La hipogalactia es la escasa producción de leche materna, que no permite obtener un suministro de leche adecuado para satisfacer en exclusiva las necesidades nutricionales del bebé.
La hipogalactia puede deberse a varias causas, la mayoría imputables a la madre. Algunos de los factores que predisponen a una insuficiente producción de leche son:
- mal manejo de la lactancia: menos de 8 tomas al día y/o tomas de duración insuficiente
- frenillo del bebé que le impide una succión adecuada
- diabetes u obesidad de la madre:
Las mujeres con un índice corporal de 30 o más pueden sufrir un retraso en la subida de la leche, y de la misma manera las mujeres que han sufrido diabetes gestacional o tienen diabetes pueden tener más dificultades para que su cuerpo inicie la producción de leche.
- en ocasiones, las mujeres que han sido sometidas a una cesárea de emergencia y han pasado mucho miedo o madres a las que se les somete a cesáreas programadas, sin estar de parto, pueden sufrir un retraso en la subida de leche.
- ciertos fármacos que pueden inhibir la producción de leche, y también hay medicamentos específicos para inhibirla como la cabergolina o medicamentos, como algunos antihis-tamínicos, que como efecto secundario causan la inhibición de la producción de leche.
Aunque hoy día se conoce perfectamente el mecanismo hormonal de la producción de leche y existen métodos varios (farmacológicos, estimulación del pecho, fitoterapia, etc.) no deja de ser interesante el método hipnótico relatado por Sigmund Freud en "Un caso de curación hipnótica" (1892-1893).
"El sujeto del historial clínico era una mujer joven, entre los 20 y 30 años, previamente tratada por Freud desde sus años infantiles sin haber dado jamás una impresión de nerviosismo....Hemos de considerarla, siguiendo la feliz expresión de Charcot como una histerique d´occasion.... La buena constitución del sujeto pereció debido a las dificultades corrientes de la pubertad, el trabajo excesivo por los años de estudio, una gonorrea y con ella una súbita explosión de una dispepsia acompañada de ub tenaz estreñimiento. A partir de este momento se desarrolló una alteración del carácter del sujeto que le conviertió en un constante tormento para la familia...".
Al nacimiento de su primer hijo en un parto normal, la madre no consiguió amamantar al niño. Perdió el apetito, tenía poca leche y sentía dolores intensos al dar el pecho. La familia tuvo que recurrir a una nodriza para amamantar al bebé. Tres años después tuvo la sujeto su segundo hijo, pero "los esfuerzos de la madre para proceder a la lactancia no tuvieron éxito y provocaron fenómenos más penosos que la vez primera".
Sigue contando Freud." A mi llegada, la encontré en la cama, con las mejillas muy arrebatadas y furiosa por su incapacidad para criar al niño. Para evitar los vómitos no había tomado alimento aquel día. El epigastrio aparecía abultado y, colocando la mano sobre el estómago, se advertía continuas contracciones....
"En el acto intenté producir la hipnosis haciendo fijar a la paciente sus ojos en los míos y sugiriendole los síntomas del sueño. A los tres minitos yacía la enferma en su lecho, con la tranquila expresión de un profundo reposo sirviéndome entonces de la sugestión para contradecir sus temores y todas las sensaciones en las que dichos temores se fundaban: No tenga usted miedo, será usted una excelente nodriza y el niño se criará divinamente. Su estómago marcha muy bien: tiene usted gran apetito y está deseando comer, etc. La enferma continuo durmiendo cuando la abandoné por breves instantes y al despertarla mostró una total amnesia con respecto a lo sucedido durante la hipnosis".
Sigue contando Freud que al día siguiente le notificaron que la enferma había cenado sin ningún problema y había desayunado con gran apetito.Además había dado el pecho sin la menor dificultad.
Sin embargo, para reforzar la sugestión hipnótica, Freud recurrió a dos sesiones de hipnosis adicionales, pudiendo seguidamente amamantar la paciente a su hijo durante ocho meses. Más aún, al tener la paciente su tercer hijo y recaer en los mismos síntomas, Freud recurrió a dos sesiones de hipnosis, quedando anulados por completo en la segunda todos los síntomas. |