SINDROME DE LESCH-NYHAN [ICD-10: E79.1] |
DESCRIPCION El síndrome de Lesch-Nyhan es una enfermedad metabólica hereditaria caracterizada por la carencia total de la HPRT (hipoxantina fosforibosil transferasa) enzima que, como se observa en la figura, cataliza la conversión de la hipoxantina a inosina-5-monofosfato. La HPRT es un polipéptido de 217 aminoácidos codificado por un gen situado en la región q26-27 del cromosoma X. La enfermedad se caracteriza por hiperuricemia y gota en niños varones. Es muy poco frecuente (aproximadamente 1 casos entre 100.000 varones).
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El déficit enzimático se debe a la mutación del gen, bien por sustitución, duplicación o deleción. La enfermedad cursa con graves alteraciones neurológicas (parálisis cerebral, espasticidad, retraso mental, coreoatetosis, etc) incluyendo un comportamiento automutilativo. Los pacientes se muerden los labios y la lengua y se golpean contra objetos o el personal que los atiende. La disartria es muy importante y los pacientes tienen grandes dificultades para expresarse. La hiperuricemia es la manifestación bioquímica del síndrome de Lesch-Nyhan y es debida al exceso de hipoxantina que, al no poder ser transformada a inosina-5-fosfato, se metaboliza a xantina y ácido urico. La uricosuria puede alcanzar los 150 mg/kg/día y son frecuentes cristaluria, nefrolitiasis y nefropatía obstructiva. El diagnóstico del síndrome de Lesch-Nyhan se basa en el cuadro clínico, siendo la automutilación el rasgo más característico y la hiperuricemia la constante bioquímica. Hoy día se valora fácilmente este trastorno desde el punto de vista molecular mediante técnicas de fluorescencia complementaria y la reacción de la polimerasa en cadena (PCR). El síndrome de Kelley-Seegmiller es parecido al anterior sólo que el déficit de la HPTR es parcial, por lo que no están presentes los síntomas neurológicos, no hay automutilación y la hiperuricemia es menor. La administración
de alopurinol, un fármaco que bloquea la actividad de la xantina
oxidasa reduce la hiperuricemia y los síntomas y signos asociados,
pero no se obtiene alivio de las manifestaciones neurológicas
ni se modifica el comportamiento. Un camino esperanzador para el futuro
es la terapia génica con la que se están ya realizando
diversos experimentos |
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REFERENCIAS
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Monografía revisada 21 de abril de 2011. Equipo de Redacción de IQB | ||
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