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ACIDO
VALPROICO |
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DECRIPCION
El ácido
valproico (o sus sales sódica y magnésica) es un anticonvulsivo
con una estructura química única, no relacionada con otros
anticonvulsivos. Inicialmente utilizado para el tratamiento de las ausencias,
actualmente se le considera como el anticonvulsivo de elección
siendo más eficaz que la carbamazepina. En 1998 el ácido
valproico ha sido aprobado para el tratamiento de desórdenes bipolares,
la prevención de las migrañas y el tratamiento como monofármaco
o como adyuvante de las demencias.
Mecanismo
de acción: aunque se desconoce el mecanismo exacto de
su acción, parece ser que el ácido valproico aumenta las
concentraciones de ácido gamma-aminobutírico en el cerebro.
Parece que el ácido valproico inhibe las enzimas que catabolizan
este neurotransmisor o bloquea la recaptación del GABA por el sistema
nervioso central. También se ha especulado que el ácido
valproico actúa suprimiendo la excitación cíclica
neuronal mediante una inhibición de los canales de sodio voltaje-dependientes.
Farmacocinética: el ácido valproico (ya sus sales sódica y magnésica)
se administran por vía oral. El valproato sódico se puede
administrar, además, por vía intravenosa. Después
de una dosis oral, el ácido valproico se absorben rápidamente
con una biodisponibilidad de casi el 100%. Los alimentos reducen la velocidad,
pero no la extensión de la absorción, mientras que los antiácidos
que contienen magnesio o aluminio pueden aumentar la AUC (área
bajo la curva) en un 12%.
Las concentraciones
máximas en plasma se alcanzan 1-4 horas después de la administración,
si bien se requieren varios días para que el fármaco ejerza
su efecto terapéutico máximo. Aunque existe una amplia variabilidad
interindividual, se estima que los niveles terapéuticos del ácido
valproico oscilan entre 50 y 100 µg/ml. El fármaco se distribuye
ampliamente en el sistema nervioso central y también está
presente en la saliva y la leche. Cruza fácilmente la barrera placentaria.
El ácido valproico se une extensamente a las proteínas del
plasma (hasta el 90%) aunque puede variar en función de la concentración
del fármaco.
Se han aislado
al menos 10 metabolitos, de los cuales uno de ellos es tan activo como
el ácido valproico. Estos metabolitos son productos de oxidación
y glucuronación y se eliminan en la orina. La semi-vida de eliminación
es de 6 a 16 horas, aumentando notablemente en los pacientes geriátricos.
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INDICACIONES
Y POSOLOGIA
Tratamiento de ausencias, convulsiones mioclónicas o tónico
clónicas o epilepsia mixtas:
Administración
oral:
- Adultos
y niños de > 10 años: se recomienda iniciar
el tratamiento con 10-15 mg/kg/día divididas en 2 o 3 administraciones.
Para los pacientes con ausencias simplex o complejas se recomiendan
unas dosis iniciales de 15 mg/kg/día, aumentando las dosis en
5-10 mg/kg cada semana hasta obtener la respuesta clínica adecuada
o hasta que aparezcan reacciones adversas. Para la mayoría de
los pacientes se consigue el control con dosis por debajo de los 60
mg/kg/día. Existe muy poca información sobre la seguridad
y eficacia del ácido valproico cuando se sobrepasan estas dosis
de 60 mg/kg/día.
Cuando se desea pasar de un tratamiento anticonvulsivante a una monoterapia
con ácido valproico, con la primera dosis de este se debe reducir
la dosis del anticonvulsivo concomitante en un 25% cada 2 semanas
- Ancianos:
aunque se utilizan las dosis de adultos se recomienda comenzar el tratamiento
con dosis más bajas e incrementarlas con dosis más pequeñas.
Se debe considerar una reducción de la dosis si se produce una
pérdida del apetito o una somnolencia excesiva
- Niños
de 2 a 9 años: el ácido valproico ha sido administrado
en niños de hasta 2 años, pero la información sobre
su eficacia y seguridad es escasa. Los niños pequeños,
especialmente los que reciben otra medicación capaz de inducir
las enzimas hepáticas, pueden requerir dosis más altas
para conseguirse un control de las convulsiones. Se recomienda una estrecha
vigilancia de estos pacientes
- Niños
de < 2 años: estos niños tienen un riesgo mucho mayor
para desarrollar una hepatotoxicidad fatal. No se recomienda el uso
del ácido valproico en estos niños
Administración
intravenosa, cuando no es posible el tratamiento oral:
- Adultos
y niños > 10 años: inicialmente 10-15 mg/kg/día.
Estas dosis pueden aumentarse con incrementos de 5-10 mg/kg/día
a intervalos de una semana hasta el control de las convulsiones o hasta
que aparezcan reacciones adversas. Para la mayor parte de los pacientes
no son necesarias dosis superiores a los 60 mg/kg/día
- Ancianos:
se utilizan las dosis de los adultos aunque se recomienda iniciar el
tratamiento con dosis más bajas y llevar a cabo el escalado de
las mismas con incrementos más pequeños
- Niños
de 2 a 9 años: aunque la información existente sobre esta
población no es muy extensa, estos niños, especialmente
los tratados con anticonvulsivantes inductores hepáticos, pueden
requerir una dosis más altas de ácido valproico
- Niños
< 2 años: no se recomienda el uso del ácido valproico
debido al riesgo de hepatotoxicidad
Si las
dosis total superan los 250 mg/día se recomienda administrarlas
fraccionadamente.
Tratamiento
de la manía asociada a un desorden bipolar:
Administración
oral:
- Adultos:
inicialmente 750 mg/día divididos en 2 administraciones aumentando
progresivamente las dosis hasta alcanzar la respuesta terapéuticaóptima.
Algunos estudios clínicos sugieren una dosis de 3000 mg/día
o 60 mg/kg/día equivalentes a unas concentraciones séricas
de 150 µg/ml
- Ancianos:
en general, las mismas dosis que los adultos aunque se deben reducir
las dosis iniciales y proceder más lentamente al escalado de
las dosis. El tratamiento se debe discontinuar o reducir se aparece
una excesiva somnolencia o si se reducen las ingestas de alimentos y
fluidos
- Adolescentes
de < 18 años y niños: no es han establecido la seguridad
y eficacia del ácido valproico para esta indicación
Tratamiento del "status epilepticus" refractario al
diazepam intravenoso:
Administración
rectal:
- Adultos:
400—600 mg bien en forma de un enema rectal o de un supositorio
- Niños:
20 mg/kg/dosis en un enema rectal .
Para
la profilaxis de la migraña:
Administración
oral:
- Adultos
y adolescentes: inicialmente se recomiendan 250 mg dos veces al día.
Aumentar progresivamente hasta un máximo de 500 mg dos veces
al día. Dosis superiores a los 1000 mg/día no parecen
aumentar la eficacia
- Ancianos:
en general las mismas dosis aunque puede ser necesaria una reducción
de las dosis iniciales y un escalado más gradual de las mismas.
El fármaco se debe discontinuar o las dosis se deben reducir
si se observa una excesiva somnolencia o si se observa una reducción
en la ingesta de alimentos y fluidos.
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Tratamiento
de hipo persistente (singultus):
Administración
oral:
- Adultos:
Se ha utilizado una dosis de 15 mg/kg/día. En los ancianos reducir
las dosis iniciales y aumentarlas progresiva y lentamente. Si se observa
una reducción de la ingesta de fluidos o de alimentos o se produce
una excesiva somnolencia, se deberá discontinuar el fármaco.
La dosis final se establecerá en función de la respuesta
clínica y de la tolerancia.
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Tratamiento
de alteraciones graves del comportamiento debidas a demencia:
Administración
oral:
- Ancianos:
se recomiendan dosis iniciales de 125 mg/día. Aumentar esta dosis
progresivamente en 125 mg/día cada 3-6 días hasta el control
de los síntomas o hasta que los niveles plasmáticos de
valproato alcancen los valores terapéuticos normales. Las dosis
se deben reducir en los pacientes con una ingesta de líquidos
y alimentos reducida o en aquellos que muestren una excesiva somnolencia.
La dosis final se deberá individualizar de acuerdo con la respuesta
clínica y las reacciones adversas.
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Tratamiento
de alteraciones graves del comportamiento debidas al desorden de déficit
de atención e hiperactividad o desordenes disruptivos del comportamiento
(p.ej. actitud desafiante)
Administración
oral:
- Adultos
y niños de > 10 años: en un estudio se administraron
dosis de 750-1000 mg/día a pacientes con el síndrome de
hiperactividad y déficit de la atención durante 5 semanas.
Los investigadores observaron una mejoría en el comportamiento
de los pacientes, mejoría que desapareció cuando se interrumpió
la medicación. Sin embargo este estudio se realizó en
un número pequeño de pacientes de modo que es difícil
obtener conclusiones. En cualquier caso, el valproato no está
incluido entre las medicaciones recomendadas en la Guía de Tratamientos
de la "American Academy of Child and Adolescent Psychiatry"
de Julio de 2007
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Tratamiento
del trastorno límite de personalidad:
Administración
oral:
- Adultos:
se han administrad dosis de 1325 mg/día durante 10 semanas. El
valproato surtió un efecto específico sobre la agresión
impulsiva y ayudó a controlar la agresión. En pacientes
con trastorno limite de personalidad y trastorno bipolar tipo II, el
valproato (nivel sérico de 50 a 100 n/ml) mejoró la depresión,
la hostilidad y la sensibilidad interpersonal
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Dosis máximas
aceptables
- Adultos:
60 mg/kg/día por vía oral o intravenosa para el tratamiento
de las convulsiones
- 1000
mg/día para el tratamiento de las migrañas
Ancianos:
- 60 mg/kg/día
por vía oral o intravenosa para el tratamiento de las convulsiones
- 1000
mg/día para el tratamiento de las migrañas
Adolescentes:
- 60 mg/kg/día
por vía oral o intravenosa para el tratamiento de las convulsiones
- 1000
mg/día para el tratamiento de las migrañas
Niños
de > 10 años: 60 mg/kg/día por IIa oral o intravenosa
para el tratamiento de las convulsiones
Niños
de 2-9 años: no se han establecido las dosis máximas
Niños
de < 2 años: el ácido valproico puede ocasionar hepatitis
fatales y, por tanto, se recomienda su uso
Pacientes
con insuficiencia hepática: en estos pacientes se debe administrar
el ácido valproico con suma precaución. Las dosis se deben
ajustar de forma invidualizada, incrementado poco las dosis. Hay que tener
en cuenta que en las cirrosis, el aclaramiento del fármaco puede
quedar reducido en un 50%. Se recomiendan frecuentes determinaciones de
la función hepática. Si apareciera un aumento significativo
de la disfunción hepática, se debe discontinuar el tratamiento.
Pacientes
con insuficiencia renal: no se han publicado pautas específicas
de tratamiento. Sin embargo, no parecen ser necesarias reducciones en
la dosis.
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CONTRAINDICACIONES
Y PRECAUCIONES
Se han comunicado muertes por hepatitis en pacientes, adultos o niños,
tratados con ácido valproico. Los niños de menos de 2 años
tienen un riesgo mucho mayor de desarrollar una hepatitis fatal, en particular
si se encuentran bajo tratamiento con varios anticonvulsivos, si padecen
alguna enfermedad metabólica congénita acompañada
de convulsiones y retraso mental. En estos niños, la administración
de ácido valproico debe ser sumamente cautelosa y siempre en monoterapia.
La incidencia de esta hepatitis disminuyen progresivamente a medida que
aumenta la edad del paciente.
Estos accidentes
han ocurrido usualmente durante los primeros 6 meses de tratamiento. La
hepatotoxicidad puede ir precedida de síntomas inespecíficos
como malestar general, debilidad, letargia, edema facial, anorexia y vómitos.
También puede producirse una pérdida del control sobre las
convulsiones. Si apareciera cualquiera de estos síntomas, se deben
llevar a cabo pruebas sobre la función hepática, repitiendo
estas a intervalos, en particular durante los primeros 6 meses.
Se han comunicado
casos de pancreatitis potencialmente fatales tanto en adultos como en
niños. En algunos casos, estas pancreatitis son hemorrágicas
con una rápida progresión desde los primeros síntomas
hasta la muerte. En algunos casos, la pancreatitis se produjo poco después
de iniciar el tratamiento, pero en otros casos después de varios
años. Los pacientes deben ser advertidos de que en presencia de
cualquier dolor abdominal, náusea, vómitos y/o anorexia
deben acudir inmediatamente al médico. En el caso de que se diagnostique
la pancreatitis, el ácido valproico debe ser discontinuado y sustituido
por una medicación alternativa.
El ácido
valproico puede inducir efectos teratogénicos en particular defectos
del tubo neural, por lo que se deberá evaluar los riesgos de este
fármaco en función de los beneficios en las mujeres susceptibles
de quedarse embarazadas.
No se ha
estudiado el ácido valproico en el tratamiento de la manía
aguda en pacientes menores de 18 años.
El ácido
valproico puede inhibir la agregación plaquetaria y debe ser usado
con precaución en pacientes que hayan padecido desórdenes
hematológicos previos o hayan sido inmunosuprimidos. Si se produjeran
síntomas de toxicidad (p.ej. trombocitopenia) se deben reducir
las dosis o incluso retirar el fármaco.
El ácido
valproico puede producir mareos y somnolencia. Por lo tanto se debe prevenir
de estos efectos a los pacientes que deban conducir, manejar maquinaria
o mantener un estado de alerta.
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El ácido
valproico se clasifica dentro de la categoría D de riesgo en el
embarazo. No se ha establecido la seguridad de este fármaco durante
el embarazo y su uso ha sido asociado a malformaciones fetales. Sin embargo,
si una paciente epiléptica se encuentra bajo tratamiento con ácido
valproico al quedarse embarazada, este fármaco no debe discontinuarse
ya que las convulsiones que pueden ocurrir representan un riesgo mayor
para la madre y el feto que mantener el tratamiento.
El ácido
valproico se elimina en la leche materna, estando desaconsejado durante
la lactancia.
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Los pacientes
mayores son más susceptibles a mostrar una concentraciones plasmáticas
de ácido valproico, por lo que se deben considerar reducciones
en la dosis.
Algunos
estudios "in vitro" sugieren que el ácido valproico estimula
la replicación de algunos virus (p.ej. el HIV o el citomegalovirus).
Aunque se desconoce la relevancia clínica de estos hallazgos, si
el ácido valproico se administra a pacientes infectados de SIDA,
se recomienda practicar frecuentes determinaciones de la carga viral.
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INTERACCIONES
El uso concomitante
de alcohol o de otros fármacos que deprimen el sistema nervioso
central puede ocasionar efectos aditivos. Algunos de estos fármacos
son el haloperidol, loxapina, maprotilina, fenotiazinas, tioxantenos y
los inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAOs). Los antidepresivos tricíclicos,
cuando se utilizan conjuntamente con el ácido valproico pueden
producir una depresión del sistema nervioso central y rebajar el
umbral convulsivo. Pero, adicionalmente se produce una interacción
de tipo farmacocinético al reducir el ácido valproico el
aclaramiento de la amitriptilina. Aunque son varias las comunicaciones
que han señalado un aumento de los valores plasmáticos de
la amitriptilina cuando esta se administró a pacientes estabilizados
con ácido valproico, raras veces se han apreciado síntomas
de una mayor toxicidad. En cualquier caso, si se administran antidepresivos
tricíclicos a pacientes tratados con ácido valproico, se
recomiendan dosis menores y la monitorización de los niveles plasmáticos
de los mismos.
El ácido
valproico reduce el metabolismo del fenobarbital y, por lo tanto su aclaramiento
plasmático. En un estudio de observó que las concentraciones
plasmáticas de fenobarbital aumentaban un 51% en los adultos y
un 112% en los niños, por lo que se deberá tener en cuenta
la edad del paciente a la hora de administrar ambos fármacos. Por
otra parte, el uso de ambos fármacos produce efectos depresores
aditivos sobre el sistema nervioso central. Lo mismo ocurre con la primidona,
ya que este fármaco es metabolizado a fenobarbital.
La colestiramina
puede reducir la absorción oral del ácido valproico en un
15% aunque la variabilidad interindividual es muy grande. Se recomienda
que el ácido valproico se administre al menos 2 horas antes o 6
horas después de la colestiramina.
El ácido
valproico puede inhibir la agregación plaquetaria y, en consecuencia
se debe administrar con precaución en los pacientes anticoagulados
o trata tos con fármacos trombolíticos. También se
debe administrar con precaución la aspirina y los fármacos
anti-inflamatorios no esteroídicos (AINES).
El ácido
valproico y la lamotrigina experimentan interacciones farmacocinéticas.
La lamotrigina reduce las concentraciones plasmáticas del ácido
valproico en un 25% y, por el contrario el ácido valproico aumenta
las concentraciones séricas de lamotrigina al reducir su aclaramiento.
La carbamazepina
induce las enzimas microsomales hepáticas y puede aumentar el aclaramiento
del ácido valproico, disminuyendo sus concentraciones séricas.
A su vez, el ácido valproico puede inhibir el metabolismo del metabolito
activo de la carbamazepina. Se recomienda vigilar los niveles plasmáticos
de ambos fármacos si se administran concomitantemente. También
se ha confirmado una interacción entre el ácido valproico
y el metabolito activo de la oxcarbazina. El ácido valproico ocasiona
una reducción del 18% sobre los niveles plasmáticos de este
metabolito.
De igual
forma, la administración concomitante de ácido valproico
y fenitoína se deberá llevar a cabo con cuidado. El ácido
valproico puede desplazar a la fenitoina de las proteínas plasmáticas
a las que va unida y, adicionalmente, inhibir su metabolismo. Como consecuencia
pueden aumentar los efectos tóxicos de la fenitoína. Por
su parte, la fenitoina acelera el metabolismo de ácido valproico,
reduciendo su eficacia terapéutica. Debido a la complejidad de
esta interacción, al sumarse efectos farmacodinámicos y
farmacocinéticos se recomienda una estrecha vigilancia de los pacientes
por si ocurriera una pérdida del control sobre las convulsiones.
Aunque se
ha informado de que el uso concomitante del ácido valproico y del
clonazepam produce un estado de ausencias, la asociación de estos
fármacos ha sido utilizada con éxito en el tratamiento de
convulsiones refractarias a otros tratamientos. Sin embargo, esta asociación
solo se debe utilizar en casos extremos.
El ácido
valproico ejerce unos efectos impredecibles sobre la etosuximida, debiéndose
monitorizar las concentraciones de esta última si se asocian ambas
medicaciones.
El felbamato
interfiere con el metabolismo de ácido valproico, aumentando sus
concentraciones plasmáticas pero de un modo variable. Se recomienda
tomar precauciones si se administran ambos fármacos al mismo tiempo.
Los antiácidos
a base hidróxidos de magnesio y aluminio aumentan el área
bajo la curva (AUC) del ácido valproico en un 12%. Se desconoce
la relevancia clínica de este hallazgo.
La mefloquina
reduce las concentraciones plasmáticas del ácido valproico
y puede disminuir su eficacia clínica, con pérdida del control
anticonvulsivante.
La isoniazida
puede inhibir el metabolismo del ácido valproico. Se han descrito
varios casos de hepatotoxicidad por el aumento de los niveles plasmáticos
de valproato al añadir isoniazida a pacientes previamente estabilizados.
La rifampina
es un inductor enzimático que acelera el metabolismo del ácido
valproico. Pueden ser necesarios reajustes de las dosis de este si se
administran ambos fármacos.
El ácido
valproico desplaza al diazepam de la albúmina y, al mismo tiempo,
inhibe su metabolismo. En un estudio en voluntarios, se comprobó
que la administración de 1500 mg de ácido valproico con
10 mg de diazepam aumentó en un 90% la fracción libre de
diazepam en plasma, así como el volumen de distribución
y el aclaramiento de la benzodiazepina.
El aclaramiento
del antiretrovírico zidovudina (100 mg cada 8 horas) se redujo
en el 38% después de la administración de ácido valproico.
La farmacocinética de este último no fue afectada.
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El Ginkgo
biloba posee efectos antiagregantes plaquetarios que pueden se aditivos
con los del ácido valproico. Debe evitarse el consumo de esta planta
durante el tratamiento con ácido valproico
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REACCIONES
ADVERSAS
Las reacciones
adversas del ácido valproico son comunes al valproato sódico
y al magnésico.
Los efectos
secundarios más frecuentes sobre el tracto digestivo son las náusea,
los vómitos y la indigestión. En este sentido, las sales
sódica y magnésica del ácido valproico parecen ser
mejor toleradas. Por vía intravenosa, el valproato sódico
puede provocar dolor abdominal. No se deben utilizar antiácidos
para tratar estos síntomas ya que estas sustancias interfieren
con la absorción del fármaco. Estos efectos gastrointestinales
del ácido valproico pueden ser minimizados si se administra con
la comida.
Otros efectos
adversos digestivos incluyen dolor abdominal, constipación o diarrea.
También se han comunicado casos de anorexia y de estimulación
del apetito. Ocasionalmente puede desarrollarse una sintomatología
más grave que puede indicar una hepatotoxicidad o una pancreatitis.
En ambos casos, si se confirma el diagnóstico el fármaco
debe ser discontinuado. Algunos casos de pancreatitis han sido descritos
como hemorrágicos con una rápida progresión hacia
la muerte.
La hepatotoxicidad
tiene más riesgo de desarrollarse en niños menores de 2
años, en los pacientes tratados con múltiples anticonvulsivantes
o en pacientes con historia de insuficiencia hepática u otras complicaciones
(p.ej. enfermedad metabólica. retraso mental, etc). La hepatotoxicidad
se puede manifestar por ictericia, malestar general, debilidad, edema
facial, letargia, anorexia y vómitos.
Hasta en
un 50% de los pacientes tratados con ácido valproico puede desarrollarse
una hiperamonemia En la mayor parte de los casos, suele ser benigna, pero
ocasionalmente se han producido letargia y coma.
El ácido
valproico puede producir una trombocitopenia o inhibir la fase secundaria
de la agregación plaquetaria. Como consecuencia se observa un aumento
del tiempo de sangrado, petequias y cardenales. La aparición de
moretones o de hemorragias puede obligar a la retirada del fármaco.
Se ha comunicado
una leucopenia moderada en algunos pocos casos, así como una supresión
de la función medular y aparición de una porfiria aguda
intermitente.
El ácido
valproico es un depresor del sistema nervioso central, produciendo mareos
y somnolencia que pueden ser muy acentuados si se administran al mismo
tiempo otros anticonvulsivantes. En los ancianos, la somnolencia puede
ser tan acentuada que puede obligar a una reducción de la dosis.
En los niños
pueden ocurrir agitación o depresión.
Otros efectos
sobre el sistema nervioso central incluyendo alucinaciones, ataxia, cefaleas,
nistagmo, diplopía, manchas delante de los ojos, disartria, incoordinación
y seudoparkinsonismo.
Después
de la administración intravenosa del valproato sódico, las
reacciones adversas más frecuentes son mareos, euforia, cefaleas,
hiperestesias, parestesias, somnolencia y tremor. También se han
descrito dolor en el lugar de la inyección, disgeusia, dolor torácico
y vasodilatación.
Las reacciones
dermatológicas pueden ocurrir en pacientes tratados con ácido
valproico en monoterapia o asociado a otros anticonvulsivantes. Se han
descrito rash, prurito, fotosensibilidad, eritema multiforme y síndrome
de Stevens-Johnson. Raras veces se han reportado reacciones anafilácticas.
El ácido
valproico parece afectar las funciones reproductoras endocrinas de la
mujeres. Se han descrito alteraciones menstruales incluyen ovarios poliquísticos
o elevaciones de la testosterona en el suero, acompañados de obesidad
e hirsutismo. Otras alteraciones endocrinas incluyen aumento del tamaño
de las mamas, galactorrea e hinchazón de la glándula parótida-
El ácido
valproico puede producir hiperglucemia y afectar la función tiroidea.
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PRESENTACIONES
- Depakine
comp. 400 y 200 mg
- Depakine
solución, 200 mg/ml
- Depakine
inyectable, 400 mg/vial
- Milzone,
granulado 1000 y 500 mg
- Milzone,
cápsulas 300 y 150 mg
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REFERENCIAS
- Mattson
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for the treatment of complex partial seizures and secondarily generalized
tonic-clonic seizures in adults. N Engl J Med 1992;327:765—71.
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and Treatment of Children and Adolescents With Attention-Deficit/ Hyperactivity
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46:7, Jul. 2007
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Monografía
creada el 22 de Octubre de 2007.Equipo de redacción de IQB (Centro colaborador de La Administración Nacional de Medicamentos, alimentos y Tecnología Médica -ANMAT - Argentina).
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