Camelia sinensis. Árbol del té (
Camellia sinensis) |
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Planta originaria de China, la C. sinensis se conoce desde la antiguedad en Oriente y en Europa desde el siglo XVII. Como planta cultivada, el árbol del té no suele alcanzar más de los 2 metros, pero en estado salvaje puede alcanzar 6 o más metros de altura. El té es obtenido a partir de las hojas y su calidad y contenido en sustancias aromáticas depende del proceso de curación seguido. La hojas verdes se secan con ayuda de aire calientes o se dejan fermentar parando el proceso de oxidación cuando los bordes se vuelven pardos. En el caso del té negro, las hojas se dejan fermentar en cámaras oscuras y húmedas hasta que toda la hoja se vuelve negra. Las hojas del árbol del té contienen numerosos compuestos tales como polisacáridos, aceites esenciales, alcaloides (p. ej, la teobromina o la cafeína) y polifenoles. Estos compuestos tienen propiedades antioxidantes y estimulantes, si bien su eficacia disminuye a medida que el té es más oscuro, siendo el té verde el más saludable. El extracto de té verde se utiliza en el tratamiento de las verrugas genitales y anogenitales (condyloma acumitada)
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También contiene el té un aminoácido, la L-teamida (g-glutamiletilamida), que tiene propiedades relajantes en el hombre. Este aminoácido es capaz de mejorar la atención, la memoria y la capacidad intelectual de los voluntarios. |
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Los flavonoides del té tienen propiedades antioxidantes, anti-inflamatorias, antialérgicas y antibacterianas y fortalecen las venas. Los taninos tienen también propiedades antisépticas y antioxidantes, siendo los más abundantes la galocatequina, la epicatequina y la sus galatos. El té verde es también rico en vitamina C: dos tazas del día de té verde suministran la misma cantidad de vitamina C que 3 vasos de zumo de naranja. El té es utilizado desde antiguo para el tratamiente de la diarrea, disenteria y otras afecciones gastro-intestinales. Los extractos de té, administrados por vía oral o aplicados en forma de compresas o cataplasmas son remedios muy eficaces en una variedad de enfermedades dermatológicas que van desde la picadura de insectos hasta quemaduras y heridas. En animales de laboratorio, extractos de té verde aplicados localmente inhiben el crecimiento de algunos tumores. Otras propiedades documentadas del té son efectos beneficiosos en algunas enfermedades cardiovasculares y sus efectos hipocolesterolemiantes. Aunque el té contiene menos cafeína que el café o las bebidas a base de cola, su consumo en exceso puede ocasionar insomnio. En un estudio publicado en 2007 realizado en 1500 mujeres postmenopaúsicas de > 70 años, de una duración de 5 años, se compararon los efectos del consumo diario de té (verde o negro) sobre la densidad ósea y la incidencia de fracturas. En comparación con las mujeres que no consumieron té durante el estudio, la densidad ósea fue significativa mayor en las bebedoras de té y la pérdida de masa ósea y la incidencia de fracturas significativamente menor. Los autores atribuyen estos efectos beneficiosos del té al flavonoide, (-)-epigallocatequina-3-galato, que ha demostrado aumentar la expresión de los genes osteogénicos, la concentracion de marcadores de la actividad ósea y la mineralización de las células madre del parénquina de la médula ósea del ratón.
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REFERENCIAS
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Monografía revisada el 4 de junio de 2019. Equipo de Redacción de IQB | ||