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INTRODUCCION
El dolor
de cuello fluctúa desde un dolor sordo y persistente hasta contracturas
o espasmos incapacitantes. Vulgarmente se le denomina tortícolis.
La tortícolis puede deberse a múltiples causas en algunas
de las estructuras que forman el cuello: músculos, ligamentos,
discos intervertebrales y vértebras cervicales. También
puede ser la irradiación de un dolor generado en otras partes
como las contracturas de hombros o las lesiones de la articulación
temporomaxilar, dolores que se extienden hacia el cuello a través
de las vías nerviosas.
La causa
más frecuente del dolor de cuello es la irritación de
los nervios cervicales debida a movimientos bruscos, mala postura al
dormir, lesión traumática, secundaria a una lesión
cervical, o ansiedad. Ocasionalmente puede ser consecuencia de una infección
como la meningitis, o deberse a una malformación congénita.
Muchas veces es la combinación de estrés, mala postura
y lesión cervical la produce una irritación de algunas
de las estructuras del cuello resultando una contracción o espasmo
muscular. Cuando el músculo afectado de forma predominante es
el esternocleidomastoideo se genera la tortícolis, que se caracteriza
por una inclinación del cráneo con desviación del
mentón hacia el lado opuesto. Esto se acompaña de dolor
en la zona y restricción de la movilidad.
Estudios
y procedimientos diagnósticos
Después
de interrogar acerca del inicio y la naturaleza del dolor y de realizar
un examen, el médico ordena radiografias. Muchas veces la palpación
de los músculos del cuello es suficiente para determinar el origen
del dolor de cuello.
Si cree
que el problema se relaciona con un disco, es posible que también
recomiende una TC o RM. Más raras veces pueden ser necesarias
una gammagrafía o una mielografía con objeto de determinar
lesiones oseas o nerviosas. Si se sospecha una meningitis, puede llevarse
a cabo una punción espinal. Si se considera que es una enfermedad
de tiroides (por ejemplo, debido a una protuberancia en la parte frontal
del cuello), se requiere un seguimiento para las pruebas sanguíneas
anormales
Tratamiento
Si el
paciente es un atleta, gimnasta, bailarín o músico, los
espasmos musculares pueden tratarse con clorxozaxona, ciclobenzaprina
o diazepam, según la opinión del médico. Para el
dolor moderado se utiliza el paracetamol A veces, es posible que ayude
un aparato ortopédico cervical (collarin). La distensión
aguda de músculos y tendones se cura con descanso.En el caso
de discos hemiados o hiperplasias óseas pueden ser necesarias
medidas quirúrgicas o tratamientos alternaticos para reducir
la herniación (ozonoterapia, enzimoterapia).
Entre
las terapias alternativas, suelen ocasionar resultados satisfactorios:
- Acupuntura:
es posible que sólo necesite varias sesiones para obtener alivio
permanente, sobre todo si el dolor se debe a espasmos musculares o
a estrés.
- Técnica
de Alexander: Aprender nuevas posturas y formas de desplazar se es
útil para las personas cuyo trabajo les afecta al cuello.
- Aromoterapia:
combinada con masaje, es una buena manera de relajar los músculos.
- Biofeedback:
aprender estas técnicas puede ayudar a superar los espasmos
musculares.
- Quiropráctica:
para aliviar la presión de los nervios del cuello, los tratamientos
se concentran en éste y en la parte superior de la espalda.
- Meditación
y yoga: Los ejercicios de respiración, los métodos de
relajación y la meditación focalizada pueden hacer que
disminuya el dolor relacionado con el estrés.
- Autotratamiento:
Una manta térmica puede ser útil, pero el calor húmedo
que proporcionan los parches especiales son aún más
eficaces.
- Ejercicios
de rehabilitación: los siguientes ejercicios se deben practicar
varias veces al día:
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- De
pie y derecho, con los pies paralelos y separados unos 30 cm, estire
los brazos hacia arriba; luego afloje e incline la parte superior
del cuerpo desde las caderas, para que los brazos, la cabeza y los
hombros caigan sueltos. Después de 30 segundos en esta posición,
sacuda los brazos, los hombros y la cabeza, y enderece el cuerpo
lentamente.
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