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La
memoria icónica es un almacenamiento de memoria muy breve, con
una capacidad enorme. En esta memoria, la información visual
que llega de los ojos se almacena alrededor de un tercio de segundo,
el tiempo suficiente para que la información visual pueda ser
procesada.
La memoria
icónica proporciona un flujo permanente de información
visual al cerebro durante todo el tiempo en que se mantienen los ojos
abiertos, y está constantemente "refrescando" la información
que le llega. Si la memoria icónica no desapareciese tan rápidamente,
se podría superponer información contradictoria acerca
de una escena, haciéndola confusa. Por ejemplo, si una persona
camina hacia un observador, éste procesa la información
visual de sus movimientos y luego la descarta en menos de un segundo.
A continuación, el observador recibe un flujo continuo de información
de que le informa que la persona sigue caminando. Si la información
no se descartara tan rápidamente, el cerebro del observador recibiría
una información contradictoria sobre la posición de la
persona en la habitación.
George
Sperling, un psicólogo americano, fue el primero en demostrar
la existencia de un registro sensorial de la información visual.
Para ello, utilizó un taquistoscopio para presentar brevemente
a los voluntarios participantes un conjunto de 12 cartas, presentadas
en tres filas de cuatro letras. A continuación al azar, las cartas
se proyectan en una pantalla por alrededor de una vigésima de
segundo. Los participantes tenía que recordar tantas cartas como fuera posible.
La mayoría de los participantes podía recordar cuatro
o cinco cartas, aunque dijeron que habían visto todas las letras.
Sperling concluyó que todas las cartas habían sido registradas,
pero el recuerdo se había desvanecido demasiado rápidamente
para que todas las cartas pudieran ser recordadas.
Más tarde Sperling llevó a cabo un segundo experimento
para probar si la memoria icónica en realidad estaba manteniendo
todas las letras después de haber sido proyectadas en la
pantalla. Sperling presentó a los participantes otro grupo de
doce letras, con cuatro letras en cada una de las tres filas. Su voz
sonaba un tono justo después de que las cartas aparecieran en
la pantalla. Los voluntarios habían sido instruidos para recitar
las letras en la fila superior, si se oía un tono alto, las cartas
en la fila del medio con un tono medio y las letras en la fila inferior
con un tono bajo.
Los participantes
fueron capaces de recordar las letras de la fila indicada por el tono
utilizado por Sperling sin ningún problema, lo que sugiere que
la memoria icónica, era efectivamente, capaz de registrar las
doce letras.
En definitiva, Sperling concluyó que la memoria
icónica tenía tres características:1) Capacidad
ilimitada: registra fielmente todo lo que aparece en el campo visual;
2) Escasísima persistencia: las huellas de memoria aquí
almacenadas duran aproximadamente 250 milisegundos; y 3) Precategorialidad:
la información se registra sólo a nivel de características
físicas (por ejemplo la forma de la letra o el número,
no su categoría, o sea si es letra o número).
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