Cada uno de los lóbulos consiste en un sistema de conductos, cada uno con su correspondiente orificio de salida en el pezón. Los lóbulos individuales están unidos a la piel mediante unas bandas colagenosas que algunos autores denominan ligamentos suspensores de Cooper. Por su parte inferior, los lóbulos se fijan a los fascículos del músculo pectoral.

Cada uno de los lóbulos está formado por múltiples ácinos o dúctulos. Cada ácino está tapizado por dos capas de células: una capa interna continua de células epiteliales envuelta por una capa discontinua de células mioepiteliales. Esta últimas pueden adoptar un aspecto variable