la salud evaluará
la sensibilidaddel paciente a la temperatura, presión o
pinchazos, tacto y vibración y determinará la fuerza
muscular y los reflejos de los tendones profundos (ver capítulo
8, neuropatía).
-
En
cada una de las visitas, el médico también interrogará
al paciente sobre los síntomas de una claudicación
intermitente. En los diabéticos con neuropatía,
puede existir una isquemia severa sin sintomatología. Al
menos una vez al año, el médico deberá palpar
los siguientes pulsos: dorsalis pedis, posterior tibial, poplíteo,
y femoral.
-
Prevención
de las úlceras de los pies: los pacientes
diabéticos con riesgo en los pies deben aprender acerca
de la higiene de los mismos y como proteger sus pies. Pueden ser
necesarios cambios en su actividad. Los pacientes con deformidades
en los pies casi siempre necesitan calzado especialmente diseñado,
más ancho. Los pies deformados no entran en los zapatos
ordinarios, aunque el paciente puede no apercibirse de ello debido
a la ausencia de sensibilidad en los pies. El llevar calzado ordinario
en estas condiciones puede ocasionar abrasiones, ulceraciones
e infecciones que pueden resultar en gangrena y amputación.
Si la circulación del paciente es buena debe considerarse
la corrección profiláctica de estas deformaciones.
La
polineuropatía periférica puede tener un cierto
número de etiologías, tales como el alcohol, fármacos,
toxinas químicas y uremia. Estos factores deben ser considerados
siempre en el diagnóstico diferencial de la neuropatía
en el paciente con diabetes. Los factores que contribuyen a la
enfermedad vascular periférica deben ser evitados o tratados.
El tabaco, el factor de riesgo más significativo de la
enfermedad vascular periférica, está asociado a
la arteriosclerosis y un solo cigarrillo puede producir una vasoconstricción
de varias horas de duración.
Otros
factores de riesgo que deben ser tratados incluyen la hipertensión,
la hipercolesterolemia y quizás la hiperglucemia.
El
dolor durante el reposo o por la noche es una indicación
para la cirugía vascular. Otras indicaciones son úlceras
que no cicatrizan, infecciones resistentes al tratamiento y gangrena
incipiente.
En
los últimos años ha aumentado el éxito de
la cirugía vascular. Sin embargo, existe un riesgo para
los pacientes que se someten a este tipo de cirugía, incluyendo
el riesgo al practicar una angiografía (ver "Enfermedades
renales"). Antes de la cirugía deben siempre considerarse
otras intervenciones mas conservadoras. La pentoxifilina puede
mejorar la circulación en los pacientes con enfermedad
vascular periférica; la aspirina y el dipiridamol no han
demostrado ser efectivos de forma concluyente. Los vasodilatadores
orales no aumentan el flujo sanguíneo y la simpatectomía
no es de ayuda en estos pacientes.
-
Tratamiento de las úlceras de los
pies. Evaluar cuidadosamente y desbridar enérgicamente
las úlceras de los pies para establecer la profundidad
de la lesión. Los rayos X ayudan a excluir la posibilidad
de la presencia de objetos extraños o de osteomielitis.
Si se sospecha osteomielitis, realice nuevas radiografías
y use escaners adecuados para establecer un diagnóstico.
Cuando
exista una infección, utilice antibióticos parenterales.
Dado que frecuentemente se desarrollan anaerobios en las úlceras
de los pies de los diabéticos, haga cultivos para la identificación
de bacterias aeróbias y anaeróbias para ayudar en
la selección del antibiótico más adecuado.
Las úlceras que se producen en aréas distintas de
la zona subplantar y que no pueden ser explicadas por un trauma
previo o por calzado mal ajustado o que no responden a un tratamiento
agresivo deben ser sometidas a biopsia. Asegúrese de que
el paciente no se apoya sobre el pie afectado ya que al no sentir
dolor puede caminar e impedir que la úlcera cicatrice.
El paciente deberá mantenerse inmovilizado o usar muletas.
Se ha comprobado que la escayola ayuda al paciente a deambular
mientras que cicatriza la úlcera ya que la escayola redistribuye
la presión de forma que el peso resultante sobre la úlcera
es mucho menor que de otra forma. También se requiere un
buen control glucémico para que la úlcera cicatrice.
El uso tópico de oxígeno hiperbárico no es
útil.
Si la úlcera del pie no responde adecuadamente, debe considerarse
la cirugía vascular.
-
Prevención de la recurrencia de úlceras
en los pies. Si no se toman cuidados especiales, la recurrencia
de la úlcera es casi segura. Tales cuidados suponen un
cambio de trabajo y de los hábitos al caminar y sobre todo
el uso de calzado especial. Se requieren zapatos extra-anchos
con plantillas de goma o que ayuden a redistribuir el peso. En
un estudio, la recurrencia de las úlceras de los pies fué
sólo del 20% en los pacientes que utilizaron este calzado
frente al 80% que tuvieron úlceras recurrentes al llevar
el calzado ordinario. Si a pesar del calzado protector, se producen
úlceras, ello se deberá con toda probabilidad a
una deformidad ósea. Si la circulación del paciente
es buena, la reparación ortopédica de estas deformaciones
puede evitar la recurrencia de la úlcera.
Detección
y monitorización
Todos
los pacientes con diabetes deben ser sometidos en cada visita a un
completo examen de los pies (al menos 4 veces al año). El médico
debe asegurarse que los pacientes están instruídos sobre
como deben tratar sus pies.
Un miembro del equipo de tratamiento deberá enseñar
al paciente a lo siguiente:
- Como
lavarse diariamente los pies
- Como
inspeccionar diariamente los pies
- Como
utilizar cremas o aceite lubricantes
- Como
cortarse las uñas correctamente
- Nunca
eliminar callos o durezas
- Evitar
automedicarse y temperaturas extremas
- Nunca
caminar descalzos y llevar calzado apropiado
- Inspeccionar
diariamente el interior de los zapatos
- Solicitar
cuidados médicos para cualquier lesión de la piel
Si
estas instrucciones no pueden ser dadas al paciente durante las visitas
regulares a la consulta, el médico deberá considerar
la colaboración de algún otro especialista cualificado.
Tratamiento
- Callos.
Evaluar los zapatos de los pacientes que tienen callos. Enseñe
a los pacientes a cuidar sus callos con piedra pómez o
callicidas, pero prevéngale muy seriamente que evite la
"cirugía doméstica" de sus callos.
- Deformaciones.
Si el pie está deformado, el paciente puede necesitar unos
zapatos especiales. En algunos casos, la corrección ortopédica
de algunas deformaciones (juanetes, dedos en forma de garra, etc)
puede estar indicada si la circulación del paciente es
buena.
- Ulceras
neuropáticas. Cuando esté presente una úlcera
neuropática, puede ser necesaria la consulta a un dermatólogo
y el paciente podrá ser hospitalizado para recibir los
cuidados adecuados. Siempre que un paciente esté hospitalizado
o mantenido en la cama por cualquier razón, los talones
deberán protegerse y deberán ser examinados para
determinar si hay evidencia de lesiones debidas a la presión.
Consideraciones
adicionales.
El
cuidado de los pies de las personas con diabetes es complejo. A menudo
se requiere de la experiencia de profesionales de muchas disciplinas.
Los médicos pueden no ser capaces de controlar todos los aspectos
del cuidado de los pies por sí solos y pueden tener que consultar
a otros profesionales: una enfermera que explique al paciente los
cuidados que debe tener con sus pies; un podiatra que ayude al diseño
y a la selección de calzado y plantillas adecuadas y que explique
al paciente como debe tratar los callos y durezas, como debe cortarse
las uñas y quidar las pequeñas deformaciones de los
pies; un neurólogo que ayude al diagnóstico diferencial
de una neuropatía periférica complicada; un cirujano
vascular que puede aumentar los flujos sanguíneos periféricos
en algunos casos de enfermedad vascular periférica. Un experto
en infecciones que pueda asesorar en casos de úlceras infectadas
u osteomielitis; un ortopedista puede ser necesario para reducir deformaciones
o practicar amputaciones; experto en rehabilitación y un experto
social que pueden ayudar a resolver los problemas socioeconómicos,
incluyendo la pérdida del trabajo que pueden derivarse los
los problemas en los pies del diabético, en particular cuando
hay que practicar la amputación.
Para
los pacientes con diabetes: Como cuidarse los pies
Lave sus pies diariamente. Séquelos cuidadosamente, especialmente
entre los dedos. No remoje sus pies (a menos de recibir precisas instrucciones
de su médico). Si la piel de sus pies está seca aplique
una fina capa de un aceite o crema lubricante después de lavarlos
y secarlos. No ponga aceite o crema entre los dedos. Inspeccione diariamente
sus pies. Use un espejo irrompible para ver la parte posterior. Si
tiene la vista afectada, pida que alguien le inspeccione los pies.
Véa si hay arañazos, cortes o vejigas. Mire siempre
entre los dedos. Córtese las uñas siguiendo el contorno
de las mismas. Suavice los bordes con una lima de uñas. No
corte demasiado las esquinas de la uña ni corte uña
en crecimiento. Si observa un enrojecimiento alrededor de la uña,
visite inmediatamente a su médico.
No
utilice productos químicos para eliminar callos o durezas.
No corte callos o durezas. No utilice en sus pies soluciones antisépticas
potentes ni ponga esparadrapo sobre los mismos.
Evite temperaturas extremas. Antes de bañarse compruebe la
temperatura del agua con la mano o el codo. No camine sobre superficies
muy calientes tales como la arena de la playa o el cemento alrededor
de una piscina.
En
invierno, use calcetines protectores y calzado protector. No aplique
sobres los pies bolsas de agua caliente ni use mantas eléctricas.
Si sus pies están fríos por la noche, use calcetines.
No
camine descalzo, ni siquiere dentro de casa. No use sandalias con
correas entre los dedos. No lleve zapatos sin calcetines o medias.
Inspecciones
diariamente sus zapatos por si hay objetos extraños tales como
clavos,
descosidos o zonas rugosas. Los zapatos deben ser confortables ya
en el momento de su compra. No use zapatos demasiado ajustados ni
demasiado rígidos. Acostúmbrese poco a poco a los nuevos
zapatos antes de llevarlos de forma regular. Su podiatra podrá
asesorarle acerca del calzado más conveniente.
No
lleve prendas restrictivas (como las ligas). Evite cruzar las piernas:
al hacerlo se origina una presión excesiva sobre los nervios
y vasos de las mismas
No
fume ni beba alcohol en exceso.
Visite
regularmente a su médico y esté seguro de que le examina
los pies al menos 4 veces al año.
Contacte
con su médico o podiatra si se desarollan ampollas o escoceduras
en sus píes. Asegúrese de que su podiatra sabe que padece
diabetes.
Principios
de la Educación del Paciente
Instruya
a sus pacientes sobre la importancie del buen cuidado de los pies.
Informe a sus pacientes de la relación que hay entre la neuropatía,
la enfermedad vascular periférica y las úlceras de los
pies. Recomiende a sus pacientes que eviten los factores de riesgo
asociados a un empeoramiento de la neuropatía. Si el paciente
fuma, úrjale para que abandone el hábito, en particular
si padece de enfermedad vascular. Informe a sus pacientes de que existe
calzado especial para la prevención y el tratamiento de problemas
de los pies. Envíe sus pacientes a especialistas si tienen
deformaciones o si necesitan zapatos especiales. Aconseje a sus pacientes
que utilicen los servicios de podiatra.
Referencias
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Levin
ME, O' NeaI LW, eds. The Diabetic Foot. 4th ed. St. Louis: CV Mosby,
1988.