La esclerosis múltiple es una enfermedad
inflamatoria de la sustancia blanca del sistema nervioso central (SNC), mediada por el sistema inmunológico, de curso generalmente crónico, con una tendencia habitualmente progresiva (85 a 90%), aunque entre el 10 y 15% de los casos puede ser benigna.
Un elevado porcentaje de pacientes termina en silla de ruedas.
El origen de ella no está bien establecido. Se sabe que participa el sistema inmunológico, el que por una razón desconocida comienza a destruir las vainas de mielina del SNC. La hipótesis más aceptada considera que es una enfermedad autoinmune en sujetos susceptibles. Además, hay algunas recientes investigaciones que sugieren que los niveles de estrés y de salud mental son elementos correlacionados con su aparición y evolución.
Los síntomas neurológicos dependen del lugar del SNC en que se producen los procesos inflamatorios en las vainas de mielina, además de la magnitud y cantidad de éstos. La RM es uno de los principales medios de diagnóstico hasta ahora junto al examen clínico. La capacidad de discriminación de la RM se puede aumentar inyectando gadolinium, un medio de contrates que al traspasar la barrera hematoencefálica hace más visible la actividad inflamatoria aguda.
Los medicamentos que han demostrado una mayor efectividad son los corticoides en dosis altas para las crisis agudas y el interferón ß como tratamiento permanente intercrisis. Ambos medicamentos, si bien logran lentificar el deterioro progresivo, no son capaces de detener o revertir definitivamente la enfermedad.
A partir del año 2000 surge la hipótesis de que la esclerosis múltiple podría estar relacionada con el estrés psicosocial y se proponen tratamientos psicoterapéuticos. Según Miserda (2002)
la esclerosis múltiple sería una enfermedad psicosomática resultante del estrés psicosocial preferentemente crónico y su evolución dependería principalmente de la evolución de dicho estrés, proponiendo
que un adecuado manejo del estrés psicosocial sería muy importante para lentificar, detener o revertir el curso de esta enfermedad.
Miserda nos cuenta un caso de una paciente de 33 de años, casada, con 2 hijos pequeños. En 1994, a los 24 años de edad presenta los primeros signos y síntomas que hicieron sospechar el diagnóstico de esclerosis múltiple. Éste fue confirmado en una segunda RM efectuada en un segundo brote en 1995. Entonces comienza el tratamiento convencional con interferón ß, a razón de una ampolla de 30 mg. intramuscular semanal, a pesar de lo cual continúa presentando dos recaídas cada año, las que obligan cada vez al uso de corticoides endovenoso en dosis elevadas hasta 1998. Cada recaída va dejando secuelas neurológicas en una evolución con daño progresivo, el que provocó discapacidad hasta el N° 6 en la Escala de Discapacidad de Kurtzke en Junio de 1998.
Puesto que el estrés es un elemento importante en la disminución de los factores neurotróficos del cerebro, Miserda sugirió que una terapia anti-estrés facilitaría la recuperación de estos y aumentaría la vitalidad de las neuronas. Igualmente, una terapia anti-estrés reduciría la producción de los factores de necrosis tumoral, responsables de los brotes o recaídas observados en la esclerosis. Además, como el estrés es un factor importante en la inhibición de la neurogénesis, su tratamiento estimularía la producciónde nuevas neuronas que remplazarían las neuronas muertas.
A partir de 1998, Miserda inicia un nuevo tratamiento, manteniendo el interferón b y la fluoxetina y ocasionalmente algún psicofármaco (hipnóticos, ansiolíticos y estabilizadores del ánimo). Miserda utilizó sesiones terapeúticas orientadas a la terapia psicológica de unas dos horas y media de duración a intervalos de quince dias los primeros 6 meses y porteriormente a intervalos mensuales, bimestrales y trimestrales, a medida que mejoraba la enfermedad.
Los procedimientos psicoterapeúticos utilizados en las sesiones fueron conversaciones terapéuticas, tareas terapéuticas, trances (por hetero y auto-hipnosis) y psicofarmacoterapia.
Las conversaciones terapéuticas se desarrollaron al estilo ericksoniano, usando el marco hipnótico para trances terapeúticos conversacionales y centrados en la solución. Además, se fijaron algunos objetivos como superar experiencias negativas el paso, crear expectativas positivas, aprender a conectarse con su mente interior, aprender y practicar autohipnosis positiva y entregar sugestiones post-hipnóticas indirectas y estimular la neurogénesis cerebral.
Durante los años que lleva el nuevo enfoque y tratamiento (septiembre 1998 - Julio 2002) la evolución de la paciente dió un vuelco favorable en todos los aspectos, incluyendo la mejoría radiológica. Además, se observó la abolición drastica de las recaídas habituales y, lo que es más importante, con la abolición de las recaídas cesó el daño progresivo que estas estaban provocando en las lesiones previas y se detuvo la aparición de nuevas lesiones. Su discapacidad disminuyó gradualmente desde el 6 quedando entre el 1 y 2.
|