INTERACCIONES
La
coadministración de metformina con otros antidiabéticos,
en particular con insulina y sulfonilureas aumenta la actividad hipoglucémica
de estos últimos en los enfermos
diabéticos.
Aunque
la acarbosa puede retardar la velocidad y la cuantía de la absorción
dla metformina, esta interacción no parece clínicalmente
significativa.
La
furosemida aumenta las concentraciones de metformina en plasma y sangre
en un 22% y la AUC en un 15% sin que se observe ningún cambio
significativo en el aclaramiento renal dla metformina. Por otra parte,
la metformina disminuye las concentraciones máximas de furosemida
en plasma y sangre en un 31% y 12%, respectivamente, siendo también
reducida la semi-vida de eliminación de la furosemida en un 32%
aunque sin ser afectado el aclaramiento renal.
Algunas
medicaciones, administradas concomitantemente con metformina pueden
aumentar el riesgo de acidosis láctica. Los fármacos catiónicos
que son eliminados por secreción renal tubular como la amiloride,
cimetidina, digoxina, dofetileda, mitodrina, morfina, procainamida,
quinidina, quinina, ranitidina, triamterene, trimetoprim o vancomicina,
pueden reducir la eliminación dla metformina al competir en un
proceso de transporte tubular común.
No
se recomienda el fármaco anti-arrítmico dofetilida en
pacientes tratados con fármacos catiónico ya que la metformina
puede incrementar las concentraciones plasmáticas de dofetilida.
Se
ha observado interacción entre cimetidina y metformina con un
aumento del 60% en la Cmax de la metformina y un aumento de la AUC del
40%. Otros fármacos antagonistas H-2, como la famotidina y la
nizatidina parecen interaccionar menos que la cimetidina, debido a una
menor excreción tubular.
Las
concentraciones de lactato en sangre y la razón lactato/piruvato
aumenta cuando la metformina se administra conco-mitantemente con corticosteroides
(p.ej. hidrocortisona). Concentraciones elevadas de ácido láctico
ha sido asociadas a un mayor grado de morbilidad. Por otra parte, los
corticosteroides también aumentan la glucosa plasmática
con la correspondiente pérdida del control glucémico.
En
un estudio a dosis únicas de interacciones entre metformina y
nifedipina en voluntarios normales, se observó que la co-administración
de nifedipina aumentaba las concentraciones plasmaticas y la AUC de
metformina en un 20% y un 9%, respectivamente, con un incremento de
la cantidad de metformin excretado en la orina. La semi-vida de eliminación
no fué afectada. Parece ser que la nifedipina aumenta la absorción
de la metformina, hecho a tener en cuenta si ambos fármacos se
administran concomitantemente.
Los
pacientes bajo tratamiento antidiabético pueden tener hipoglucemias
si se administran concomitantemente captopril o enalapril. No se conoce
el mecanismo de esta interacción, aunque se cree que se debe
a un aumento de la sensibilidad a la insulina. Por lo tanto, la administración
de inhibidores de la ECA puede requerir una reducción de las
dosis de antidiabéticos.
Los salicilatos al inhibir la síntesis de la prostaglandina E2,
pueden aumentar indirectamente la secreción de insulina. De esta
manera los salicilatos pueden disminuir los niveles de glucosa en sangre.
En grandes dosis, los salicilatos desacoplan la fosforilización
oxidativa, ocasionando una depleción de glucógeno hepático
y muscular y provocando hiperglucemia y glucosuria. Después de
una sobredosis, la aspirina puede provocar pues hipo o hiperglucemia.
Se debe evitar la administración de grandes dosis de aspirina
a pacientes tratados con fármacos antidiabéticos.
Los beta-bloqueantes ejercen una compleja serie de efectos sobre la
regulación de la glucosa, muestran interferencias farmacodinámicas
con todos los fármacos antidiabéticos. Los beta-bloqueantes
pueden prolongar la hipoglucemia al interferir con la movilización
de los depósitos de glucógeno o hiperglucemia inhibiendo
la secreción de insulina y reduciendo la sensibilidad de los
tejidos a la insulina. Los beta-bloqueantes también pueden enmascarar
algunos de los síntomas de la hipoglucemia como la taquicardia
y el tremor. Los pacientes bajo tratamiento concomitante de beta-bloqueantes
y antidiabéticos deberán ser vigilados por si se produce
una respuesta inapropiada. Los beta-bloqueantes cardioselectivos como
el acebutolol, el atenolol o el metoprolol ocasionan menos problemas
que otros beta-bloqueantes aunque pueden enmascarar los síntomas
de una hipoglucemia.
Los
diuréticos tiazídicos pueden disminuir la sensibilidad
a la glucosa ocasionando una intolerancia a la glucosa e hiperglucemia.
La hipokaliemia producida por los diuréticos tiazídicos
también puede ocasionar hiperglucemia. Por esta razón,
existe una potencial interacción entre los diuréticos
tiazídicos y todos los fármacos antidiabéticos.
Esta interferencia puede ocasionar una pérdida del control glucémico,
por lo que se requiere una estrecha vigilancia de los pacientes tratados
con ambos tipos de medicación.
Se
han observado alteraciones de la glucosa sanguínea. incluyendo
hipoglucemia e hiperglucemia en pacientes tratados concomitantemente
con quinolonas y con fármacos antidiabéticos. Se recomienda
un cuidados control de la glucemia si se administran quinolonas a pacientes
diabéticos.
Los
fármacos que inducen hiperglucemia pueden causar una pérdida
temporal del control glucémico. Entre estos fármacos se
encuentra la fenitoína. Deberán vigilarse los diabéticos
tratados con este fármaco antiepiléptico.
Dado
que la metoclopramida y el cisapride aumentan la velocidad del vaciado
gástrico, pueden afectar la absorción de la glucosa en
los pacientes diabéticos, lo cual puede a su vez, afectar la
respuesta clínica a los hipoglucemiantes. Las dosis de antidiabéticos
pueden requerir reajustes si los pacientes reciben simulatáneamente
medicación procinética .
Las
fenotiazinas, en particular la clorpromazina pueden aumentar el azúcar
en sangre. Los pacientes tratados con fármacos antidiabéticos
deberán ser monitorizados para comprobar si la instauración
de un tratamiento con estos psicofármacos ocasiona una pérdida
del control de la diabetes. Se deben determinar los niveles de glucosa
si se inicia un tratamiento con IMAOS en sujetos diabeticos ya que los
estudios en animales sugieren que los IMAOS pueden estimular la secreción
de insulina. Se ha comprobado que los inhbidores de la monoaminooxidasa
de tipo A prolongan la respuesta hipoglucémica a la insulina
y a las sulfonilureas.
Las
hormonas tiroídeas juegan un papel muy importante en la regulación
del metabolismo de los carbohidratos, en la gluconeogenesis, movilización
de los depósitos de carbohidratos y de la síntesis de
proteínas. Puede ser necesario un reajuste de las dosis de agentes
antidiabéticos si se añade o discontinua un tratamiento
a base de hormonas tiroideas.
La
isoniazida puede aumentar los niveles de glucosa en sangre. Los pacientes
tratados con fármacos antidiabéticos deberán controlados
por si se produce una pérdida del control metabólico al
comenzar un tratamiento con este fármaco.
El
diazoxide aumenta la glucosa en sangre. Existe pues una interacción
farmacodinámica entre este fármaco y todos los antidiabéticos
Los
estrógenos y los progestágenos, incluyendo los contraceptivos
orales reducen la tolerancia a la glucosa. Los diabéticos que
estén bajo tratamiento contraceptivo, deberán ser vigilados
cuidadosamente para comprobar que se mantiene un buen control glucémico.
Se han observado cambios en la tolerancia a la glucosa en pacientes
tratadas con > 50 µg de etinilestradiol al día. La presencia
o ausencia de un progestágeno puede influir sobre este efecto.
Las pacientes bajo tratamiento hormonal sustitutorio deberán
ser monitorizadas cuidadosamente
La
administración de esteroides anabólicos o de andrógenos
a pacientes tratados con fármacos antidiabéticos puede
aumentar el riesgo de hipoglucemia. Los andrógenos tienen efectos
sobre el metabolismo de los carbohidratos y pueden aumentar los niveles
de glucosa en ayunas. Estos efectos no son observados en los sujetos
normales. Los niveles de glucosa deben ser vigilados para evidenciar
una posible hipoglucemia si se administran andrógenos simultáneamente
con metformina.
La
seudoefedrina y otras aminas simpaticomiméticas pueden aumentar
los niveles de glucosa en sangre a través de una estimulación
de los receptores b-2 que produce un aumento
de la glucogenolisis. Puede pués producirse una interacción
si se administran simpaticomiméticos a diabéticos tratados
con fármacos hipoglucemiantes y por, lo tanto, deberá
vigilarse la posible pérdida del control de la glucemia.
En
general, los agentes adrenérgicos aumentan la captación
de glucosa por las células musculares. Por esta razón,
la amfetamina, dextroamfetamina, dexflenfluramina o fenfluramina pueden
potenciar la acción de algunos agentes antidiabéticos.
Sin embargo, estos medicamentos se pueden utilizar en la diabetes siempre
y cuando se vigilen de cerca los niveles de glucosa en sangre.
La
metformina puede ocasionar una reducción en la absorción
oral de la vitamina B12 al bloquear competitivamente la unión
del complejo factor intrínseco-vitamina 12 a su receptor, unión
que es calcio-dependiente. Esta interacción en raras ocasiones
genera una anemia perniciosa que es reversible al discontinuar la metformina
o al añadir un suplemento en cianocobalamina o vitamina B12.
Algunos individuos parecen más predispuestos que otros a esta
interacción. Se recomienda una vigilancia hematológica,
con determinación de paramétros hematológicos en
los pacientes sometidos a tratamientos crónicos con metformina
La
niacina interfiere con el metabolismo de la glucosa y puede ocasionar
hiperglucemia. Si se instaura un tratamiento con niacina, los pacientes
deben ser vigilados para corregir una eventual pérdida del control
glucémico
El
cromo, que forma parte de la molécula del factor de tolerancia
a la glucosa (GTF) parece facilitar la unión de la insulina a
los receptores insulínicos tisulares y favorecer el metabolismo
de la glucosa. Dado que el uso del cromo puede ocasionar una reducción
de la glucosa en sangre, los pacientes tratados con fármacos
antidiabéticos (insulina, metformina, sulfonilureas, tiazolidinonas,
etc) pueden necesitar un reajuste de las dosis. Se recomienda una cuidadosa
vigilancia de los niveles de glucosa en sangre.
El
baclofen puede aumentar los niveles de glucosa en sangre. Las dosis
de antidiabéticos pueden requerir un reajuste si se administran
concomitantemente con este fármaco.
La
pentamidina puede ser tóxica para las células pancreáticas.
El tratamiento con pentamidina puede conducir en primer lugar a un hipoglucemia
seguida de hiperglucemia si se prolonga el tratamiento. Los pacientes
bajo tratamiento antidiabético podrán necesitar reajustes
de dosis si se inicia un tratamiento con pentamidina.
La
administración de octreotide en pacientes tratados con antidiabéticos
orales o insulina puede producir hipoglucemia debido a la disminución
de la motilidad intestinal que ocasiona una reducción de los
niveles de glucosa post-prandiales. Los pacientes deberán ser
cuidadosamente monitorizados si se administran ambas medicaciones concomitantemente.
Los
cambios en los hábitos dietéticos y la pérdida
de peso asociada a un tratamiento con orlistat, puede mejorar el control
metabólico en pacientes diabéticos obesos, efecto que
puede ser aditivo a los efectos antidiabéticos de la metformina
y de otros fármacos antidiabéticos por lo que puede ser
necesario un ajuste de la dosis.
Las
concentraciones de lactato en sangre en la razón lactato/piruvato
están aumentadas cuando se consume alcohol concomitantemente
con un tratamiento con metformin. El alcohol también aumenta
el riesgo de hipoglucemias.
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