VASOS DEL CEREBRO Y COMO SON AFECTADOS POR EL ICTUS

 

Los vasos más importantes del cerebro

La función normal de los centros de control del cerebro dependen del aporte adecuado de oxígeno y de nutrientes mediante un denso entramado se vasos sanguíneos. La sangre es llevada al cerebro, la cara y el cuero cabelludo mediante dos grupos de grandes vasos: las arterias carótidas comunes izquierda y derecha y las arterias vertebrales izquierda y derecha.

La arteria carótida común tiene dos divisiones: las arterias carótidas externas suministran la cara y el cuero cabelludo. La arteria carótida interna aporta las tres cuartas partes de la sangre que necesita el cerebro anterior, exceptuando algunas partes de los lóbulos temporal y occipital. Las arterias vertebtrales y el tronco basilar sumnistran las partes posteriores, el cerebelo y el tronco encefálico. La disminución del flujo sanguíneo en cualquiera de las arterias carótidas internas ocasionará algún deterioro de las funciones de los lóbulos frontales. Los síntomas producidos pueden ser debilidad o parálisis en el lado del cuerpo opuesto a la obstrucción de la arteria. La oclusión de una de las arterias verterbrales puede producir serias secuelas que van desde la parálisis a la ceguera

El polígono de Willis

En la base del cerebro, las arterias carótidas, vertebrales y basilar forman, con las arterias comunicantes un círculo de arterias comunicadas entre sí, llamado polígono de Willis. De este polígono salen otras arterias como la arteria cerebral anterior, la arteria cerebral media y la arteria cerebral posterior que suministran sangre a otras partesdel cerebro. Al estar comunicadas entre sí, si una de las arterias carótidas o vertebrales se obstruye, las arterias distales más pequeñas pueden recibir sangre de las otras arterias.

La arteria cerebral anterior

La arteria cerebral anterior se hacia adelante y hacia arriba desde la arteria carótida interna. Suministra a los lóbulos frontales que son los que controlan el pensamiento lógico, la personalidad y los movimientos voluntarios, especialmente los de las piernas. La oclusión de la arteria cerebral anterior produce debilidad de la pierna opuesta. Si ambas arterias cerebrales están afectadas, pueden producirse profundos cambios mentales como, por ejemplo, el mutismo acinético.

Arteria cerebral media

La arteria cerebral media es la mayor de las ramas de la arteria carótida interna, suministrando una gran parte del lóbulo frontal y la superficie lateral de los lóbulos temporales y parietales en los que se sitúan las áreas motoras primarias y sensitivas de la cara, garganta, manos y brazos y, en el hemisferio dominante, las áreas del lenguaje. En el ictus, la arteria cerebral media es una de las más frecuentemente afectadas.

Arteria cerebral posterior

En la mayor parte de los sujetos, las arterias cerebrales posteriores nacen de la arteria basilar, aunque en algunos casos se origina en la carótida interna ipsilateral. Estas arterias suministrab a los lóbulos temporales y occipitales. Cuando se produce un infarto en los territorios de la arterias cerebrales posteriores, usualmente es secundario a un embolismo en los segmentos anteriores del tronco basilar o del corazón. Los síntomas clínicos asociados a una oclusión de la arteria cerebral posterior, dependiendo de la localización exacta pueden ser un síndrome talámico, síndrome talámico perforado, síndrome de Weber, hemiplejia contralateral, hemianopsia y otros muchos síntomas incluyendo ceguera a los colores y a los movimientos, dilexia verbal, y alucionaciones. El hallazgo más común es un infarto en el lóbulo occipital que ocasiona un defecto visual del lado opuesto

Arterias lenticuloestriadas

Las arterias lentículo-estríadas son pequeñas arterias, ramas de la arteria cerebral media, que penetran profundamente en el cerebro (*) . La oclusión de estas arterias, conjuntamente con la de las arterias penetrantes que se ramifican desde el polígono de Willis, ocasiona los llamados infartos lacunares. Estos infartos suponen el 20% de todos los accidentes cerebrales vasculares y son más frecuentes en los ancianos y en los sujetos con hipertensión crónica. Como consecuencia de estos infartos, las células distales a la oclusión mueren, pero como las áreas infartadas son pequeñas, las secuelas clínicas suelen ser leves. Sin embargo, cuando el infarto afecta un área crucial, pueden manifestarse síntomas más severos incluyendo parálisis y pérdida de sensibilidad. Las áreas necrosadas suele ser reabsorbidas al cabo de unos meses, dejando pequeñas cavidades o lagunas identificables por RMN o TC