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DESCRIPCION
El
acenocumarol o acenocumarina, derivado de la cumarina, es un anticoagulante
que actúa inhibiendo la acción de la vitamina K sobre la g-carboxilación
de ciertas moléculas de ácido glutámico, localizadas en los factores de coagulación
II (protrombina), VII, IX, X y en la proteína C, y sin la cual no puede desencadenarse
la coagulación sanguínea. El acenocumarol prolonga el tiempo de tromboplastina
a las 36-72 horas aproximadamente, según la dosificación inicial. El tiempo
de tromboplastina se normaliza a los pocos días de retirar el medicamento.
Farmacocinética:
el acenocumarol se absorbe vía oral, con rapidez, con una biodisponibilidad
sistémica de un 60% como mínimo. La Cmax se alcanza al cabo de 1-3 horas y
las AUC de concentraciones plasmáticas son proporcionales a la dosis administrada
en un rango de 8-16 mg. Debido a las variaciones interindividuales no puede
establecerse ninguna correlación entre la concentración plasmática de acenocumarol
y el nivel de protrombina aparente.
Los
pacientes mayores de 70 años suelen tener concentraciones plasmáticas mayores
que los jóvenes con la misma dosis diaria. La mayor parte del acenocumarol
se halla en plasma, unido en un 98,7% a proteínas plasmáticas, especialmente
a albúmina. El acenocumarol pasa a la leche materna en cantidades prácticamente
no detectables y atraviesa la barrera placentaria. Se metaboliza intensamente
dando lugar a metabolitos, al parecer farmacológicamente inactivos en el ser
humano. Su vida media de eliminación plasmática es de 8-11 horas: sólo el
0,12-0,18% de la dosis se excreta inalterado en la orina. La excreción acumulativa
de metabolitos y de sustancia activa inalterada durante ocho días se eleva
al 60% de la dosis en la orina y al 29% de la dosis en las heces.
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INDICACIONES Y POSOLOGIA
Tratamiento y profilaxis de las afecciones tromboembólicas:
La sensibilidad a los anticoagulantes varía según los individuos y puede variar también a lo largo del tratamiento. Por ello se hace imprescindible la realización de pruebas de coagulación para adaptar constantemente la dosificación según los resultados obtenidos. En caso de no poderse efectuar estas pruebas, deberá renunciarse a la utilización del acenocumarol. La dosis diaria se tomará siempre de una vez y a la misma hora del día.
- Dosis inicial: si el resultado de las pruebas de coagulación (p. ej., el valor de Quick) antes de instituir el tratamiento se halla dentro del margen normal, se aconseja generalmente: 8 (-12) mg el primer día. 4 (-8) mg el segundo día. Si el resultado es anormal al principio, la medicación se iniciará con suma cautela.
Terapéutica de mantenimiento y controles de la coagulación: la dosis de mantenimiento, ajustada individualmente, varía en general entre 1 y 8 mg al día, en función del valor de Quick del paciente en concreto y de la enfermedad:
Valor de Quick* Dosis diaria = Más de 50% * 2 comprimidos = 8 mg; 30%-50% * 1 comprimido = 4 mg; 15%-29% * ¼-1 comprimido = 1-4 mg * (Valores obtenidos con tromboquinasa Geigy)
Las pruebas de coagulación deberán realizarse antes de instituir el tratamiento y luego a diario hasta que se estabilice la coagulación entre los límites deseados. Más adelante pueden prolongarse los intervalos entre los controles. Se recomienda efectuar las extracciones de sangre para las pruebas de laboratorio siempre a la misma hora del día.
Con vistas a la estandarización, se ha introducido recientemente el INR (International Normalized Ratio) que, mediante tromboplastinas calibradas, permite una comparación internacional. El INR es el cociente entre el tiempo de tromboplastina del plasma del paciente y el tiempo de tromboplastina normal, elevado al Indice de Sensibilidad Internacional (ISI), determinado por el método de la OMS para la tromboplastina de referencia. A medida que desciende el valor de Quick aumenta el del INR. El margen terapéutico que ha de alcanzarse se halla, en general, entre unos valores del INR de 2,0 y 4,5, según sea el cuadro clínico. Dentro de este margen, la mayoría de los enfermos tratados no presentan recidiva de la trombosis ni complicaciones hemorrágicas graves. Una vez que ha cesado la medicación con acenocumarol, no hay peligro, por lo general, de hipercoagulabilidad reactiva ni es preciso reducir paulatinamente la dosificación al terminar un tratamiento. No obstante, en casos muy raros y en ciertos pacientes con alto riesgo (p. ej., después de un infarto de miocardio), puede producirse una hipercoagulabilidad de rebote. En tales enfermos, la suspensión de la terapéutica anticoagulante se llevará a cabo gradualmente.
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CONTRAINDICACIONES
Y ADVERTENCIAS
Hipersensibilidad
conocida al acenocumarol y derivados. Embarazo. Falta de cooperación por parte
del enfermo. Estados patológicos en los que el riesgo de una hemorragia sea
mayor que el beneficio clínico posible, por ejemplo: Diátesis hemorrágica
y/o discrasia hemática. Intervenciones quirúrgicas reciente o previstas en
el SNC, operaciones oftalmológicas e intervenciones traumatizantes que pongan
al descubierto grandes superficies de tejidos. Úlcera gastroduodenal
o hemorragias manifiestas en los tractos gastrointestinal, urogenital o respiratorio,
hemorragias cerebrovasculares, pericarditis y derrames pericardíacos, endocarditis
lenta. Hipertensión grave, lesiones graves de los parénquimas hepático y renal.
Actividad fibrinolítica aumentada (p. ej., después de operaciones de pulmón,
próstata, etcétera).
En
ciertos estados o afecciones p. ej., tirotoxicosis, tumores, enfermedades
renales, infecciones e inflamaciones, la fijación proteica de acenocumarol
puede hallarse reducida con el correspondiente aumento de la actividad, por
lo que se precisa una estrecha vigilancia médica.
Si
la función hepática está limitada, se tendrá mucha precaución por el posible
menoscabo en la formación de los factores de coagulación. Los trastornos que
afectan la absorción gastrointestinal pueden alterar el efecto anticoagulante
de acenocumarol. Se dosificará con suma cautela a los pacientes que padezcan
insuficiencia cardíaca grave, ya que es posible que la activación o g-carboxilación
de los factores de coagulación esté limitada en presencia de congestión hepática.
En cambio, puede ser necesario aumentar la dosificación en la fase de compensación.
En pacientes de edad avanzada se vigilará estrechamente la medicación anticoagulante.
Al
ser extensamente metabolizado en el hígado, la función renal menoscabada apenas
influye sobre la eliminación de acenocumarol. No obstante, se tendrá precaución
por la posibilidad de que haya un trastorno plaquetario subyacente.
Las
inyecciones intramusculares pueden causar hematomas durante el tratamiento
con anticoagulantes y, por tanto, están contraindicadas. Las inyecciones subcutáneas
e intravenosas, por el contrario, no provocan tales complicaciones. Cuando
debido a intervenciones terapéuticas o diagnósticas (p. ej., angiografía,
punción lumbar, cirugía menor, extracciones dentales, etc.) deba acortarse
el tiempo de tromboplastina, ello se hará con especial meticulosidad.
El
acenocumarol no influye sobre la capacidad de conducir vehículos o manejar
máquinas, sin embargo, es conveniente que los pacientes tratados ambulatoriamente
lleven consigo una hoja de control de coagulación por si resultan heridos.
Algunos
preparados con acenocumarol contienen lactosa y aunque se han descrito casos
de intolerancia en niños y adolescentes, la cantidad presente en estas especialidades
no es probablemente suficiente para provocarla.
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Puesto
que acenocumarol, al igual que otros derivados de la cumarina, puede estar
relacionado con malformaciones congénitas del embrión, no se administrará
durante la gravidez. Las mujeres en edad reproductiva deberán tomar medidas
contraceptivas durante el tratamiento. La sustancia activa pasa a la leche
materna en cantidades tan pequeñas que no son de temer efectos indeseados
en el lactante, sin embargo, se recomienda como precaución administrarle 1
mg de vitamina K1 a la semana, a título profiláctico.
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INTERACCIONES
De
las numerosas interacciones entre las cumarinas y otros fármacos, se describirán
sólo las de relevancia clínica. Los mecanismos importantes relacionados con
estas interacciones son los trastornos de la absorción, la inhibición o inducción
del sistema enzimático metabolizante y una disponibilidad reducida de la vitamina
K. Aunque sólo un número limitado de tales interacciones es significativo,
todo tratamiento puede implicar un riesgo de interacción. Por tanto, es preciso
vigilar estrechamente la coagulación y controlarla a menudo (p. ej., dos veces
por semana) cuando se prescriba un medicamento en combinación con acenocumarol
o se interrumpa la administración simultánea.
El empleo concomitante con los medicamentos siguientes puede potenciar el
efecto anticoagulante: alopurinol, esteroides anabólicos, andrógenos, antiarrítmicos
(p. ej., amiodarona, quinidina), antibióticos (p. ej., eritromicina, tetraciclinas,
neomicina, cloramfenicol), ácido clofíbrico, así como sus derivados y análogos
estructurales, disulfiram, ácido etacrínico, glucagón, antagonistas de los
receptores de histamina H2, derivados del imidazol (p. ej., metronidazol,
miconazol, incluso aplicado localmente), sulfamidas de acción prolongada (inclusive
cotrimoxazoles), antidiabéticos orales, hormonas tiroideas (inclusive dextrotiroxina),
sulfinpirazona.
Se
desaconseja la administración de acenocumarol con sustancias que modifiquen
la hemostasis ya que puede reforzarse el efecto anticoagulante y aumentar
el peligro de hemorragias gastrointestinales. Entre tales fármacos se encuentran
principalmente la heparina y los siguientes inhibidores de agregación plaquetaria:
ácido salicílico y derivados, y fenilbutazona u otros derivados pirazolónicos.
Cuando acenocumarol se combine con otros antiinflamatorios no esteroides se
recomienda, por precaución, controlar más a menudo la coagulación.
El empleo concomitante con los medicamentos siguientes puede disminuir el
efecto anticoagulante: aminoglutetimida, barbitúricos, carbamazepina, colestiramina,
griseofulvina, anticonceptivos orales, rifampicina y diuréticos tiazídicos.
La administración simultánea de acenocumarol con derivados de la hidantoína
puede elevar la concentración sérica de ésta. Administrado con derivados de
la sulfonilurea puede incrementarse el efecto hipoglucemiante de éstos. Dado
que no puede predecirse ni la severidad ni los signos iniciales de una interacción
con alcohol, se evitará el consumo excesivo sobre todo si el paciente presenta
además trastornos de la función hepática.
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Aunque
no hay estudios específicos que demuestren interacciones con anticoagulantes,
las siguientes plantas contienen sustancias similares a las cumarinas que
pueden interaccionar con el acenocumarol ocasionando hemorragias: castaño
de las indias, dong quai (Angelica sinensis), alholva, asperilla, trebol
rojo (Trifolium pratense). La quinina que se encuentra en la corteza
de la quina ha mostrado aumentar la actividad de la warfarina. Se desconoce
si este efecto se produce también con otros anticoagulantes.
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La hierba de
San Juan (Hypericum perforatum) activa las enzimas hepáticas
y puede reducir las concentraciones plasmáticas de acenocumarol. En
un estudio clínico en voluntarios, la administración de 900
mg al día de extracto de la hierba de San Juan seguida de una dosis
de fenprocumon (un fármaco similar al acenocumarol) ocasionó
una reducción significativa de los niveles del anticoagulante. Por
lo tanto, se deben tomar precauciones en pacientes tratados con acenocumarol
si consume al mismo tiempo la hierba de San Juan.
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REACCIONES
ADVERSAS
Se han comunicado
hemorragias en diversas partes del organismo (tracto gastrointestinal, cerebro,
aparato urogenital, útero, hígado, vesícula biliar, ojos)
en función de la intensidad de la terapia, la edad del paciente y la
naturaleza de la enfermedad de base, pero no en función de la duración
de la medicación. Raramente se han descrito, con derivados similares
de la cumarina, molestias gastrointestinales (inapetencia, náuseas,
vómitos), reacciones alérgicas en forma de urticaria, dermatitis
y fiebre así como caída reversible del cabello. También
se han dado a conocer casos aislados de necrosis cutáneas hemorrágicas
relacionadas generalmente con un déficit congénito de proteína
C y de lesiones hepáticas.
Mientras
que las dosis únicas, aunque sean muy altas, no suelen ser peligrosas,
el empleo continuado de dosis diarias mayores que las requeridas para la terapéutica,
puede dar lugar a manifestaciones clínicas de sobredosificación.
La sensibilidad individual a los anticoagulantes orales, la cuantía
de la sobredosis y el periodo de tratamiento constituyen factores decisivos
para la aparición y la gravedad del cuadro de intoxicación.
El cuadro clínico se caracteriza principalmente por la aparición
a los 1-5 días de hemorragias en diversos órganos. Otros síntomas
son taquicardia, hipotensión y trastornos de la circulación
periférica a consecuencia de la pérdida de sangre, así
como náuseas, vómitos, diarrea y dolores abdominales espasmódicos.
En las pruebas de laboratorio puede comprobarse un valor de Quick extremadamente
bajo (o un valor INR alto), prolongación considerable del tiempo de
recalcificación o de tromboplastina y trastornos de la g-carboxilación
de los factores II, VII, IX y X. La vitamina K1 es capaz de contrarrestar,
generalmente a las 3-5 horas, la inhibición causada por acenocumarol
de la g-carboxilación hepática de los factores de coagulación
que dependen de la vitamina K. Si el tiempo de tromboplastina era normal cuando
se tomó la sobredosis, la sustancia activa puede eliminarse parcialmente
induciendo vómitos o efectuando un lavado de estómago y administrando
carbón activado o un laxante de efecto rápido o administrando
colestiramina la cual aumenta significativamente su eliminación por
interrupción del ciclo enterohepático.
En
caso de presencia de hemorragias clínicamente insignificantes, a menudo
basta reducir pasajeramente la dosis de acenocumarol. En caso de hemorragias
moderadas, 2-5 mg de vitamina K1 por vía oral. Si se producen hemorragias
intensas, se inyectarán 1-10 mg de vitamina K1 por vía intravenosa
muy lenta (no más de 1 mg por minuto). Se administrarán dosis
adicionales (hasta 40 mg diarios como máximo) a intervalos de cuatro
horas. La vitamina K1 no deberá inyectarse por vía intramuscular.
Se tendrá presente que dosis superiores a 5 mg pueden causar resistencia
a los anticoagulantes orales durante varios días, de manera que se
recurrirá temporalmente a la heparina si ha de proseguirse la anticoagulación.
Al mismo tiempo se reanudará la anticoagulación oral y, cuando
se haya alcanzado el margen terapéutico, se retirará la heparina.
Si
sobreviene una hemorragia con peligro mortal, puede abolirse inmediatamente
el efecto del tratamiento con acenocumarol mediante la infusión intravenosa
de concentrados de plasma congelados o de sangre completa fresca para reemplazar
los factores de coagulación II, VII, IX y X que falten.
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PRESENTACION
SINTROM
Comp. 4 mg SINTROM UNO Comp.
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REFERENCIAS
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Monografía
revisada el 23 de diciembre de 2010.Equipo de redacción de IQB (Centro colaborador de La Administración Nacional de Medicamentos, alimentos y Tecnología Médica -ANMAT - Argentina).
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