INTRODUCCION

Aunque la cetoacidosis diabética y el síndrome hiperosmótico hiperosmolar a menudo con considerados como dos condiciones distintas, en realidad son dos aspectos extremos de la misma descompensación de la diabetes mellitus. La diferencia entre ambas estriba en la magnitud la hiperglucemia, la severidad de la acidosis y el grado de deshidratación. En ambos casos, se trata de condiciones que tienen una elevada morbilidad entre pacientes diabéticos mal tratados e inadecuadamente instruidos.

La cetoacidosis diabética constituye aproximadamente el 4% de los ingresos hospitalarios de enfermos diabéticos y es la causa del 10% de las muertes de los diabéticos entre 45 y 65 años de edad y la mortalidad incluso aumenta en pacientes de más de 70 años [1]

Aunque hace unos años, las mujeres eran más propensas que los hombres a desarrollar cetoacidosis diabética, recientemente el número de hombres hospitalizados por esta condición va en aumento. En un estudio realizado en el Reino Unido entre 1971 y 1988, la proporción mujeres/hombres con cetoacidosis disminuyó desde el 2.79 al 1.59, reflejando un aumento de episodios en el hombre y una disminución en las mujeres [2]. De igual forma la recurrencia de episodios de cetoacidosis diabética es algo mayor en las mujeres (3.3/paciente mujer frente a 2.7/paciente varón)

Los diabéticos de la tercera edad, en particular aquellos que dependen de otras personas para su cuidado, son los más propensos a desarrollar el síndrome hiperglucémico hiperosmolar. En este caso, no parece haber ninguna diferencia entre sexos [3]