HIPNOSIS Y ASMA
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Es bien sabido que el manejo del asma puede ser complicado por condiciones comórbidas, tales como el reflujo gastroesofágico reflujo y la sinusitis crónica. Cuando los síntomas del asma se interpretan sin tener en cuenta este tipo de condiciones, su tratamiento puede producir un resultado subóptimo. Por ejemplo, la ansiedad puede no ser reconocido como una enfermedad concomitante debido a que su disnea, taquipnea y opresión en el pecho asociados pueden ser erróneamente interpretados como el resultado de una exacer-bación del asma. El tratamiento médico dirigido sólo para el asma en un paciente que también tiene ansiedad puede conducir a un uso excesivo de medicamentos para el asma y el aumento de las hospitalizaciones. Incluso cuando se ha reconocido la ansiedad, su tratamiento rara vez se lleva a cabo por el médico que gestiona principalmente el paciente de asma. En cambio, los pacientes a menudo recurren a un profesional de salud mental para el manejo de la ansiedad. En otras circunstancias, se reconoce la ansiedad, pero no se ofrece un tratamiento específico. Existen numerosas evidencias que el estrés emocional puede precipitar o exacerbar tanto el asma agudo como el crónico. En ambos casos, la ansiedad es un acompañante común. Se sabe que la resistencia de las vías respiratorias aumenta con el estrés en los sujetos normales, pero aumenta mucho más en los asmáticos. De igual manera, el ejercicio violento aumenta la resistencia de las vías aéreas en las personas sanas pero una severa bronco-constricción tiene lugar sólo en los asmáticos. Se puede concluir que los mecanismos fisiológicos son distintos en los asmáticos y en los sujetos normales.
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La revisión de la literatura llevada a cabo en 2002 por A. Huntley y col. identificó 15 estudios clínicos en los que el tratamiento del asma utilizaba varias técnicas de relajación. Aunque estos autores observaron una tendencia a que el asma mejorara, no llegaron a establecer conclusiones válidas por varias causas (errores de la metodología, poblaciones pequeñas, edades de los pacientes, etc.) En 2015 Kaslovsky y col, publicaron el caso de un niño autista de 12 años con asma y disfunción de las cuerdas vocales, al que trataron con hipnosis ericksoniana sugiriendole que se encontraba en el asiento del conductor de una furgoneta y que sentía el viento fluyendo por sus vías respiratorias y enfriando el esófago. Se le implantó una sugestión post-hipnótica para que se desplazara imaginariamente a la furgoneta en el momento en el que le faltara la respiración. En total se llevaron a cabo dos sesiones en las que enseñó al muchacho la práctica de la auto-hipnosis. Las informaciones del colegio del chico fueron muy positivas disminuyendo considerablemente su número de visitas a la enfermería.
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REFERENCIAS
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