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El
dolor es el síntoma más frecuente de las afecciones gastroduodenales.
Mediante un interrogatorio cuidadoso debe precisarse su localización,
intensidad, ritmo, modificaciones temporales, factores de alivio o de
agravamiento y duración. Es también importante recoger los síntomas y
signos que acompañan al dolor.
Se deben
valorar los siguientes parámetros:
MODO
DE COMIENZO: puede ser rápido o lento y progresivo.
- Rápido: Ocurre
la primero en las gastritis agudas por cáusticos, tóxicos, alcohol,
plomo, arsénico, etc., algunos fármacos ácido acetilsalicílico; AINES,
cortisona, hidracidas, etc. -, comidas indigestas, etcétera. El cáncer
suele aparecer de manera brusca en personas de edad hasta el momento
sanos excepto cuando complica una úlcera de estómago o pólipos gástricos,
- Lento:
las
molestias de comienzo lento y larga duración con curso evolutivo variable
son propias de las gastritis crónicas y dispepsias nerviosas.
CARACTERES
PROPIOS: varían según la sensibilidad general del individuo y el tipo
anatómico de lesión.
- Dolor
con carácter de quemadura: se origina en la mucosa, en general debido
a una gastritis, aunque también puede ser debido a trastornos
de la motilidad
- Dolor
con hinchazón: El estómago atónico se distiende de manera pasiva
con la comida, aumenta con el volumen de la ingesta y alivia con la
eructación. También puede ocurrir un aumento de la tensión endogástrica
por la deglución en un estómago de tonicidad normal o aumentada Las
molestias se presentan, a veces, de manera paradójica recién iniciada
la colación en especial si la mucosa gástrica es hipersensible
- Dolor
con calambre: refleja un espasmo total o parcial del órgano por encima
de una zona estenosada funcional o anatómicamente.
- El dolor
de estómago más intenso ( dolor «en puñalada») se presenta en la úlcera
péptica gastroduodenal con perforación, en las crisis gástricas
de la tabes dorsal, y en la seudocrisis tabética de las úlceras penetrantes,y
sobre todo en el páncreas.
LOCALIZACIÓN
: cuando la lesión se encuentra en la parte alta del estómago, las
molestias se sitúan en la región epigástrica, cerca
del apéndice xifoides. Cuando se trata de úlcera en el cuerpo o
píloro o se trata de una úlcera péptica postoperatoria, el dolor se sitúa
alrededor del ombligo o debajo de éste. Por mecanismo reflejo la excitación
nacida en el estómago o duodeno llega a la médula por vía simpática
(plexo solar, ganglios semilunares y ramos comunicantes), y es referida
a la pared del abdomen por la vía periférica de los reflejos sensitivos
(y motores) de origen gástrico (V-IX nervios dorsales).
IRRADIACIÓN: el dolor de origen gástrico no muestra irradiaciones características,
a diferencia del motivado por procesos vesiculares, renales y ureterales,
en los que este dato es uno de los elementos diagnósticos más importantes.
Siempre que un dolor gástrico de naturaleza ulcerosa se irradia,
hay que pensar en un proceso exteriorizado. Las úlceras pépticas gastroduodenales
simples sólo motivan un dolor fijo y localizado en el hueco epigástrico.
Cuando se
observa irradiación, hay que pensar en alguna de las siguientes causas:
- Irradiación
hacia el el hipocondrio derecho: úlcera duodenal y, pocas veces,
úlcera pilórica; con frecuencia alcanza el hombro y espalda del
mismo lado, lo que explica la confusión con presuntas colecistitis,
El diagnóstico diferencial se hace teniendo en cuenta que, a pesar de
tratarse de un dolor irradiado presenta un ritmo diario y periodicidad
anual característicos, cediendo rápidamente con la ingesta y la toma
de alcalinos.
- Irradiación
al hipocondrio izquierdo: es propia de las úlceras gástricas penetrantes
en el páncreas y de la péptica yeyunal postoperatoria.
- Irradiación
hacia la fosa iliaca derecha: úlcera de la cara anterior del bulbo exteriorizada.
También duele a este nivel en caso de perforación en el peritoneo libre
por acumulación de exudados.
- Irradiación
a la fosa iliaca izquierda: úlcera situada en la base del bulbo o canal
pilórico.
- El dolor
en la espalda es propio de la úlcera de la pequeña curvatura del estómago.
En ocasiones el enfermo se ve acuciado únicamente por el dolor dorsal
(muchas veces etiquetado de «reumático» ) cuya característica de su
ritmo posprandial y alivio con la ingesta y toma de alcalinos refleja
su origen.
- Las irradiaciones
torácicas seudoanginosas se dan en las úlcera de la pequeña curvatura
vecinas al cardias y en la hernia diafragmática del hiato esofágico.
CRONOLOGÍA:
se establece estudiando el comportamiento del dolor en las 24 horas del
día. Son característicos:
Dolor
en ayunas: Se observa en la hipersecreción continua de jugo
gástrico ligada a una úlcera pilórica o duodenal complicada con estenosis
parcial del píloro (síndrome de Reichmann). Cede con el vómito, el cual
está constituido por jugo gástrico casi puro, con escasos residuos alimentarios.
Dolor prandial:
Es inmediato a la ingesta.
- Se presenta
en la úlcera yuxtacardiaca de la pequeña curvatura. Se localiza en la
región retroxifoidea, propagándose hacia arriba, a lo largo del
esófago y entre los dos omóplatos. Se acompaña de disfagia, consecuencia
del espasmo reflejo del esófago terminal.
- También
es característico de la dolicogastria y miastenia gástrica con
neuritis del plexo solar (síndrome solar). Los sujetos experimentan
inmediatamente tras las comidas una serie de molestias que duran más
o menos tiempo (a veces horas) y se alivian con el decúbito en cama.
Las principales son sensación de distensión y plenitud epigástrica,
con eructos, palpitaciones de la aorta abdominal, que son penosas y
hasta dolorosas; sofocos y enfriamiento de las extremidades; los pies
y las manos se vuelven pálidos y violáceos.
- Asimismo,
se presenta en algunas dispepsias reflejas de origen vesicular, apendicular
, ovárico, etc.
Dolor
posprandial: Aparece al cabo de un tiempo de terminada la ingestión
de alimentos. Según sea el período de calma posprandial, se denomina dolor
semitardío (menos de una hora), tardío (entre una y cinco horas) y ultratardío
si se presenta poco antes de la nueva comida, por lo que se confunde con
la sensación de hambre (hambre dolorosa). Estos dolores tardíos se alivian
con la ingestión de nuevos alimentos, a diferencia del dolor prandial,
que se origina por el hecho de comer.
El dolor
posprandial es un síntoma de carácter dinámico que refleja la lucha del
estómago contra un obstáculo que se opone a su evacuación. Se observa:
- En la úlcera gástrica y duodenal. En el primer caso el dolor es semitardío
o tardío, y en la úlcera duodenal, ultratardío, motivando los ritmos
llamados de tres y de cuatro tiempos, de cierto interés diagnóstico.
En el ritmo de tres tiempos, propio de la úlcera duodenal, las cosas
suceden así: primer tiempo, ingestión de alimentos; segundo tiempo,
alivio del dolor; tercer tiempo, reaparición del dolor de tipo tardío
(hambre dolorosa).
- En la
gastritis, sobre todo si se halla localizada en el antro, y duodenitis.
- En las
dispepsias hiperesénica y sensitivomotriz primitivas o reflejas (biliar,
pancreática, apendicular, ovárica). Las molestias son más o menos tardías,
se alivian con los alcalinos y poco o nada con las comidas, acompañándose
de aerofagia, a veces con náuseas y vómitos.
- En el
síndrome del dumping tardío, recién descrito.
Dolor
nocturno: aparece precozmente, casi al acostarse, sobre todo
si ello se hace a poco de haber cenado, en la hernia del hiato esofágico
y en el síndrome del dumping tardío, y horas más tarde, a medianoche,
en la úlcera duodenal y menos veces en la gástrica.
Dolor
continuo: suele ser poco intenso, pero dura todo el día. Aumenta
con las comidas y con el esfuerzo y puede aliviarse o no con alcalinos
y el reposo. Se trata casi siempre de un dolor extravisceral (perivisceritis,
compresiones nerviosas altas que afectan el sistema vegetativo abdominal,
etc) y rara vez de un carcinoma gástrico; de una estenosis pilórica orgánica
o de una úlcera gástrica o duodenal exteriorizada con perivisceritis.
Dolor
irregular: carece de ritmo propio y no guarda relación
con las ingestas. Traduce trastornos funcionales y es propio de sujetos
neurovegetativos con dispepsia nerviosa.
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PERIODICIDAD
Estudia
el comportamiento del dolor en los 12 meses del año. En la dispepsia ulcerosa,
la epigastralgia es de aparición netamente periódica y de unas semanas
de duración (período doloroso) , alternando con varios meses de remisión
absoluta. Los períodos dolorosos suelen coincidir con la entrada de la
primavera y del otoño.
Las gastritis
y duodenitis siguen una evolución cíclica, con períodos dolorosos y de
remisión que recuerdan los de la úlcera, pero si el enfermo toma determinados
alimentos o bebidas durante el período de remisión , experimenta
molestias gástricas, lo que obliga a sujetarse siempre a un régimen.
En la dispepsia
hiperesténica y en la mayoría de las dispepsias reflejas (biliar, renal,
apendicular, ovárica, etc.), los enfermos sufren de manera irregular durante
días o semanas, a veces en períodos cortos, de dos o tres días, separados
por intervalos de varias semanas o meses. Este ritmo constituye la clásica
crisis de tres días propia de la colecistitis, de la crisis gástrica de
tabes dorsal y, más rara vez, de la apendicitis crónica.
La epigastralgia
constante y diaria, sin remisión alguna, se señala en procesos extradigestivos
(perivisceritis) o digestivos (úlcera, cáncer) secundariamente exteriorizados.
Según
la evolución del dolor durante el día y durante el año, las gastralgias
se pueden agrupar de forma siguiente:
- En la úlcera gastroduodenal: el dolor se manifiesta con ritmo postprandial
y por períodos de tres semanas, poco más o menos, con remisiones intercalares
muy manifiestas, durante las cuales los pacientes son asintomáticos
y no han de sujetarse a régimen alguno. Las molestias calman con los
alcalinos, con la ingesta, con el vómito, a veces con el decúbito.
- En la
gastritis con hiperestesia de la mucosa: las molestias posprandiales
siguen una evolución anual cíclica con períodos dolorosos y de remisión
que recuerdan los propios de la úlcera del estómago o del duodeno, pero
falta precisión en el período de calma intercalar, es decir, que en
ningún momento el enfermo se considera curado por completo, pues si
toma determinados alimentos o bebidas experimenta molestias gástricas,
lo que lo obliga a sujetarse siempre aun régimen. En el período doloroso
las molestias ceden con los alcalinos, pero pueden aumentar con las
comidas, por poco irritantes que sean.
- En la
dispepsia hiperesténica y la mayoría de las dispepsias reflejas que
actúan provocando un espasmo reflejo del píloro: epigastralgias ritmadas
con la alimentación, que suelen calmar con los alcalinos y menos con
la ingesta, y de presentación irregular (días o semanas de molestias
que alternan con semanas o días de bienestar)
- En la
perivisceritis, peritonitis: dolor que aparece todos los días, aumenta
con las comidas y con el esfuerzo y puede aliviarse o no con alcalinos
y con el reposo.
- Otras:
Enfermos con dolor sin ritmo ni periodicidad alguna, sólo algunos días
o algunos momentos, sin relación con las comidas, que puede o no aliviarse
con alcalinos, de calidad y cantidad variables: pinchazos, retortijones.
CIRCUNSTANCIAS
QUE LO CALMAN O EXAGERAN.
En los procesos
gástricos inflamatorios (gastritis) o ulcerosos las molestias aumentan
con la taquifagia, dietas indigestas, tabaco, ten,ión psíquica, etc.,
y disminuyen con la comida blanda, alcalinos o el vómito. En la gastritis
esta acción es menos evidente que en la úlcera, en la que el alivio es
casi inmediato y casi siempre total, aunque no duradero. Las dispepsias
reflejas biliar y renal se alivian con calor local sobre el hipocondrio
derecho o la región renal correspondiente, y con antiespasmódicos u opiáceos.
La epigastralgia
propia de la dolicogastria, de muchas plexalgias, de las dispepsias hiposténica
ulcerosa y gastrítica, se alivia con el decúbito. En particular, es útil
en los enfermos gastrectomizados con síndrome del dumping pues retiene
los alimentos en el estómago e impide su evacuación en tromba al duodeno.
En las hernias del hiato esofágico las molestias aumentan en decúbito
dorsal y en decúbito lateral derecho y se alivian en las posiciones erguida.
sentada y decúbito lateral izquierdos.
SÍNTOMAS
y SIGNOS QUE LO ACOMPAÑAN.
Dispepsia
de origen biliar: el punto cístico es sensible a la presión manual,
y en la crisis aguda el dolor parte del hipocondrio derecho y se irradia
al epigastrio dorso y hombro del mismo lado. La orina tiene un color más
amarillo, encontrándose la orina de color marrón y, a veces, la
conjuntiva subictérica
Dispepsia
apendicular: predominan las náuseas post ingesta y los vómitos, confirmando
el diagnóstico el dolor a la presión sobre la región correspondiente.
Signo
de Murphy: interrupción brusca de la respiración al
palpar la vesícula biliar. Es característico de la colecistitis
Signo
de Romberg-Howship: dolor desde la cara interna del muslo hasta la
rodilla. Se observa en la hernia obturadora incarcerada
Signo
de Blumberg: dolor agudo lancinante que se produce al presionar suave
y profundamente una zona alejada de donde duele y retirar rápidamente
la mano (dolor de rebote). Se observa en casos de irritación peritoneal
y en la apendicitis
Signo
de Markle: el paciente en pie con las rodillas rectas se pone de puntillas
y entonces se apoya bruscamente sobre sus talones lo que provoca un choque
en el organismo. El signo es positivo si se produce dolor abdominal. Es
característico de la irritación peritoneal y de la apendicitis
Signo
de Rovsing: la presión en el lado izquierdo sobre un punto correspondiente
al de McBurney en el derecho, despierta el dolor en este punto en los
casos de apendicitis, pero no en otras afecciones abdominales
Signo
de McBurney: inflamación y endurecimiento de los tejidos por debajo
del punto de McBurney. Puede significar una apendicitis
Signo
de Aaron: dolor o distrés producido en la zona del corazón
o estómago del paciente por palpación del punto de McBurney
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