ULCERA PEPTICA

ULCERA PÉPTICA

 


Aparato digestivo

 

Introducción

Una úlcera es una llaga en la pared del estómago o del duodeno. El duodeno es el comienzo del estómago. Las úlceras pépticas son bastante frecuentes: en los países occidentales, aproximadamente un 10% de la población tiene una úlcera en algún momento de su vida. Una de las causas más frecuentes de la úlcera péptica es la infección por una bacteria denominada Helicobacter pylori, pero otras veces se la úlcera se produce por el consumo de aspirina u otros anti-inflamatorios. Algunas veces, muy raras, las úlceras son producidas por tumores cancerosos en el estómago o en el páncreas. En contra de lo que mucha gente cree, ni el estrés ni los alimentos con picante u otras especies producen úlcera péptica

La Helicobacter pylori (H. pylori) es una bacteria que se cree es la responsable de la mayoría de las úlceras pépticas. La infección por H. pylori es muy frecuente: más del 20% de las personas de menos de 40 años están infectadas y más de la mitad de las de 60 años o más muestran la bacteria en su estómago. Sin embargo, muchas de las personas infectadas no desarrollan úlcera. No se sabe porqué el H. pylori provoca ulceras en algunas personas y en otras no. Probablemente, se debe a las características de la persona, al tipo de H. pylori y a otros factores desconocidos. Aunque no se sabe con certeza como se contagia la infección, muchos investigadores creen que la bacteria se encuentra presente en los alimentos y en al agua. Se ha encontrado H. pylori en la saliva de algunas personas infectadas, de modo que la infección se puede propagar por contactos orales

Como actua la H. pylori

La H. pylori debilita la capa mucosa que protege el estómago y el duodeno, permitiendo el ataque del ácido. La misma bacteria es irritante, por lo que ambos factores van erosionando el estómago hasta producir una llaga o úlcera. El Helicobacter pylori es capaz de sobrevivir en el medio tan ácido del estómago porque fabrica varias sustancias que neutralizan el mismo.

Síntomas

Los síntomas de una úlcera péptica son molestias abdominales que se manifiestan como un dolor sordo y constante que puede durar varios días o semanas. El dolor aparece dos o tres horas después de una comida o por la noche, cuando el estómago está vacio. Se alivia ingiriendo alimentos o con antiácidos. Otros síntomas que pueden estar presentes son la pérdida de apetito con la correspondiente pérdida de peso, naúseas, e incluso vómitos. Algunas personas pueden experimentar estos síntomas muy severamente, mientras que otras apenas tienen molestias.

Las complicaciones más graves de la úlcera péptica son las hemorragias y la perforación gástrica, cuando la úlcera atraviesa toda la pared del estómago. Ambos casos constituyen situaciones de emergencia que requieren una inmediata atención médica. En ambos casos, el paciente muestra un dolor muy agudo y persistente que puede ir acompañado de vómitos con cóagulos de sangre que parecen granos de café o con heces de color negro.

Diagnóstico

La úlcera péptica es fácil de diagnosticar ya que el médico puede visualizarlas directamente mediante endoscopias del estómago y duodeno. Es un método muy seguro pero algo molesto para el paciente ya que le introducen un tubo con una camára de televisión por el esófago hasta llegar al lugar donde se encuentra la úlcera.

También se puede diagnosticar mediante radiografías, después de hacer que el paciente ingiera una papilla de bario, sustancia que no permite el paso de los rayos X y que permite ver más fácilmente los órganos internos.

Si se detecta una úlcera, es muy probable que sea originada por el H. pylori. La detección de esta bacteria es importante para descartar otros factores que puedan ser los responsables de la úlcera, como los medicamentos anti-inflamatorios. El H. pylori se detecta mediante varias pruebas, siendo las más utilizadas el test de la ureasa y los cultivos de heces o de muestras obtenidas por biopsia. El test de la ureasa se lleva a cabo administrando al paciente una solución de urea que contiene un átomo de carbono marcado con un isótopo (concretamente el carbono-13). La H. pylori posee una enzima, la ureasa, que descompone la urea en CO2 que es eliminado por los pulmones con la respiración. La presencia de CO2 marcado con carbono-13 en el aire espirado es la prueba de la presencia del H. pylori, con una probabilidad del 96 al 98%. Los análisis de sangre ponen de manifiesto la presencia de anticuerpos a la H. pylori, pero no son diagnósticos, ya que son positivos cuando la bacteria ha sido eliminada y solo prueban que en algún momento el paciente estuvo infectado.

Tratamiento

Las úlceras producidas por el H. pylori son tratadas mediante una combinación de fármacos que matan las bacterias (antibióticos), que reducen la acidez del estómago y que protegen la mucosa gástrica. La curación se consigue en la mayor parte de los días después de un tratamiento de 10 a 14 días.

Los antibióticos más empleados son asociaciones de dos antibióticos (amoxicilina + metronidazol o claritromicina + metronidazol). La reducción de la secreción gastrica de ácido se consigue con los inhibidores de la bomba de protones (como el lansoprazol) o con los antagonistas histamínicos H2 (como la ranitidina). El subsalicilato de bismuto tiene propiedades protectoras de la mucosa gástrica y también mata a las bacterias.

La curación se consigue en la mayoría de los casos aunque el tratamiento con tres medicamentos al tiempo (la denominada triple terapia) es complicado ya que inmplica el tomar 20 o más pastillas al día. Además, los antibióticos empleados pueden producir algunos efectos adversos (mal sabor de boca, diarrea, náuseas, cefaleas y, en las mujeres, infecciones por hongos).

Se producen racaídas en un 15-20% de los casos, sin que se sepa por el momento, como prevenir la infección por H. pylori. Algunos laboratorios están intentando desarrollar un vacuna contra el H. pylori, pero todavía se desconoce su eficacia