ATLAS DE DERMATOLOGIA
 
POROQUERATOSIS [ICD-10: Q82.8]

La poroqueratosis punctata está asociada generalmente a la poroqueratosis de Mibelli o a la poroqueratosis lineal. Se caracteriza por múltiples lesiones hiperqueratósicas pequeñas, discretas y puntiformes que pueden seguir una disposición lineal o agruparse.

Debe diferenciarse esta poroqueratosis de la queratodermia punteada que se presenta como pequeñas excrecencias espinosas queratósicas limitadas a las palmas y plantas de manos y pies.

El diagnóstico de las poroqueratosis es sencillo ya que todas las formas presentan como signo característico las láminas cornoides. La presencia de un borde queratósico elevado en la lesión con la depresión epidérmica es bastante diagnóstica.

El tratamiento de la poroqueratosis debe individualizarse a partir del tamaño de la lesión, su localización anatómica y el riesgo de degeneración neoplásica

En todos los casos, es necesaria la protección frente al sol, el uso de emolientes y la vigilancia por si aparecieran signos de neoplasia. Para el tratamiento farmacológico se dispone del 5-fluoruracilo tópico que puede conseguir la remisión de todas las formas de poroqueratosis. Los efectos de este fármaco mejoran cuando se utilizan vendajes oclusivos o se añade tretinoína tópica. Los corticosteroides no mejoran los resultados clínicos. El tratamiento tópico con calcipotriol y tacalcitol ha mostrado ser beneficioso en la poroqueratosis actínica diseminada. Los retinoides orales ha ocasionado resultados variables, a veces conflictivos.

El tratamiento quirúrgico es necesario para las lesiones poroqueratósicas que han experimentado una transformación maligna. La modalidad del tratamiento (escisión, crioterapia, curetaje o electrodesecación) dependerá del tamaño y localización de las lesiones. El tratamiento con láser de CO2 o de otros tipos suele ocasionar recurrencias