ACIDOS
OMEGA-3
|
||
|
||
Los ácidos omega-3 (ácido a-linolénico, ácido eicosapentanoico o EPA y ácido docohexanoico o DHA) son unos ácidos grasos esenciales que no pueden ser sintetizados por el organismo y que deben ser aportados necesariamente con los alimentos. La mayoria de los ácidos omega-3 provienen de los pescados azules y de los mamíferos marinos, aunque el linolénico está presente en muchos aceites vegetales y frutos secos. En los últimos años, los ácidos grasos omega-3 han adquirido notoriedad por haberse comprobado la necesidad de un aporte adecuado de los mismos para mantener un estado de salud normal. El ácido a-linolénico es un ácido graso de 18 átomos de carbono y 3 dobles enlaces; el ácido eicosapentanoico (EPA) es un ácido graso de 20 atómos de carbono y 5 dobles enlaces mientras que el ácido docohexanoico (DHA) tiene 22 átomos de carbono y 6 dobles enlaces. Reciben el nombre de omega-3 debido a que los dobles enlaces comienzan a partir del carbono 3 a partir del carbono w siendo el carbono a el que lleva el grupo carboxilo y siendo w el último de la cadena. |
||
|
Estos ácidos grasos deben ser ingeridos como tales, pero también pueden producirse los ácidos EPA y DHA a partir del acido linolénico mediante reacciones catalizadas por varias enzimas (*) . Sin embargo, en muchos individuos, la conversión de ácido a-linolénico a EPA y DHA es limitada, por lo que es importante asegurarse una ingesta suficiente de estos dos últimos. La proporción más adecuada de estos ácidos omega-3 EPA y DHA es de 2:1 y las necesidades diarias de los mismos oscilan entre 3 y 10 gramos, lo cual es a veces difícil de conseguir sin un suplemento adecuado. Mecanismo de acción Los ácido grasos omega-3, en particular el EPA compiten con el ácido araquidónico en las vías metabólicas de la ciclooxigenasa (COX) y la lipooxigenasa. Por lo tanto, el efecto neto de estos ácidos es, por una parte, la reducción de los eicosanoides inflamatorios y protrombóticos como las prostaglandinas E2 y E3 y el tromboxano A2, y por otra parte, la reducción del leucotrieno LB4. El ácido eicosapentanoico (EPA) reduce la viscosidad de la sangre y aumenta la deformabilidad de los glóbulos rojos. También reduce la agregación plaquetaria aunque no afecta los factores de la coagulación, las concentraciones de fibrinógeno, el inhibidor del activador del plasminógeno o la actividad del activador del plasminógeno tisular-1 (tPA1) En los sujetos con una hipercolesterolemia moderada, el ácido eicosapentanoico reduce las concentraciones séricas de triglicéridos y aumenta las concentraciones de glucosa y de insulina en ayunas sin afectar las LDLs y el colesterol total. El EPA puede aumentar las HDLs hasta en un 12%. Los efectos lipolíticos del EPA son objeto de controversia. Mientras que algunas evidencias sugieren que los suplementos de este ácido omega-3 pueden prevenir la pérdida de peso en los pacientes caquéticos con cáncer, otros estudios señalan que el EPA no inhibe la lipolisis ni la oxidación de los lípidos. Alguna evidencia preliminar sugiere que los suplementos de EPA podrían ayudar al tratamiento estándar de los síntomas de la esquizofrenia odel desorden bipolar aunque por sí mismo el EPA no tiene propiedades antipsicóticas o antidepresivas. No obstante, algunos estudios parecen indicar que el EPA aumentaría las respuestas de los receptores serotoninérgicos en los pacientes con esquizofrenia. Finalmente, el EPA parece reducir la actividad celular del NK (Natural Killer), lo cual podría ayudar a evitar los rechazos después del trasplante de médula ósea o de otros órganos. Aplicaciones clínicas Los estudios poblacionales sugieren que el consumo diario de EPA está asociado con un menor riesgo de muerte en los pacientes con enfermedad coronaria. El consumo de 1800 mg de EPA/día por pacientes con hipercolesterolemia y enfermedad coronaria reduce la incidencia de infartos en un 19%. En las mujeres menopaúsicas, la administración de 500 mg de EPA/dia reduce ligeramente la frecuencia de los sofocos, pero no así su intensidad. Tampoco mejora la calidad de vida. El consumo de 1 g de EPA dos veces al día mejora los síntomas de la depresión y el insomnio después de 2 semanas de tratamiento. De igual modo, el tratamiento con 1 g del derivado etilado del EPA (eicosapentanoato de etilo) parece ser de utilidad en el tratamiento de la depresión. Por otra parte, el eicopentanoato de etilo mejora el comportamiento agresivo y la depresión en mujeres con desórdenes de la personalidad. El consumo de EPA en combinación con una dosis baja de etretinato, parece ser más efectivo que el tratamiento con etretinato sólo en el control de la formación de placas de psoriasis. También se ha utilizado el EPA por vía intravenosa en combinación con el ácidoc docosahexanoice (DHA) para aliviar las lesiones psoriasicas. El uso de un suplementos de EPA (en combinación con L-arginina y RNA) antes de una operación quirúrgica o en el período post-operatorio reduce el número de infecciones, favorece la cicatrización y reduce el tiempo de recuperación. Otras aplicaciones clínicas menos comprobadas son el uso del EPA en los niños con el síndrome de desorden de atención e hiperactividad: aunque estos niños tienen unos niveles plasmáticos más bajos de lo normal de EPA, no se sabe si su suplementación mejoraría en algo su sintomatología. En pacientes esquizofrénicos el tratamiento con eicosapentanoato de etilo fue ligeramente superior al placebo, pero no evitó la necesidad de antipsicóticos .
|
|
REFERENCIAS
|
||
Monografía creada el 13 de abril de 2010. Equipo de redacción de IQB | ||