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DESCRIPCION
La fluoxetina
es un fármaco antidepresivo que pertenece a la familia de los
inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina. Este
fármaco difiere tanto química como farmacológicamente
de otros fármacos antidepresivos como los inhibidores de la monoamina
oxidasa (IMAOs) o los antidepresivos tricíclicos.
Mecanismo
de acción: el mecanismo exacto de acción de los
inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina no es
del todo conocido. Se cree que su efecto más importante es el
que incrementan las acciones de la serotonina al bloquear de una manera
muy específica su recaptación en la membrana de la neurona.
Los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina
tienen menos efectos sedantes, anticolinérgicos y cardiovasculares
que los antidepresivos tricíclicos por no ser ligandos para los
receptores a la histamina, acetilcolina y norepinefrina. Tampoco tienen
ningún efecto inhibidor sobre la monoaminooxidasa.
Farmacocinética:
la fluoxetina se adminuistra por vía oral y se absorbe muy bien
por el tracto digestivo. La presencia de alimentos en el estómago
retrasa la absorsión pero no la extensión de esta. El
fármaco experimenta un cierto metabolismo de primer paso hepático.
Las concentraciones plasmáticas máximas se alcanzan a
las 6-8 horas. Las concentraciones en el estado de equilibrio ("steady
state") de la fluoxetina y de su metabolito más importante,
la norfluoxetina, se alcanzan a las 2-4 semanas. La fluoxetina tiene
un carbono asimétrico y, por lo tanto, existen dos enantiómeros
que difieren en su farmacocinética y actividad. La S-fluoxetina
parece tener una mayor duración del efecto antidepresivo en comparación
con el racémico.
La fluoxetina
se une en gran medida a las proteínas del plasma, sobre todo
a la glicoproteína a-1, y se distribuye
ampliamente por todo el organismo. Cruza fácilmente la barrera
hematoencefálica y, muy probablemente, la placentaria. También
se excreta en la leche materna.
La fluoxetina
es desmetilada en el hígado, produciéndose vatios metabolitos,
de los cuales, el único activo es la norfluoxetina que parece
ser tan efectivo como la fluoxetina en el bloqueo de la recaptación
de serotonina. De todos los inhibidores selectivos de la recaptación
de serotonina, la fluoxetina es el que se elimina más lentamente.
La semi-vida de elininación de la fluoxetina es de 2-3 días,
y la de su principal metabolito, de 7 a 9 días. Existen grandes
variaciones interindividuales en lo que se refiere a la eliminación
de este fármaco, debido probablemente a las diferentes velocidades
de metabolización entre los diferentes sujetos. Aproximadamente
el 60% de una dosis se elimina en los 35 días siguientes en la
orina, mientras que en las heces se excreta alrededor del 12%.
Las personas
mayores metabolizan y responden a los efectos clínicos de la
fluoxetina igual que los pacientes de menor edad. La insuficiencia hepática
puede afectar la eliminación de este fármaco, aumentando
la semi-vida de eliminación de la fluoxetina y de su metabolito,
la norfluoxetina, a 7.6 y 12 días respectivamente en los pacientes
cirróticos en comparación con los sujetos normales. La
insuficiencia renal no parece afectar la farmacocinética de la
fluoxetina ni de la norfluoxetina y no se ha observado acumulación
de estas sustancias en pacientes sometidos a hemodiálisis.
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INDICACIONES
Y POSOLOGIA
Tratamiento
de la depresión (formulación para dosis diarias)
Administración
oral:
- Adultos,
incluídos ancianos: inicialmente 20 mg/día. Más
del 80% de los pacients no necesitan dosis mayores para conseguir
los máximos beneficios del tratamiento. Estas dosis pueden
aumentarse en 10 o 20 mg/día cada mes hasta llegar al máximo
usual de 80 mg/día. En ocasiones muy raras, se pueden necesitar
hasta 100 mg/dia. Cuando las dosis son iguales o superiores a 40 mg/kg,
el fabricante recomienda dividir la dosis en dos administraciones,
una por la mañana y la segunda al mediodía.
- Adolescentes
y niños > de 7 años: inicialmente 5-10 mg/día,
subiendo lentamente las dosis. Los estudios clínicos han puesto
de manifiesto unas dosis medias eficaces de 0.7 mg/kg/día.
Se considera que las dosis máximas en esta población
no deben ser superiores a 1 mg/kg/día, sin pasar de los 60-80
mg/dia en los adolescentes y de 40 mg/día en los niños
de > de 12 años. Si las dosis diarias son > 40
mg, se recomienda dividirlas en dos administraciones, por la mañana
y al mediodía.
Tratamiento
de la depresión (formulación para una dosis semanal)
Administración
oral:
- Adultos:
90 mg una vez a la semana. Los efectos terapeúticos de esta
formulación son idénticos a los de un tratamiento de
20 mg/día, así como los efectos secundarios con excepción
de la diarrea que es ligeramente mayor en el caso de la formulación
semanal. Sin embargo, son mejores la adherencia y el cumplimiento
del tratamiento por parte del paciente.
- Adolescentes
y niños: la seguridad y eficacia de esta formulación
no han sido establecidas.
Tratamiento
de los desórdenes obsesivos-compulsivos:
Administración
oral:
- Adultos,
incluyendo personas de > 65 años: Inicialmente, se
recomiendan 20 mg/día. En más del 85% de los casos,
estas dosis son suficientes para conseguir los máximos beneficios.
Las dosis se pueden aumentar cada mes en 10-20 mg hasta un máximo
de 80 mg/día. Raras veces se requieren dosis de 100 mg/día.
A partir de los 40 mg/día, es conveniente dividir las dosis
en dos administraciones. El fabricante aconseja ingerir las dosis
por la mañana y al mediodía.
- Adolescentes
y niños de > 7 años: inicialmente se recomiendan
dosis de 5 a 10 mg/día, aumentando estas progresivamente. La
dosis media efectiva alcanzada en los estudios clínicos realizados
en esta población fue de 0.7 mg/kg/día. Las dosis consideradas
como máximas son de 1 mg/kg/día. A partir de los 40
mg/día es conveniente partir la dosis en dos administraciones.
Tratamiento
de la bulimia nerviosa:
Administración
oral:
- Adultos:
60 mg una vez al día, administrados por la mañana. En
algunos pacientes puede ser necesario ir escalando las dosis hasta
llegar a los 60 mg a lo largo de varios días. No se han estudiado
dosis superiores a los 60 mg/día para esta indicación.
- Adolescentes
y niños de > 6 años: aunque no se establecido
su seguridad, dosis de 20 mg una vez al día han producido resultados
satisfactorios.
Tratamiento de la anorexia nerviosa:
Administración
oral:
- Adultos
y adolescentes: el tratamiento con fluoxetina ha ocasionado resultados
mixtos, tanto en pacientes ambulatorios como en pacientes internados.
En la fase aguda de la enfermedad, la fluoxetina no aporta ningún
beneficio al paciente. Sin embargo, una vez restablecido el peso y
resuelto el problema psicológico debido a la malnutrición,
la fluoxetina reduce el índice de recaídas. Se recomienda
iniciar el tratamiento con 10 mg/día, aumentando las dosis
progresivamente hasta un máximo de 60 mg.
Tratamiento
de la obesidad:
Administración
oral:
- Adultos:
el valor de la fluoxetina en esta indicación es dudoso. Algunos
estudios no han mostrado diferencias significativas con el placebo
después de varios meses de tratamiento, mientras que en otros
casos se han observado reducciones variables del peso, utilizando
dosis de 60 mg/día. Si las dosis son superiores a 40 mg/día,
deben dividirse en dos tomas.
Tratamiento
de la dependencia al alcohol en pacientes alcohólicos:
- Adultos:
Inicialmente, 20 mg una vez al día, aumentando progresivamente
las dosis. En un estudio, en los pacientes tratados con 60 mg/dia
el consumo de alcohol disminuyó en un 20% mientras que en los
sujetos tratados con 40 m/dia no se observaron diferencias en comparación
con el placebo. Las dosis iniciales de 20 mg/dia pueden aumentarse
progresivamente a razón de 10-20 mg al mes hasta un máximo
de 80 mg/dia, que serán tomados en dos dosis, por la mañana
y al mediodía.
Tratamiento
de la fibromialgia:
Administración
oral:
- Adultos:
en un pequeño estudio comparando la amitriptilina con la fluoxetina
o el placebo o la combinación de amitriptilina + fluoxetina,
la fluoxetina en dosis de 20 mg una vez al día fué superior
al placebo.
Profilaxis
de la migraña:
Administración
oral:
- Adultos:
la administración de 10-20 mg/día de fluoxetina ha demostrado
reducir la incidencia de la migraña a la mitad en un 51% de
los pacientes (en comparación con el 71% en los tratados con
amitriptilina). Otros estudios (con dosis de hasta 40 mg/dia) han
mostrado un efecto modesto de la fluoxetina en la profilaxis de las
migrañas, con una reducción de la frecuencia de los
ataques, pero no de la intensidad. En cualquier caso, el número
de estudios clínicos publicados es insuficiente como para extraer
conclusiones.
Tratamiento del pánico:
Administración
oral:
- Adultos:
Inicialmente, 20 mg una vez al día. En los estudios clínicos
realizados, los pacientes tratados con 10-70 mg/día de fluoxetina
mejoraron en un plazo de 6-11 semanas. Las dosis iniciales se deben
aumentar progresivamente a razón de 10-20 mg al mes hasta un
máximo de 80 mg/día. A partir de los 40 mg, las dosis
se deben administrar en dos veces.
- Adolescentes
y niños de > 7 años: Inicialmente, 5—10 mg/ día,
aumentando las dosis progresivamente. Las dosis medias eficaces son
de unos 0.7 mg/día. Las dosis máximas son de 1 mg/kg
sin exceder los 60-80 mg/día en el caso de los adolescentes
y 40 mg/día en los menores de 12 años.
Tratamiento
del estrés postraumático:
Administración
oral:
- Adultos:
se han utilizado dosis entre 20—80 mg/día. Las dosis efectivas
en la mayor parte de los estudios fueron de 40 mg/día. La fluoxetina
es efectiva en muchos estrés traumáticos incluídos
los del combate. No deben excederse las dosis de 80 mg/día
divididas en dos tomas.
Tratamiento
del autismo:
Administración
oral:
- Adultos:
aunque la información disponible es limitada, la fluoxetina
puede ser útil en pacientes autistas con un desorden obsesivo-compulsivo
o síntomas depresivos. Inicialmente se recomiendan 20 mg/día
aumentando progresivamente las dosis hasta un máximo de 80
mg/día. Las dosis usuales oscilan entre 20 y 40 mg/día.
Tratamiento de la hipotensión ortostática grave:
Administración
oral:
- Adultos:
en un estudio preliminar, las dosis de 20 mg una vez al día
durante 6-8 semanas en pacientes con hipotensión ortostática
sintomática produjeron en la mayor parte de los casos una reducción
parcial o completa de los síntomas.
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Tratamiento
del síndrome disfórico premenstrual:
Administración
oral:
- Mujeres
adultas: comenzar con dosis de 10-20 mg una vez al día, aumentando
las dosis progresivamente hasta los 60 mg/kg. En un estudio con dosis
de 20 y 60 mg/dia de fluoxetina administrada el tercer día
del ciclo menstrual durante 6 ciclos, se observó una mejoría
de los síntomas en el 55% de los casos frente al 22% en el
placebo. En algunas mujeres, la administración de fluoxetina
en la fase lútea (es decir 14 días antes de la menstruación)
también es eficaz.
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Tratamiento
de los sofocos en las mujeres con cáncer de mama que experimentan
síntomas similares a los de la menopausia:
Administración
oral:
- Mujeres
adultas: en un estudio clínico piloto, la fluoxetina en dosis
de 20 mg una vez al día redujo la incidencia y severidad de
los sofocos en el 54% en comparación con el placebo.
Dosis
máximas
- Adultos:
80 mg/día para las formas galénicas convencionales.
Raras son las ocasiones en que se requieren 100 mg/día
- Ancianos:
80 mg/día
- Adolescentes:
aunque los datos son limitados, se sugiere un máximo de 1 mg/kg/día,
sin pasar de los 60-80 mg/dia
- Niños
de > 6 años: se sugiere un máximo de 1 mg/kg/día,
sin pasar de los 40 mg/día
- Niños
de < de 6 años: no se han establecido la seguridad y eficacia
de la fluoxetina
Enfermos
con disfunción hepática: las dosis diarias se deben modificar
en función del grado de insuficiencia y de la respuesta clínica.
No se han publicado pautas cuantitativas de tratamiento para estos pacientes.
Pacientes
con disfunción renal: no se requieren reajustes de las dosis.
Pacientes
bajo diálisis intermitente: en dosis de 20 mg/día no se
ha observado acumulación significativa de de fluoxetina o de
su metabolito norfluoxetina.
CONTRAINDICACIONES
Y PRECAUCIONES
La fluoxetina
está contraindicada en los pacientes con hipersensibilidad al
fármaco o a cualquiera de los componentes de su formulación.
La retirada de una medicación con inhibidores selectivos de la
recaptación de serotonina se debe hacer gradualmente para evitar
un síndrome de retirada. En el caso de la fluoxetina el riesgo
de que se produzca este síndrome es menor debido a la larga semi-vida
del fármaco y de su metabolito activo.
La fluoxetina
se debe utilizar con precaución en pacientes con epilepsia o
desórdenes convulsivos. Aunque se han comunicado convulsiones
con la fluoxetina sólo en raras ocasiones, pueden ocurrir en
caso de sobredosis. Se desconocen los efectos de la fluoxetina sobre
la terapia electroconvulsiva, aunque algunos autores han comunicado
una prolongación de las convulsiones en los pacientes tratados
con el fármaco.
Como ocurre
con todos los fármacos antidepresivos, la fluoxetina puede transformar
un estado depresivo en una manía o hipomanía en los sujetos
predispuestos. Si un paciente desarrolla síntomas maníacos,
debe discontinuarse la fluoxetina y administrar un tratamiento adecuado
para la manía.
La posibilidad
de un suicidio es inherente a todo paciente con síndromes depresivos,
y puede ocurrir tanto en una depresión primaria como en una depresión
asociada a otros desórdenes. Los pacientes con historia de intento
de suicidio deben ser vigilados estrechamente al iniciarse un tratamiento
con fluoxetina. Además, la fluoxetina se debe administrar en
las menores dosis posibles con objeto de minimizar el riesgo de sobredosis.
En los
pacientes con cirrosis, la semi-vida de eliminación de la fluoxetina
y de la norfluoxetina están prolongadas de forma significativa
y, por lo tanto se debe administrar con precaución, reduciendo
la dosis o aumentando el intervalo entre dosis.
La fluoxetina
puede ocasionar el síndrome de secreción inapropiada de
la hormona antidiurética (SIADH). Los ancianos y los pacientes
tratados con diuréticos son más propensos a desarrollar
este síndrome.
La fluoxetina
debe ser administrada con precaución en los pacientes con diabetes
mellitus que pueden ver afectado el control de su enfermedad y necesitar
ajustes en su medicación hipoglucémica. La fluoxetina
ocasiona una pérdida de peso y se debe administrar con precaución
en los pacientes con anorexia nerviosa.
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La fluoxetina
se clasifica dentro de la categoría C de riesgo en el embarazo.
Los estudios de teratogenia en animales de laboratorio no mostraron
ningún tipo de malformaciones fetales. Sin embargo, los inhibidores
de la recaptación de serotonina reducen los receptores de serotonina
de la corteza fetal, permaneciendo estos cambios durante un tiempo después
del nacimiento. Se desconoce si estos resultados obtenidos en los animales
son extrapolables al ser humano. Algunos estudios epidemiológicos
realizados en mujeres expuestas a la fluoxetina durante el embarazo
sugieren que el fármaco no modifica el desarrollo cognitivo ni
el comportamiento de los niños. En un estudio en 228 mujeres
tratadas con fluoxetina durante el embarazo, no se observaron diferencias
en comparación con los controles en el número de abortos
o de anormalidades estructurales. Sin embargo, tres de los niños
de las mujeres tratadas con fluoxetina durante el tercer trimestre mostraron
un mayor grado de prematuridad, un peso menor y una peor adaptación
neonatal. El fabricante recomienda utilizar la fluoxetina durante el
embarazo sólo si los beneficios potenciales para la madre superan
los posibles riesgos para el feto.
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La fluoxetina
se debe utilizar con precaución en la lactancia, debido a que
se excreta en la leche materna, siendo las concentraciones en la leche
similares a las observadas en el suero de la madre. La fluoxetina puede
causar irritabilidad, cólicos, vómitos y problemas sobre
el sueño en los lactantes. En general se recomienda que las madres
bajo tratamiento con fluoxetina no alimenten a sus hijos, y si lo hacen,
los lactantes deben ser vigilados por si apareciera alguna reacción
adversa.
Los fármacos
psicoactivos pueden afectar el estado de alerta o las habilidades motoras,
por lo que se debe advertir a los pacientes que inicien un tratamiento
con fluoxetina y que conduzcan o manejen maquinaria pesada.
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INTERACCIONES
De todos
los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina,
la fluoxetina es, quizas, el que inhibe en mayor grado la mayoría
de las enzimas lisosomales hepáticas.
Los efectos
farmacológicos de la fluoxetina se deben a una inhibición
de la recaptación de la serotonina. La serotonina es metabolizada
a través de una monoaminooxidasa tipo A, por lo que la administración
de un fármaco que bloquée dicha enzima al mismo tiempo
que la fluoxetina, puede provocar una seria reacción adversa
conocida como "síndrome de la serotonina o síndrome
serotoninérgico". Se caracteriza por confusión, convulsiones
e hipertensión elevada así como por otros síntomas
menos graves. La mayor parte de los inhibidores de la monoaminooxidasa
(IMAOs) bloquean el tipo A de esta enzima, por lo que no se deben administrar
con la fluoxetina. Tampoco se debe usar concomitantemente con la fluoxetina
la seleginina, un inhibidor selectivo de la monoaminooxidasa tipo B
debido a que, en dosis altas, este fármaco también puede
inhibir la MAO tipo A. Se recomienda un plazo de al menos 2 semanas
entre la retirada de una medicacion IMAO y el inicio de un tratamiento
con fluoxetina y al menos de 5 semanas entre la discontinuación
de un tratamiento con fluoxetina y el inicio de una medicación
IMAO.
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La isoniazida,
un fármaco antituberculoso, también muestra una cierta
actividad inhibidora de la monoaminooxidasa y no se debe usar al mismo
tiempo que la fluoxetina.
Como el
triptófano es un precursor de la serotonina, el consumo de este
aminoácido en suplementos alimentarios puede ocasionar algunos
de los síntomas del síndrome de la serotonina (agitación,
nerviosismo, palpitaciones, etc) que usualmente desaparecen cuando cesa
su consumo.
La administración
concomitante de agonistas de los receptores 5HT1 como el sumatriptán
y otros triptanos que se utilizan en el tratamiento de la migraña
con la fluoxetina puede ocasionar un aumento de los niveles plasmáticos
con casos, no muy frecuentes, de debilidad muscular, hiperreflexia e
incoordinación. En el caso de que sea clínicamente necesaria
la administración de ambos tipos de fármaco, los pacientes
deben ser advertidos que puede presentarse una interacción y,
si esta tuviera lugar, deben tomarse las medidas apropiadas. Tampoco
es aconsejable la administración concomitante de fluoxetina y
nefazodona, un antagonista de los receptores 5HT.
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La fluoxetina,
en dosis terapeúticas, altera la vía metabólica
dependiente del sistema CYP2D6, por lo que cualquier fármaco
que sea metabolizado por esta vía aumentará sus concentraciones
plasmáticas. Además, los efectos de la fluoxetina sobre
el metabolismo hepático se mantienen durante varios días
después de discontinuar su administración debido a los
efectos prolongados de este fármaco.
Son muy
numerosos los fármacos antipsicóticos cuyos niveles plasmáticos
aumentan cuando se administra fluoxetina, incluyendo la tiorizadina,
la clozapina, el haloperidol, la loxapina, el molindano, la pimozida,
la risperidona y otros muchos más. De igual forma, los niveles
plasmáticos de ciclosporina aumentan cuando se administra con
fluoxetina, debiéndose vigilar los niveles del inmunosupresor
para evitar una toxicidad renal. Probablemente será necesario
un reajuste de la dosis de ciclosporina. Las mismas recomendaciones
son aplicables al sirolimus: la fluoxetina puede inhibir el metabolismo
del sirolimus en el intestino y el higado.
Los fármacos
anorexígenos fenfluramina o dietilpropión estimulan la
liberación de serotonina y norepinefrina y, además, se
metabolizan vía isoenzima CYP2D6, por lo que la fluoxetina puede
inducir con ellos un síndrome serotoninérgico por los
dos mecanismos. Por lo tanto, la administración de fluoxetina
y fenfluramina está contraindicada.
El diazepam
es metabolizado por los sistemas enzimáticos CYP2C19 y CYP3A4
ambos inhibidos por la fluoxetina. Esto puede resultar en un aumento
sustancial de la semi-vida del diazepam. Lo mismo ocurre en el caso
del alprazolam, cuyo aclaramiento es reducido por la fluoxetina. Por
el contrario, ni el clonazepam ni el triazolam son afectados por la
fluoxetina.
Se han
comunicado alucinaciones visuales cuando se ha administrado dextrometorfano
(que se metaboliza vía CYP2D6) a pacientes tratados con fluoxetina.
Debe procederse con precaución si se administran ambos fármacos
concomitan-temente.
La buspirona
y la fluoxetina tienen efectos farmacológicos opuestos: la buspirona
reduce la síntesis y liberación de serotonina actuando
sobre los receptores serotoninérgicos, mientras que la fluoxetina
potencia la serotonina al impedir su recaptación. Se ha comunicado
un aumento de los síntomas de ansiedad cuando la fluoxetina se
añadió a un régimen a base de buspirona y trazodona
y convulsiones en otro caso cuando se añadió fluoxetina
a un tratamiento previo con buspirona. Por el contrario, en pacientes
con desórdenes obsesivos-compulsivos, la combinación fluoxetina-buspirona
parece mejorar la eficacia de la fluoxetina. Hasta que se disponga de
una más amplia información, se recomienda precaución
si se prescribe esta combinación.
La ciproheptadina
es un antagonista de los receptores de la serotonina en el sistema nervioso
que se utiliza en el tratamiento de la anorexia y el síndrome
de Cushing. Su acción farmacológica se opone a la de la
fluoxetina. Desde el punto de vista clínico, la ciproheptadina
empeora la depresión cuando se administra a pacientes tratados
con fluoxetina.
La carbamazepina
es metabolizada por la isoenzima CYP3A4 que es inhibida por la fluoxetina.
Al aumentar las concentraciones plasmáticas de carbamazepina
pueden desarrollarse alteraciones oculares, vértigo y temblores.
Se recomienda la monitorización semanal de los niveles plasmáticos
de carbamazepina ajustando sus dosis en consecuencia hasta alcanzar
un estado de equilibrio (lo que se suele conseguir en unas 8 semanas)
Una de
las dos vías de metabolización de la fenitoína
es la isoenzima CYP2C19, que es inhibida por la fluoxetina. Se han descrito
varios casos de toxicidad por fenitoina cuando se añadió
fluoxetina al tratamiento.
Tanto
el astemizol como la terfenadina son metabolizados a través de
la isoenzima CYP3A4, que es inhibida por la norfluoxetina. Aunque sólo
existen datos limitados, se ha sugerido que la taquicardia aparecida
en el caso de un paciente bajo terfenadina al cabo de un mes de iniciar
un tratamiento con fluoxetina podría estar relacionada con una
interaccción entre el antidepresivo y el antihistamínico.
Se recomienda evitar estas antihistaminas durante el tratamiento con
fluoxetina. Hay que tener en cuenta, además, que tanto la fluoxetina
como el astemizol son fármacos de larga duración que están
presentes varios días en el plasma después de su retirada.
Se ha
descrito una interacción significativa entre la cimetidina y
la paroxetina, otro fármaco antidepresivo y, teóricamente
la farmacocinética de la fluoxetina podría verse afectada
por la cimetidina e, inversamente, la farmacocinética de la cimetidina
podría verse afectada por la fluoxetina. Es recomendable tomar
precauciones si ambos fármacos se administran conjuntamente.
Se ha
descrito una interacción entre la fluoxetina los beta-bloqueantes
propranolol y metoprolol, al potenciar la fluoxetina los efectos inotrópicos
negativos de estos fármacos. Se ha observado bradicardia y un
bloqueo cardíaco trás la administración de metoprolol
y propranolol, respectivamente. Estos efectos son probablemente debidos
a la inhibición de su metabolismo. Sin embargo, se debe tener
en cuenta que la fluoxetina no inhibe el aclaramiento de todos los beta-bloqueantes.
La fluoxetina
puede alterar las concentraciones de litio, recomendándose la
monitorización de esta sustancia. Unas concentraciones inadecuadas
de litio (< 0.6 mEq/L) pueden desencadenar un ataque de manía
en los pacientes con desórdenes bipolares.
Si bien
los datos clínicos son limitados, la fluoxetina puede potenciar
los efectos hipoprotrombinémicos de la warfarina. Esta interacción
podría ser producida por dos mecanismos: por inhibición
del metabolismo hepático de la warfarina (que se verifica a través
de la isoezima CYP2C9) o por un efecto directo de la fluoxetina sobre
la agregación plaquetaria. En la medida de lo posible, debe evitarse
el uso simultáneo de estos dos fármacos.
Otros
fármacos metabolizados por la isoenzima CYP3A4 y cuyos efectos
son potenciados por la fluoxetina son el modafinilo y el cilostatol.
En el caso del cilostatol, el fabricante recomienda una reducción
de la dosis del 50% para evitar el aumento de las reacciones adversas.
Estudios
"in vitro" han puesto de manifiesto que la fluoxetina inhibe
el metabolismo de la metadona, por lo que podrían aumentar las
reacciones adversas producidas por este narcótico si se administra
con fluoxetina. En el caso del tramadol, se han documentado el síndrome
serotoninérgico y un aumento del riesgo de convulsiones. Se cree
que los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina
inhiben la formación del metabolito activo del tramadol, lo que
por una parte reduce su eficacia analgésica y por otra parte
mantiene unas concentraciones más elevadas de tramadol sin alterar,
que tiene una mayor actividad serotoninérgica que su metabolito.
Igualmente, se han descrito casos aislados del síndrome serotoninérgico
en pacientes bajo tratamiento con pentazocina. Todos estos fármacos
deben ser evitados durante el tratamiento con fluoxetina o, al menos,
utilizados con suma precaución.
Por los
mismos motivos, la fluoxetina aumenta los niveles plasmáticos
de la bupivacaína (y de la levobupivacaína), de la dofetilida,
y de la cevimelina y también reduce el aclaramiento de los antagonistas
del calcio (verapamil, diltiazem o 1,4-dihidropiridinas). En todos estos
casos, aumenta el riesgo de los correspondientes efectos tóxicos
o reacciones adversas.
En algunos
pacientes tratados con inhibidores selectivos de la recaptación
de serotonina, la administración concomitante de zolpidem ha
provocado desorientación, delusiones y alucinaciones que a veces
han sido de corta duración, pero que otras veces se han mantenido
durante 7 horas o más. Se desconoce el mecanismo de esta interacción,
aunque en algún caso se ha observado que el metabolismo del zolpidem
era parcialmente inhibido al asociarlo a la sertralina, otro inhibidor
selectivo de la recaptación de la serotonina.
Se han
comunicado varios casos de serias reacciones neurológicas cuando
se administró ritonavir con fluoxetina. En efecto, el ritonavir
afecta a varias de las isoenzimas hepáticas implicadas en el
metabolismo de la fluoxetina, reduciendo su metabolismo y eliminación
(lo mismo ocurre con otros inhibidores selectivos de la recaptación
de la serotonina). Algunos informes recomiendan reducir hasta el 50%
las dosis de estos fármacos si se administra ritonavir al mismo
tiempo.
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Debido
a los posibles efectos aditivos sobre las concentraciones sinápticas
de serotonina es recomendable evitar el consumo de la hierba de San
Juan o hipérico (Hypericum perforatum) conjuntamente
con los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina.
Esta interacción podría originar un síndrome serotoninérgico
y, de hecho se han documentado varios casos de este síndrome
provocado por el consumo de hipérico concomitantemente con la
administración de los fármacos tipo fluoxetina.
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Se desconoce
si la melatonina interfiere con las medicaciones psicotrópicas.
Se conoce un caso en el que una dosis excesiva de melatonina en paciente
tratado con fluoxetina ocasionó una psicosis aguda que se resolvió
en 24 horas. En otros estudios, sin embargo, la melatonina no interfirió
con la fluoxetina. En cualquier caso se recomienda precaución
si ambos fármacos se utilizan conjuntamente.
Otras
plantas medicinales que pueden interferir con los psicofármacos
y que se deben evitar o, al menos, utillizar con precaución,
son el kava-kava (Piper methysticum) y la valeriana (Valeriana
officinalis) cuyos efectos farmacológicos podrían
ser aditivos a los de la fluoxetina.
REACCIONES
ADVERSAS
Las reacciones
adversas sobre el sistema nervioso central que pueden ocurrir en los
pacientes tratados con fluoxetina incluyen ansiedad, nerviosismo, insomio,
somnolencia, sedación, fatiga, mareos, temblores, mareos y cefaleas.
Las cefaleas son la reacción adversa sobre el SNC más
frecuentemente observada. Algunos de estos efectos adversos pueden ir
reduciendose con el tratamiento debido a que están asociados
a un estado depresivo pero, en ocasiones, si son muy graves, pueden
obligar a discontinuar el tratamiento. La sedación es un efecto
secundario menos importante que en el caso de los antidepresivos tricíclicos,
si bien los pacientes deben ser advertidos de que el uso de fluoxetina
puede reducir el estado mental de alerta y, afectar algunas actividades
que requieren la totalidad de la actividad mental. De acuerdo con el
fabricante, el fármaco produce somnolencia en el 11.6% de los
casos, mientras que la sensación de sedación sólo
afecta al 1.9%.
Como todos
los fármacos antidepresivos, le fluoxetina puede transformar
una depresión en manía en los pacientes predispuestos.
En los estudios clínicos realizados en el tratamiento de la depresión,
el paso a manía/hipomanía fué observado en el 0.1%
de los pacientes tratados con fluoxetina y el 0.1% de los pacientes
tratados con placebo. En los estudios clínicos realizados en
el tratamiento de los desórdenes obsesivos compulsivos, la incidencia
de maná/hipomanía fue observada en el 0.8% de los pacientes
tratados con fluoxetina y en ninguno de los pacientes tratados con placebo.
La fluoxetina
puede inducir convulsiones pero la incidencia de esta reacción
adversa es realmente baja (12 casos en 6.000 pacientes). Además
esta reacción solo parece darse en casos de sobredosis, tratamientos
muy prolongados o cuando existe un estado convulsivo previo.
También
son raros los síntomas extrapiramidales (distonía, tortícolis
y acatisia, así como otras reacciones distónicas ) en
los pacientes tratados con fluoxetina. El más frecuente de estos
es la acatisia que puede confundirse fácilmente con ansiedad
o agitación. Como es el caso de todos los antidepresivos, la
fluoxetina debe usarse con precaución debido a que puede inducir
ideas de suicidio. Los pacientes debe ser vigilados en particular durante
los primeros días de tratamiento.
Las nauseas
y vómitos aparecen hasta en un 20% de los pacientes. En la mayor
parte de los casos, desaparecen al cabo de unas pocas semanas de tratamiento,
pero en algunos pacientes pueden llegar a ser tan intensos que obligan
a la retirada del fármaco. Las náuseas aparecen con mayor
frecuencia con la fluoxetina que con los antidepresivos tricíclicos.
Otras reacciones adversas frecuentes (alrededor del 10%) que pueden
requerir cuidados médicos son la anorexia, la diarrea y la xerostomía.
La anorexia es el resultado del bloqueo de la recaptación de
la serotonina y no suele desarrollarse tolerancia a la misma. Se observa
una pérdida de peso de más del 5% en el 10-15% de los
pacientes tratados con fluoxetina, existiendo una relación lineal
entre esta pérdida de peso y las dosis. Un 1% de los pacientes
tienen que discontinuar el tratamiento debido a esta reacción
adversa.
Estos
efectos gastrointestinales son dosis-dependientes y suelen disminuir
o desaparecer al reducir las dosis.
Se ha
observado ocasionalmente hipoglucemia en los pacientes tratados con
fluoxetina e hiperglucemia al discontinuar el fármaco. Los pacientes
con diabetes mellitus deberán ser monitorizados al iniciar o
discontinuar un tratamiento con fluoxetina.
En un
3% aproximadamente de los pacientes la fluoxetina produce algún
deterioro de la visión, incluyendo visión borrosa.
La fluoxetina
es bastante menos cardiotóxica que los antidepresivos tricíclicos.
En menos del 1% de los pacientes se han descrito bradicardia sinusal
(disminución de 3 latidos/min), e hipotensión ortostática
y, todavía más raramente sofocos, palpitaciones o angina.
Tampoco son frecuentes la mialgia y/o dolor articular. El dolor de espalda
ocurre en un 1-2% de los casos.
Se ha
descrito anemia en menos del 1% de los casos. Igualmente el sangrado
es una reacción adversa muy infrecuente, debida al parecer a
los efectos de la fluoxetina sobre la hemostasia, en concreto sobre
la agregación plaquetaria.
Se han
observado infecciones del tracto respiratorio superior en el 8% de los
pacientes tratados con fluoxetina. Otros síntomas respiratorios
que aparecen en el 1-3% de los pacientes son faringitis, congestión
nasal, cefalea sinusal, tos y disnea.
Aproximadamente
el 2% de los pacientes padece disfunción sexual representada
por retrasos en la eyaculación, impotencia, anorgasmia, disminución
de la líbido y anestesia penil. Aunque el fabricante reporta
un 2% de casos de disfunción sexual, muchos autores creen que
puede afectar hasta el 75% de los pacientes tratados con fluoxetina.
Por el contrario, el priapismo rara vez se presenta con los inhibidores
selectivos de los receptores de serotonina.
La fluoxetina
puede producir el síndrome de la secreción inapropiada
de la hormona antidiurética (SIADH) que se presenta como una
hiposmolalidad del plasma y de la orina acompañada de hiponatremia.
Los pacientes mayores y los tratados con diuréticos presentan
un mayor riesgo de experimentar este síndrome.
En un
2% de los pacientes tratados con fluoxetina se observa un aumento de
la frecuencia urinaria. En un 1% de los casos, se reportado un hipoparatiroidismo,
aunque no ha sido posible establecer inequivocamente una relación
causal. Esto es importante dado que incluso un ligero hipoparatiroidismo
puede prevenir la respuesta a un tratamiento antidepresivo.
En un
10% de los pacientes se observa diaforesis.
En lo
que se refiere a las reacciones alérgicas, sólo el 1%
de los pacientes tienen que discontinuar el tratamiento con fluoxetina
debido a reacciones alérgicas. Sin embargo, todas las reacciones
dermatológicas debe ser investigadas puesto que pueden ser precursoras
de reacciones sistémicas serias. En la mayor parte de los casos,
el rash inducido por la fluoxetina responde a un tratamiento con antihistamínicos
o corticoides, o simplemente a la retirada del fármaco. El rash
inespecífico con o sin prurito se desarrolla en el 2-4% de los
pacientes en las primeras semanas de tratamiento. Otras reacciones alérgicas
(< 1%) incluyen alopecia, rash acneiforme, dermatitis de contacto,
eritema nudoso y xerosis. Ocasionalmente, los pacientes con rash pueden
evolucionar a vasculitis con síntomas similares a los del lupus.
Aunque estos eventos son raros pueden ser bastante serios, afectando
a los pulmones, riñones o hígado y pueden incluso producir
fatalidades.
Se han
reportado reacciones anafilácticas incluyendo broncoespasmo,
angioedema, laringoespamo y urticaria. En raras ocasiones se han producido
reaccciones pulmonares de tipo inflamatorio o fibrótico, generalmente
precedidas por disnea. Se desconoce el fundamento inmunológico
de estos procesos.
Se recomienda
una reducción gradual de las dosis cuando se procede a la discontinuación
de cualquier inhibidor selectivo de la recaptación de la serotonina
para prevenir un síndrome de retirada. En el caso de la fluoxetina
el riesgo de aparición de un síndrome de retirada es menos
probable que con otros fármacos de la misma familia debido a
la larga semi-vida plasmática de su metabolito activo. Los síntomas
que presenta el síndrome de retirada son fatiga, dolor abdominal,
naúseas, mareos, temblores, escalofrios, diaforesis e incordinación
y suelen aparecer entre 1 y 3 días después de la abrupta
discontinuación del fármaco inhibidor selectivo de la
recaptación de serotonina. Sin embargo, en el caso de la fluoxetina
no se han comunicado casos significativos del síndrome de retirada.
El síndrome
serotoninérgico (ver precauciones) es relativamente frecuente
en el caso de la fluoxetina. Los síntomas que lo acompañan
incluyen naúsea, vómitos, sedación, mareos, diaforesis,
sofocos, cambios en el estado mental, mioclonía, escalofrios
e hipertensión.
Los signos
y síntomas más comunes en caso de sobredosis no fatales
son convulsiones, somnolencia, naúsea, taquicardia y vómitos.
Ocasionalmente se han observado anormalidades electrocardiográficas
(prolongación del intervalo QT, arritmia ventricular y torsades
de pointes) así como otros síntomas muy similares a los
del síndrome neuroléptico maligno.
PRESENTACION
- PROZAC
solución 20 mg/ 5 ml. DISTA
- PROZAC,
caps., 20 mg DISTA
- PROZAC,
sobres, 20 mg DISTA
- ADOFEN,
solución, 20 mg/5 ml FERRER INTERNACIONAL
- ADOFEN,
caps, 20 mg. FERRER INTERNACIONAL
- ADOFEN,
sobres 20 mg FERRER INTERNACIONAL
- FLUOXETINA
ALTER, caps, 20 mg. ALTER
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REFERENCIAS
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Issue 7, p582-588
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Monografía
creada 8 de Noviembre 2009.Equipo de redacción de IQB (Centro colaborador de La Administración Nacional de Medicamentos, alimentos y Tecnología Médica -ANMAT - Argentina).
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