Plantas Medicinales y Diabetes

 

PLANTAS ANTIDIABETICAS CON PRINCIPIOS ACTIVOS SIN CARACTERIZAR

Un cierto número de plantas tradicionalmente utilizadas como antidiabéticas han mostrado actividad hipoglucémica en animales de laboratorio o en el hombre, aunque no se han identificado todavía el o los agentes responsables

La seta común (Agaricus bisporus) es considerada como un valioso adyuvante dietético en Europa. Sus efectos hipoglucemiantes han sido demostrados en ela ratón con diabetes inducida por estreptozotocina. El consumo de A. bisporus mejora la sensibilidad a la insulina y extractos de esta seta añadidos a cultivos de islotes in vitro estimulan la secreción de insulina. Otras setas utilizadas en la diabetes incluyen la Corinus comatus que reduce los niveles de glucosa en ratas normales y diabéticas y la Amanita phalloides con efectos hipoglucemiantes en voluntarios sanos. Los efectos tóxicos de la Amanita phalloides se debe a una neuroglucopenia subsiguiente a una necrosis hepática y depleción de la glucógeno hepático.

El extracto de acuoso de tallos de Opuntia stracantha reduce los niveles de glucosa en ayunas de pacientes con diabetes de tipo 2 y en conejos aloxanizados, pero es ineficaz en sujetos normales. En los diabéticos, después de la ingestión de 500 g de extracto se observó una reducción del 18% en los niveles de glucosa con una reducción del 50% en las concentraciones plasmáticas de insulina, lo que indica que esta planta ejerce un efecto antidiabético de una forma extrapancreática.

La Lythrum salicaria mostró un efecto hipoglucemiante en conejos normales, doblando las concentraciones de insulina. La Tinospora crispa también actúa incrementando las concentraciones de insulina, mediante un efecto directo estimulante sobre las células b pancreáticas, tal como se observa cuando se añaden extractos acuosos de esta planta a cultivos de islotes.

La judía común (Phaseolus vulgaris) masticadas en crudo fueron utilizadas antes de la llegada de la insulina y, en efecto, los extractos acuosos de las semillas muestran un efecto hipoglucemiante en los ratones y conejos con diabetes producida por aloxano.

Las dietas a base de vegetales recomendadas antiguamente han mostrado tener un elevado contenido en carbohidratos ricos en fibras y su efecto retardando la absorción de la glucosa puede justificar sus propiedades antidiabéticas. Sin embargo, algunos de los vegetales utilizados en estas dietas como la lechuga (Letuca sativa), la berza (Brassica oleracea) o la patata (Solanum tuberosa) contienen además algún componente hipoglucemiante ya que sus extractos exentos de fibra son capaces de reducir los niveles elevados de glucosa después de su administración intraperitoneal a animales de laboratorio. Los tallos del maíz (Zea mays) contienen una fracción rica en minerales con actividad hipoglucemiante y grandes cantidades de ácidos indolacético, giberélico y abscisico con una modesta actividad hipglucemiante.

Otras plantas utilizadas como antidiabéticas en la medicina tradicional y que han mostrado una actividad hipoglucemiante en animales de laboratorio son las hojas de Agrimonia eupatoria (agrimonia) y de Eucaliptus globulus (eucalipto), las semillas de Coriandrum sativum (cilandro) y las bayas del enebro (Juniperus communis). La infusión de hojas de zarzamora (Rubus fructicosus) es hipoglucemiante en los animales con diabetes inducida por aloxano pero ineficaces en la diabetes inducida por estreptozotocina.