DESCRIPCION
El pegaptanib
sódico es un conjugado covalente de un oligonucleótido de
32 nucleótidos, unido a un grupo terminal compuesto por 28 unidades
de polietilenglicol a través dos grupos amino en una lisina residual.
Es el primer antagonista del factor de crecimiento endotélico vascular
que se utiliza clínicamente para frenar la degeneración
macular asociada al envejecimiento. El pegaptanib se utiliza por inyección
intravítrea, estando indicado para el tratamiento de la degeneración
macular.
Mecanismo
de acción: la degeneración macular es un desorden
que tiene lugar en sujetos de más de 55 años de edad y que
se reconoce como la causa más importante de grave e irreversible
pérdida de la visión en los países desarrollados.
Se caracteriza por lesiones degenerativas progresivas de la mácula,
un pequeña área en el centro de la retina. La degeneración
macular se clasifica en dos tipos: la degeneración macular seca
(no-neovascular) y la degeneración macular húmeda o con
neovascularización coroidea. Aunque esta última es la menos
frecuente, es la responsable de la mayor parte de las cegueras legales
(visión inferior al 20%) que se producen en las personas mayores.
El pegaptanib
es un antagonista del VEGF (factor de crecimiento del epitelio vascular)
impidiendo a angiogenesis y la hiperpermeabilidad inducida por el VEGF,
dos factores que contribuyen de forma decisiva a la progresión
de la pérdida de visión en la degeneración macular
neovascular. El pegaptanib es un potente ligando extracelular del VEGF165
impidiendo que es este se una a sus receptores. Los estudios patofisiológicos
han demostrado que el los niveles de VGEF165 están selectivamente
aumentados en las enfermedades oculares que cursan con neovascularización
y/o hiperpermeabilidad. Además, el VGEF165 es un importante mediador
de la inflamación vascular, una situación de favorece la
neovascularización patológica y los derrames vasculares.
Por el contrario el pegaptanib no se une al VGEF121, una isoforma del
factor de crecimiento del epitelio vascular implicada en la neovascularización
no patológico.
La evidencia
clínica sugiere que los diferentes subtipos de lesiones angiográficas
(es decir la neovascularización clásica y la neovascularización
oculta) se caracterizan por la neovascularización de la coroides
y por un aumento de la permeabilidad vascular. En todos los casos, se
ha demostrado una expresión aumentada del VEFG, por lo que la administración
de pegaptanib al inhibir los efectos de este factor de crecimiento, reduce
la neovascularización y los derrames de fluido frenando la progresión
de la enfermedad.
Farmacocinética:
las concentraciones plasmáticas de pegaptanib se determinan
mediante un método de hibridación dual, siendo los mínimos
niveles detectables 8 ng/mL.
Al pegaptanib
se administra mediante una inyección intravítrea aunque,
en los humanos, no se han determinado sus concentraciones en este fluido
por razones de seguridad. En los animales de laboratorio, después
de la administración de 0.5 mg de pegaptanib en cada ojo las concentraciones
plasmáticas son mínimas (0.03 a 0.04% las concentraciones
vítreas). No se han administrado en el ser humano dosis intravenosas
de este fármaco, por lo que se desconocen su distribución,
metabolismo y eliminación.
En los animales,
después de una administración intravítrea el pegaptanib
se absorbe lentamente en la circulación sistémica alcanzando
unas concentraciones plasmáticas máximas de 80 ng/mL a los
1-4 días después de una dosis mono-ocular de 3 mg. Con dosis
de 0.3 mg/ojo, las concentraciones plasmáticas máximos son
inferiores a los 10 mg/mL, concentraciones unas 100 veces menores que
las obtenidas en los estudios toxicológicos con dosis que no producen
ningún efecto adverso. El pegaptanib se distribuye sobre todo en
el plasma y no llega a los tejidos periféricos en cantidades apreciables
después de una administración intravenosa. A las 24 h de
la administración intravenosa o intraocular de una dosis radiactiva,
el fármaco se distribuye en la humor vítreo, retina y humor
acuoso. Además de los ojos, se observan las mayores concentraciones
de radioactividad en los riñones, tanto después de la administración
intravítrea como intravenosa
Con pacientes
con degeneración macular senil, no se ha observado acumulación
de pegaptanib en el plasma después de dosis múltiples administradas
a intervalos de 6 semanas. La semi-vida terminal aparente (semi-vida que
representa el aclaramiento del fármaco desde el vítreo a
la circulación sistémica) del pegaptanib en el plasma es
de 10 ± 4 días con la dosis de 3 mg. Una vez en la circulación
sistémica, el fármaco es rápidamente eliminado por
vía renal.
No se han
detectado diferencias en el comportamiento farmacocinético del
pegaptanib entre sexos ni entre pacientes de 60 a 90 años. Tampoco
se han detectado anticuerpos inmunoglobulinas IgG en los pacientes tratados
con este fármaco.
Toxicidad:
no se han realizado estudios de cancerogénesis a largo plazo. En
los estudios de mutagénesis in vitro, el pegaptanib, y sus constituyentes
monoméricos (2 ’-O-metiladenosina, y 2’-O-metilguanosina
) fueron negativos en todos las pruebas . Los monómeros 2’-fluorouridina
y 2’-fluorocitidina fueron no clastogénicos en todas las
pruebas con S. typhimurium pero produjeron un aumento de la frecuencia
de revertientes en las cepas de E. coli. Sin embargo, las pruebas de transformación
celulares fueron negativas.
INDICACIONES
Y POSOLOGIA
Tratamiento
de la degeneración macular neovascular ("húmeda")
asociada al envejecimiento:
Inyección
intravítrea:
- Adultos:
0.3 mg/ojo cada 6 semanas durante 48 semanas. Dosis más altas
no parecen producir ningún beneficio adicional. Estas dosis no
curan la enfermedad ni paran su progresión, aunque sí
frenan la misma de forma significativa en comparación con los
controles.
Se desconoce
la eficacia del pegaptanib en tratamientos más prolongados.
CONTRAINDICACIONES
Y PRECAUCIONES
El pegaptanib
está contraindicado en pacientes con infecciones oculares o perioculares.
Las inyecciones
intravítreas en general y las de pegaptanib en particular han estado
asociadas a endoftalmitis. Deben asegurarse condiciones de asepsia adecuadas
durante la administración de este fármaco y los pacientes
deben ser monitorizados durante la semana siguiente al tratamiento para
permitir un tratamiento apropiado si se desarrollase una infección.
Se ha observado
en algunos casos un aumento de la presión intraocular en los 30
minutos después de la inyección del pegaptanib. Por lo tanto,
se recomienda la monitorización de la presión intraocular
y de la perfusión del nervio óptico.
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