No
hay curación para la mayor parte de los casos de diabetes. Algunas personas
con diabetes pueden ser curadas mediante el transplante de las células
que producen la insulina, pero existen riesgos significativos asociados
a la cirugía y a la necesidad de fármacos inmunosupresores para evitar
los rechazos. Pero
aún cuando la diabetes no se puede curar, puede ser controlada. Controlar
la diabetes significa equilibrar la cantidad de insulina y glucosa presentes
en su sangre. Para poder alcanzar ese equilibrio, su educador de diabetes
o su médico le prescribirán un régimen de dieta, ejercicio y posiblemente,
insulina o tabletas. La fiel adherencia a ese régimen lo ayudarán a
mantenerse saludable y a reducir en manera considerable las probabilidades
de desarrollar complicaciones diabéticas.
Los enfermos
con diabetes son vulnerables a una serie de complicaciones a lo largo
del tiempo. Todos los médicos están de acuerdo en que un control estricto
de la glucosa en la sangre reduce considerable estas complicaciones.
Esto ha sido demostrado inequívocamente por el " Diabetes Control
and Complications Trial" un complejo estudio clínico prospectivo
realizado en varios miles de diabéticos. El control del azúcar es la
mejor manera de minimizar el riesgo de complicaciones.
Si usted
está sintiéndose bien, probablemente está preguntándose porqué tiene
que seguir ese régimen. Recuerde que no todas las personas con diabetes
tienen los mismos síntomas, y en el caso de que usted no tenga síntomas,
no por eso deja de tener diabetes. El mantener su glucosa controlada
es siempre muy importante. Mantener altos los niveles de glucosa en
la sangre de manera continua, es una condición tóxica. Con el correr
del tiempo, puede resultar en daño a sus vasos sanguíneos, riñones,
ojos y nervios. A pesar de que su cuerpo puede adaptarse al nivel elevado
de glucosa y usted puede estar sintiéndose bien, cuanto más cercano
esté su glucosa a lo normal, más saludable será su cuerpo.
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