LEISCHMANIOSIS [ICD-10:
B55.9] |
Es una enfermedad parasitaria producida por un protozoo llamado Leishmania infantum, también por L. tropica, L. aetiopica, L. mayor y L. donovani. Afecta a varias especies animales como perros, ratas, zorros, lobos y en raras ocasiones al hombre. Se contagia mediante la picadura de un mosquito del género Flebotomus (*) (vulgarmente llamados beatillas), que una vez que ha picado a un animal enfermo transporta en su interior las leishmanias y la transmite a otro animal sano cuando le pica. No se transmite por contacto directo, secreciones (saliva, etc), heridas, orina ni heces. Los perros afectados pueden presentar algunos de los siguientes síntomas:
Algunos animales pueden ser asintomáticos durante periodos de tiempo variable. Los síntomas pueden tardar en aparecer desde varias semanas a varios meses, dependiendo del sistema inmunitario del perro. El diagnóstico de animales enfermos que se realiza mediante un análisis de sangre, biopsia de piel o citología de la médula ósea, tratamiento o eutanasia. Esta enfermedad tiene tratamiento y este es más eficaz cuanto más precozmente se instaure. Por el momento la única prevención consiste en desparasitar al perro externamente con frecuencia y no mantenerle a la intemperie desde el atardecer hasta el amanecer, horas a las que vuelan los vectores. En el hombre, el contagio puede ocasionar leishmaniasis visceral, cutánea y mucosa por infección de los macrófagos del sistema mononuclear-fagocítico de la piel y de la mucosa nasofaríngea. Las leishmanias se transmiten cuando un mosquito hembra (género Phlebotomus) portador pica una persona. Los protozoos en estado de promastigote (*) penetran en la piel del huesped y se fijan a receptores de macrófagos siendo fagocitados y transformados en los lisosomas de los macrófagos en la forma de amastigote, no flagelado. Después de la ruptura de los macrófagos infectados, los amastigotes son fagocitados por otros macrófagos. Si son ingeridos por un mosquito hembra, los amastigotes recuperan la forma de promastigote en una plazo de 7 días, siendo esta la forma infectiva. El diagnóstico definitivo de la Leishmaniasis requieren la visualización del parásito. Las muestras del sitio infectado se tiñen con Giemsa o tinción de Romanowsky y los amastigotes se examinan al microscopio, observándose unas células ovaladas, de 2 a 4 mm de diámetro con un núcleo y un kinetoplasto (*) (este es una estructura mitocondrial especializada que contiene un DNA específico). Otras posibilidades de diagnóstico, consisten en el cultivo del protozoo o el uso de la PCR (Polymerase Chain Reaction) para amplificar e identificar el ADN del parásito. Entre los métodos indirectos de diagnóstico se encuentran métodos serológicos tradicionales (ensayos de anticuerpos mediante técnicas de inmunoflorescencia) que sin embargo no distinguen entre enfermedad pasada o presente y nuevas técnicas en vía de desarrollo como la producción de antígenos sintéticos específicos El tratamiento de la Leishmaniasis es complicado y la enfermedad presenta una morbilidad sustancial por lo que a menudo se requieren terapias expeditivas. El tratamiento de primera línea es el antimonio pentavalente (SbV), aunque también se han usado el estibogluconato sódico y la meglumina antimonato. Otros tratamientos alternativos son el pentamidina isetionato y la amfotericina B (en particular la formulación de amfotericina en liposomas), aunque producen efectos secundarios más pronunciados e irreversibles (nefrotoxicidad). Los tratamientos recomendados son diferentes para cada una de las tres formas clínicas de Leishmaniasis: visceral, cutánea o mucosa
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REFERENCIAS
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