Introducción Ya en 1896 Beatson postuló una relación entre el cáncer de mama y las glandulas endocrinas productoras de estrógenos, pacticando ovariotectomias primero y adrenalectomías e hipofisectomias después. Más tarde, Morrison (1974) supuso que la destrucción de la glándula hipofisiaria podría ser una manera sencilla de obtener la regresión de los tumores de mama. Aunque los resultados sobre los tumores de mama fueron variiables, Morrison observó que el alivio del dolor es una característica destacada, por lo que comenzó a utilizar la adenólisis hipofisiaria para el tratamiento del dolor en el paciente con cáncer inoperable. La adenólisis es un procedimiento que utiliza el alcohol puro como agente para destruir la hipófisis y es uno de los muchos métodos que existen para eliminar esta glándula. Aunque la disponibilidad de la morfina oral, epidural o intratecal ha proporcionado métodos más sencillos para el tratamiento de ciertos tipos de dolor canceroso, la adenólisis hipofisiaria puede ser beneficiosa en ciertos tipos de dolor canceroso. Tanto la adenólisis hipofisiaria como la hipofisectomía quirúrgica proporcionan un alivio inmediato del dolor. Cuando la adenólisis se lleva a cabo bajo anestesia local, el paciente experimenta ya un gran alivio a los pocos minutos de la inyección del alcohol. En el caso de hipofisectomía, el alivio se presenta cuando el paciente se recupera de la anestesia. No se conoce el mecanismo por el cual la destrucción de la hipófisis ocasiona una reducción del dolor. En la adenólisis, el alcohol se dispersa por el tallo hipofisiario en dirección al tálamo. En la hipofisectomía se extirpa la glándula total o parcialmente produciéndose un daño directo o indirecto sobre el tallo y el hipotálamo. |
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Hipofisectomías y adenólisis Se conocen varios procedimientos para la extirpación de la hipófisis, todos ellos con ventajas e inconvenientes: el abordaje por craneotomía frontal es un procedimiento por el cual se atraviesa la duramadre identificándose el tallo hipofisiario, pero es un procedimiento complejo. El abordaje transesfenoidal aborda la hipófisis a través de una pequeña abertura en las fosas nasales o a través del seno etmoidal. La irradiación desde el exterior es un método peligroso por el peligro de lesionar las estructuras circundantes. La implantación de itrio-90 en la fosa pituitaria puede lesionar el nervio óptico. Además no se dispone de datos sobre el alivio del dolor que proporciona. La coagulación de la hipófisis por radiofrecuencia o por criosonda son dos técnicas que producen unos resultados tan buenos como la adenólisis con alcohol, pero la proximidad del quiasma óptico y el tamaño de las sondas impiden su uso generalizado. El método más sencillo consiste en destruir la hipófisis consiste en inyectar alcohol en la glándula misma o en sus proximidades. Para llegar a la hipófisis el trócar y la cánula atraviesan el seno esfenoidal desde la parte posterior de las fosas nasales hacia la fosa hipofisaria (silla turca), donde penetran en en la glándula después de ser empujadas a través de la lámina ósea de la fosa. El avance se controla radiológicamente (*) |
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REFERENCIAS
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