La sarna puede ser confundida con cualquier otra dermatosis prurítica, urticaria papular, pioderma, picaduras de insectos y dermatitis herpetiforme. Los túneles son a veces difíciles de encontrar, siendo la localización de las lesiones un aspecto clave para el diagnóstico. El examen directo de las lesiones añadiendo una gota de aceite mineral sobre las mismas y rascando con un escalpelo, y examen microscópico suele facilitar el diagnóstico. No se debe utilizar hidróxido potásico ya que puede disolver los agregados fecales de los parásitos..

La dermoscopìa es otro método eficaz de diagnóstico.

Una vez diagnósticada la enfermedad, existen varias modalidades de tratamiento. Entre los escabicidas tópicos, la permetrina al 5% es un fármaco excelente con poca toxicidad, pero no debe ser utilizada en mujeres embarazadas ni en niños menores de 2 años. Además, suele ser frecuente un empeoramiento transitorio del prurito.

El lindane al 2% es algo menos efectivo

que la permetrina,y en algunos países su uso está restringido o prohibido. Otras medicaciones más o menos efectivas son el azufre al 6% en petrolato (preparado en la oficina de farmacia como fórmula magistral) o el benzoato de bencilo que es muy eficaz pero no está comercializado en algunos países.

La ivermectina es un antiparasitario utilizado para el tratamiento de la oncocerciasis y estrongiloidasis en el hombre y, desde hace una década, han aparecido numerosas publicaciones en las que este sustancia en dosis orales de 200 mg/kg/día es un tratamiento eficaz en la escabiosis.

El prurito puede persistir durante varias semanas después de un tratamiento efectivo. Los antihistamínicos sedantes pueden reducir prurito, si bien suele ser más eficaz un tratamiento corto con glucocorticoides (crema de hidrocortisona al 1% o triamcinolona. En algunos casos una capa generosa de Vicks Vaporub (una especialidad a base de vaselina, mentol y otros aceites esenciales) puede aliviar el prurito, si bien sus efectos duran tan solo 4 o 5 horas.