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Los leiomiomas son los tumores benignos más frecuentes del esófago. Son tumores intramurales, generalmente submucosos que, cuando son de pequeño tamaño ni producen síntomas. Los tumores de gran tamaño (*), pueden ocasionare disfagia, dolor, pirosis y anorexia. A diferencia de los leiomiomas gástricos, los esofágicos sangran en raras ocasiones. El diagnóstico se realiza por endoscopia con biopsia para asegurar la ausencia de malignidad. También se puede utilizar la radiología, la TC y la ecoendoscopia que pueden ser útiles en casos de dudas diagnósticas. La mayoría de los casos no requieren tratamiento. Sin embargo, un crecimiento continuo y la posibilidad de una degeneración maligna requiere muchas veces de la intervención quirurgica. El tratamiento más utilizado por el momento es la enucleación quirúrgica, si bien el abordaje transtorácico está ganando cada día más adeptos. Otras posibilidades de tratamiento son la ablación térmica con láser y la desecación tisular mediante la inyección de alcohol |