INTRUCCIONES

Las MNEMOFICHAS han sido diseñadas para facilitar el estudio y la memorización de la multitud de temas que abarca la medicina. Nuestro proyecto es preparar una colección de fichas anatómicas, fisiológicas, clínicas y farmacológicas para ayudar al estudiante a mejorar su rendimiento.

 

Para el diseño de las fichas, nos hemos apoyado en los conocimientos empíricos, tanto bioquímicos como psicológicos que se tienen sobre la memoria. Aunque hay mucho escrito sobre la memoria desde de vista psicológico, solo en los últimos años, empiezan a vislumbrarse los mecanismos a nivel molecular que suponen el registro de la información, su almacenamiento y su recuperación. Los conceptos de plasticidad neuronal y potenciación a largo plazo y los estudios sobre la memoria en el envejecimiento y en las enfermedades degenerativas como el Alzheimer, así como los métodos para prevenir sus efectos, han sido empleados para diseñar las mnemofichas.

 

Aunque la mayor parte de los conceptos empleados están avalados por estudios de clase A (según la clasificación internacional de los estudios para recomendaciones basadas en la evidencia), hemos también utilizado profusamente el método asociativo mediante imágenes. Este método, ya conocido desde la antiguedad, ha sido objeto de numerosos cursos y de libros, más o menos serios, que prometen al estudiante o al lector que con los mismos conseguirán una supermemoria. Aunque el conseguir memorizar 100 palabras leídas una sola vez y ser capaz de repetirlas por orden, al revés y por su número de orden es fácil una vez que se conoce el "sistema", este sistema es más dificil de aplicar cuando se trata de recordar conceptos que desbordan una símple lista.

 

Para el diseño de las MNEMOFICHAS, nos hemos basado en los siguientes hechos más o menos probados:

 

Efecto Mozart: así denominado por un estudio realizado por neurológos de la Universidad de Winconsin quienes demostraron que los estudiantes mejoraban sus capacidades cognitivas al escuchar la Sonata para dos pianos KV 448 de Mozart. Aunque no se tienen pruebas definitivas, en vista del beneficio potencial y el nulo riesgo que supone, muchos autores recomiendan escuchar música clásica para mejorar la memoria. En las mnemofichas, utilizamos una pequeña pieza musical, usualmente relajante, para ayudar al lector a entrar de lleno en un estado receptivo


  Relajación: existen muchas pruebas que apoyan que el estudio se aprovecha mejor cuando el sujeto no está sometido a estrés. Por lo tanto, antes de iniciar una sesión, recomendamos que el sujeto utilice alguna de las técnicas de relajación que conozca.

 
  Ritmos circadianos: existen evidencias de que mientras que las personas de cierta edad son más eficientes cuando estudian por la mañana, los jóvenes mejoran su rendimiento por la tarde. Por lo tanto, el horario para estudiar las mnemofichas se establecerá según la edad del sujeto.

 
 

Potenciación a largo plazo: un aspecto de la plasticidad neuronal es el aprendizaje, que se puede definir como la modificación de la conducta del organismo debido a la experiencia previa. Durante el aprendizaje se producen cambios en las sinapsis, tanto funcionales como anatómicas. Estos cambios consisten, en gran parte, en que las sinapsis cuya actividad presináptica se asocia con la activación postsináptica, se hacen más potentes. Esta potenciación sináptica puede durar un tiempo prolongado por lo que se denomina potenciación a largo plazo (LTP). La potenciación asociativa también se denomina potenciación de tipo hebbiano, por D.O. Hebb que en 1949 predijo la existencia de este fenómeno y propuso que podría ser el mecanismo subyacence en el aprendizaje y la memoria. Sobre la base de estos conocimientos, las MNEMOFICHAS han sido diseñadas para que los estímulos verbales sean reforzados por estímulos visuales y auditivos.


 
 

Glucosa: estudios realizados en voluntarios han puesto de manifiesto que la administración de glucosa ayuda a la retención y a la recuperación de la memoria verbal a largo plazo (*). Sugerimos al lector, que antes de estudiar una mnenoficha coma o beba el equivalente a 25 g de glucosa (unas 100 calorías) en forma de un hidrato de carbono de asimilación rápida.


 
 

Asociación a imágenes mentales: existen varios métodos de asociación de imágenes mentales (encadenadas, del relato, de los loci, etc); en resumen, todos ellos consisren en asociar el item que queremos recordar a otra palabra. Por ejemplo, para recordar el número y los nombres de los huesos de la mano, podemos utilizar la siguiente regla mnemotécnica:

 

Los huesos de la palma de la mano son 8: por lo tanto emplearemos un PEG (véase más adelante) para recordar este número. Por ejemplo, podemos imaginar que hemos intentado meter la mano en la hucha de nuestro hermanito y que se nos ha quedado atrancada la mano (relacionamos mano con hucha que es la palabra PEG para el 8). Si además, la hucha tiene la forma de una escafandra, mejor, ya que nos permitirá encadenar el número de huesos al nombre de cada uno de ellos.

 

Seguidamente nos veremos en una pista de circo (¡ahora somos payasos!) vestidos con una escafandra. La pista de circo, como todas, es circular, pero en este caso, la mitad esta pintada de rojo y la otra mitad de verde, formando dos semilunas. Gracias a un gancho que hay en la cabeza y otro en los pies, nos colgamos de sendos trapecios, que oscilan de un lado a otro de la pista central del circo. Estamos colgando de los dos trapecios cuando de pronto, nos meamos (o sea hacemos Pi-pi). Naturalmente, el público reacciona con una gran, grande, grandísima carcajada.

 

La asociación es obvia:

pìstas semilunares --> hueso semilunar;
escafandra --> escafoides;
gancho --> ganchoso;
dos trapecios; hueso trapecio y hueso trapezoidal;
Pi - Pi --> piramidal y pisiforme;
grande --> grande


 

Sistema PEG: el sistema PEG es un uno de los varios sistemas útiles para memorizar listas. Consiste en asignar a cada uno de los números del 0 al 9 una consonante (elegida de acuerdo con unos criterios de similitud de forma o de sonido) y, luego una palabra que contiene esta(s) consonante(s). Por ejemplo, si al número 2 se le asigna la letra N (que tiene dos patas), al número 2 se le puede asignar la palabra Noé y al número 22 la palabra NeNe. Posteriormente, se utiliza el método de la asociación de las imágenes mentales para recordar el item que nos interesa.

 

Por ejemplo, si el término "escafoides" hace el número 22 de una lista de huesos, asociaremos al mismo (o a alguna palabra que suene de modo parecido y que nos permita hacernos una imagen visual más vívida como por ejemplo escafandra) a la palabra NeNe. Si siguiendo el ejemplo sugerido, imaginamos a un bébe metido en una escafandra y sumergiéndose en la placenta de su madre, echando el aire por el tubo umbilical, no cabe duda que cuando nos digan qué item hace el número 22 de la lista, con la palabre nene inmediatamente nos vendrá a la mente la imagen de la escafandra y, a partir de esta, el escafoides.


 
  8º Repetición: Los milagros no existen, y las mnemofichas no pretenden ser milagrosas. Aconsejamos re-estudiar los temas y las mnemofichas varias veces para estar seguros de que han sido asimiladas. Una práctica interesante, es apuntar en un papelito el tema y meterlo en un bote. Cada día, se remueven bien los temas y se sacan unos cuantos para repasarlos mentalmente durante la ducha, el autobús o el paseo. Si alguno de los temas se resiste, se repasará de nuevo. Si la historia o imagen mental asociada no nos gusta, imaginaremos una mejor, la cual al ser trabajada por nosotros quedará impresa de forma más indeleble en nuestra mente

 
  Evitar interferencias: está demostrado que la memorización de un tema puede quedar interferido si, a continuación, se intenta memorizar otros parecidos. Lo mejor, para retener lo aprendido en una mnemoficha es tomarse unos minutos de descanso antes de empezar con otra, que preferiblemente se referirá a otro tema, cuanto más alejado del primero mejor. Por ejemplo, si hemos memorizado un tema de digestivo, mejor será que el siguiente sea de neurología y el siguiente de cardiología