PIROSIS |
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La pirosis se define como una sensación de ardor por detrás del esternón. Este ardor comienza en la parte inferior e irradia por toda el área retroesternal hasta el cuello, en ocasiones hacia la espalda y raras veces hacia los brazos. Probablemente es el síntoma gastrointestinal más frecuente y casi todo el mundo ha tenido alguna vez ardor de estómago. Se estima que entre el 30 y el 40% de la población tiene pirosis por lo menos una vez al mes y que un 10% la tiene a diario. Por este motivo, la mayoría de los sujetos consideran la pirosis como un problema menor y recurren a antiácidos de venta libre. La pirosis producida por acido se alivia, aunque solo de forma transitoria, por la ingestión de bicarbonato, antiácidos o leche. La pirosis es agravada por múltiples factores, en particular por lo alimentos, por lo que se agrava en las horas siguientes a las comidas. Algunos alimentos, como los grasos, los azúcares, la miel, el chocolate o los carminativos pueden agravar el cuadro de pirosis al disminuir la presión del esfínter esofágico inferior. Muchas bebidas, entre ellas el café, el alcohol, los jugos de cítricos también producen pirosis. En todos los casos, el malestar se inicia 1 o 2 horas después de la ingestión. Algunas maniobras como el levantamiento de pesos o la realización de ejercicios isométricos pueden agravar la pirosis debido a que todos ellos relajan el esfinter esófagico inferior. Una excepción es la bicicleta estática que parece ser un buen ejercicio para los pacientes con reflujo gastroesofágico. Igualmente, los fármacos que relajan la musculatura lisa como los antagonistas del calcio y las teofilinas pueden agravar un cuadro de pirosis. La aspirina y los AINES producen una irritación directa sobre la mucosa. No se conocen los mecanismos fisiológicos de la pirosis. Aunque el reflujo de ácido gástrico a menudo se asocia a la pirosis, esta también se desencadena por la presencia de un balón, el reflujo de sales biliares y las alteraciones de la motilidad. Es posible que se deba a la estimulación de quimioreceptores de la pared esofágica que no han sido identificados y que desde luego no se encuentran en la mucosa, ya que la administración local de un anestésico no alivia los síntomas. El hecho de que muchos individuos sanos muestren reflujo esofágico postprandial sin síntomas y que muchos casos de esofagitis por reflujo de ácido excesivo demostradas endoscópicamente cursen sin pirosis viene a oscurecer el problema. Más aún, muchos pacientes con esófago de Barret, la forma más extrema de enfermedad por reflujo esofágico, son insensibles al ácido, de manera que para que se produzca pirosis se requiere algo más que el contacto esofágico con el ácido. Para agravar más aún el problema, muchos pacientes con pirosis muestran endoscópicamente una mucosa normal, tanto desde el punto de vista de su aspecto macroscópico como en las biopsias. Algunas hipótesis para explicar la pirosis son el pH del reflujo (a mayor ácidez mayor pirosis), la concentración de bicarbonato en la saliva y la interacción del ácido con la pepsina.
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REFERENCIAS
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Monografía revisada el 15 de mayo de 2011. Equipo de Redacción de IQB | ||