Tratamiento farmacológico
En la
elección del fármaco se consideran los siguientes factores:
- Eficacia:
el fármaco debe producir mejorías en cuanto a la cognición y
conducta.
- Tolerabilidad y seguridad: los ensayos clínicos deben asegurar
que el fármaco produce mínimos acontecimientos adversos y de naturaleza
leve en tratamiento crónico
- Coste del
tratamiento: el precio debe ser accesible.
Tratamiento farmacológico cognitivo
Los fármacos
que se vienen utilizando hasta ahora para el control paliativo de los
síntomas cognitivos son los inhibidores de la acetilcolinesterasa.
Tienen como objetivo incrementar los niveles de acetilcolina, uno de los neurotransmisores fundamentales, tratando de preservar la cognición en
pacientes con enfermedad de Alzheimer. Algunos de los fármacos más utilizados son el Donepezilo, la Rivastigmina y la Galantamina
Los
inhibidores de la acetilcolinesterasa están indicados para el
tratamiento de la EA en estadios leves-moderados de la enfermedad.
Actualmente no existe un consenso generalizado sobre el momento de
retirada del fármaco; no obstante, estudios indican que cuando el paciente
alcanza un Mini-MENTAL inferior a 12 se debe suspender
el tratamiento con estos fármacos por no ser ya eficaces.
Recientemente se ha comercializado en Europa Memantina, un
antagonista de los receptores del glutamato. En efecto, la
alteración del sistema glutamatérgico, con un acúmulo de glutamato en el
espacio sináptico, es causa de neurotoxicidad y contribuye al deterioro
cognitivo de la enfermedad de Alzheimer. Recientes estudios muestran como los antagonistas
parciales del receptor de glutamato, N-metil-D-aspartato (NMDA), pueden
bloquear la toxicidad neuronal asociada a la liberación prolongada de
éste, retrasando el deterioro cognitivo y funcional del paciente con enfermedad de Alzheimer
Actualmente
se encuentran en estudio numerosas terapias:
Antioxidantes: La neurotoxicidad en la enfermedad de Alzheimer puede deberse a
la peroxidación lipídica promovida por el depósito del péptido b amiloide.
Los antioxidantes, como la vitamina E y seleginina, actuarían inhibiendo
los radicales libres y preservando la integridad de la membrana
neuronal.
Antiinflamatorios: La enfermedad de Alzheimer está relacionada con
ciertos procesos inflamatorios. Algunos fármacos que pueden tener cierta utilidad son los inhibidores selectivos de la ciclo-oxigenasa 2 (COX-2), la
indometacina y los corticoesteroides.
Estrógenos: Los estrógenos pueden ser un factor protector
del deterioro cognitivo a través de unos mecanismos de acción consistentes en la regulación
de los receptores NMDA, facilitación de la liberación de acetilcolina, acción
antioxidante, reducción de los niveles de ApoE, etc. Mujeres
postmenopaúsicas con EA y que recibían terapia sustitutiva hormonal
mostraban menor deterioro cognitivo que aquellas sin tratamiento con
estrógenos.
Sustancias antiamiloide: Impidiendo la acción de la b y g secretasas, la proteína precursora del amiloide (PPA) se transformará,
mediante la a secretasa, en el péptido b amiloide, carente de actividad
neurotóxica.
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