QUISTE DE RIÑÓN ADQUIRIDO [ICD-10: N28.1] |
El uso cada vez más frecuente de la ultrasonografía abdominal como prueba exploratoria de rutina ha puesto en evidencia que los quistes renales (*) son muy frecuentes entre las personas de más de 50 años de edad. En un reciente estudio se ha comprobado que aproximadamente un 30% de las personas que son sometidas a un escáner abdominal muestra uno o más quistes renales. En la mayor parte de los casos, estas lesiones son benignas y no requieren ninguna intervención. Las masas renales se pueden clasificar en quistes, tumores y lesiones inflamatorias (*) . La incidencia de tumores malignos es muy bajo (0.2%) y el riesgo que una masa renal degenere a una carcinoma renal es menor del 1.34%. Los quistes simples suelen ser asintomáticos, pero a veces producen dolor en el costado o en el abdomen y hematuria. Los tumores malignos pueden producir los mismos síntomas o pueden estar asociados a síndromes paraneoplásicos. Las lesiones inflamatorias suelen se consecutivas a un trauma y la presencia de fiebre, escalofrios o infección del tracto urinario revela la presencia de un absceso o quiste renal infectado. La presencia de masas renales indeterminadas en los riñones requiere a veces estudios ulteriores para excluir una neoplasia maligna. El American College of Radiology recomienda investigar cualquier masa renal utilizando una técnica diferente de la que permitió su hallazgo, siempre y cuando esta última no asegure un diagnóstico completamente fiable. Son numerosas las técnicas de diagnóstico por imagen que se pueden utilizar para el diagnóstico de un quiste simple. El American College of Radiology las clasifica según su grado de idoneidad (*) |
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La mayor parte de las masas renales son descubiertas por ultrasonografía (ecografía) abdominal (*). Los criterios para el diagóstico ultrasonográfico de un quiste simple son los siguientes:
Si se cumplen todos estos criterios no se requieren más estudios para caracterizar la masa. Sin embargo, ocasionalmente la ecografía puede no resultar la técnica más idónea (p.ej cuando hay calficación de la pared del quiste, este es hemorrágico o existen múltiples quistes). Además, la ultrasonografia no es capaz de distinguir quistes de un tamaño inferior a 3 cm, aunque los recientes avances en la ultrasonografía en color y Doppler ofrecen resultados prometedores |
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La tomografía computarizada (*) permite distinguir las masas renales según la clasificación de Bosniak que distingue desde un quiste simple hasta un tumor maligno. La clasificación de Bosniak distingue 4 categorias de masas renales:
Por lo tanto, se concluye que la tomografía computarizada es la técnica de imagen más importante para evaluar una masa renal indeterminada. Según Bosniak, el aumento de la densidad relativa en más de 10 unidades Hounsfield es significativo de una neoplasia. Los criterios tomográgicos para que una masa renal sea considerada como de categoría I (quiste simple) son los siguientes:
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Resonancia magnética nuclear En la RMN, los quistes renales simples se presentan como masas bien definidas con una intensidad homogénea de la señal (baja en las imágenes ponderadas en T1 y elevada en las ponderadas en T2). Sin embargo, si el quiste se complica por hemorragia o por infección, la señal de la RM se vuelve heterogénea e inespecífica. La RM con contraste de gadolinio muestra una sensibilidad y especificidad semejante a la TAC para identificar masas renales que requieren cirugía. Además, la RMN es superior a la TAC para caracterizar quistes benignos complejos y es particularmente útil en pacientes con insuficiencia renal en el que los contrastes convencionales pueden ser potencialmente nefrotóxicos, y en los pacientes alérgicos a los mismos |
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Históricamente, la UIV (*) ha sido la modalidad de elección para la evaluación inicial de la hematuria y la detección de masas renales. Sin embargo, la UIV presenta limitaciones de sensibilidad y especificidad en la detección de masas renales. Unos hallazgos normales en la UIV no excluyen una masa y, cuando la UIV detecta una masa, no resulta posible diferenciar si es sólida o quística La UIV sólo tiene una fiabilidad del 10% para lesiones menores de 1 cm de diámetro, del 21% para lesiones entre 1 y 2 cm, del 52% para lesiones entre 2 y 3 cm y del 85% para lesiones mayores. Además se precisan estudios adicionales de imagen, como ecografía, TC y RM, para definir la naturaleza quística o sólida de la masa. |
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La biopsia de una masa renal indeterminada tiene actualmente poco interés dada la sensibilidad y disponibilidad de la ultrasonografía y de la tomografía computarizada. Si se lleva a cabo una aspiración quística (*) , se debe proceder a una analítica de laboratorio. Un líquido claro usualmente representa un quiste benigno, pero se han dado casos de líquidos claros en carcinomas renales de los cuales no todos han dado un resultado citológico positivo. La aspiración o la biopsia tiene una utilidad relativa para confirmar un linfoma o metástasis renales y en algunos casos una evaluación laparoscópica de quistes renales complejos puede remplazar a la cirugía abierta |
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El procedimiento a seguir si se descubre accidentalmente una masa renal se resume en el algoritmo (*) Los quistes simples raras veces requieren un tratamiento quirúrgico para aliviar el dolor o la obstrucción. Cuando es necesario, las opciones de tratamiento incluyen la cirugía abierta, la aspiración percutánea con aguja con o sin inyección de un agente esclerosante, la resección percutánea de la pared del quiste y en el caso de un quiste peripélvico, la marsupialización ureteronefroscópica.
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Monografía revisada el 2 de diciembre de 2006. Equipo de Redacción de IQB |