INTERACCIONES
El propranolol
y posiblemente otros beta-bloqueantes pueden reducir el aclaramiento hepático
de la teofilina con el consiguiente riesgo de un aumento de la toxicidad.
El propranolol inhibe la desmetilación hepática de la teofilina
y, aunque el atenolol y el nadolol no tienen este efecto, sus efectos
sobre los músculos lisos bronquiales se oponen a los de la teofilina.
No hay que descartar un efecto parecido por parte de los beta-bloqueantes
oftálmicos como el levobunolol o el timolol ya que estos fármacos
muestran efectos sistémicos tras su aplicación oftálmica.
El alopurinol
en dosis elevadas (600 mg o más) reduce el aclaramiento de la teofilina,
pero este efecto no se observa con dosis más bajas.
La teofilina
es metabolizada en el hígado por el sistema enzimático del
citocromo P450 y por lo tanto, los fármacos que inhiben estas enzimas
reducen su aclaramiento con el correspondiente aumento del riesgo de toxicidad.
Se han descrito casos de toxicidad con la administración concomitante
de teofilina y cimetidina. Otros antagonistas H2 como la ranitidina o
la famotidina no interaccionan de esta manera con la teofilina, si bien
existen algunas comunicaciones que señalan una toxicidad después
de ranitidina y famotidina.
Algunos
antagonistas del calcio reducen el aclaramiento de la teofilina, pero
esta interacción solo es significativa en el caso del verapamilo.
Se deberán extremar las precauciones si ambos fármacos se
prescriben simultáneamente, en particular si el pacientes está
tratado con otros inhibidores de las enzimas hepáticas o padece
alguna insuficiencia hepática.
El disulfiram
inhibe la desmetilación e hidroxilación de la teofilina,
siendo esta interacción muy significativa. Se deben reducir las
dosis de teofilina en pacientes tratados con disulfiram.
Los antibióticos
macrólidos como la eritromicina y troleandomicina pueden inhibir
el aclaramiento de teofilina. Parece ser que la eritromicina afecta al
aclaramiento de la teofilina pero solo cuando las concentraciones plasmáticas
son superiores a los 15 µg/ml. Por su parte, la teofilina puede aumentar
el aclaramiento de la eritromicina. Otros antibióticos macrólidos
como la azitromicina o la claritromicina no parecen interaccionar con
la teofilina en la misma medida que lo hace la eritromicina.
La isoniazida
reduce el aclaramiento de la teofilina siendo dicha reducción proporcionales
a las dosis del antituberculoso y a la duración del tratamiento.
Se han comunicado casos de toxicidad por teofilina en pacientes tratados
concomitantemente con isoniazida.
Igualmente,
la mexiletina reduce el aclaramiento de la teofilina, recomendándose
una reducción de la dosis de teofilina si ambos fármacos
se administran simultáneamente.
Las quinolonas
interfieren de una forma variable con la teofilina: la enoxacina reduce
el aclaramiento de la teofilina en un 75%, la ciprofloxacina y la pefloxacina
en un 31%, y la norfloxacina en un 15%. En el caso de otras quinolonas,
se desconoce la interacción o los datos son contradictorios. En
cualquier caso, si se inicia un tratamiento con una quinolona en pacientes
medicados con teofilina se deberán tomar precauciones, en particular
los pacientes padecen de insuficiencia hepática o están
siendo tratados con otros fármacos inhibidores de las enzimas hepáticas.
La fluvoxamina
es un potente inhibidor de la isoenzima CYP1A2, una enzima importante
en el metabolismo de la teofilina. La administración de fluvoxamina
a pacientes estabilizados bajo teofilina puede resultar en un aumento
de las concentraciones plasmáticas de la xantina con el correspondiente
riesgo de toxicidad.
El lansoprazol,
un inhibidor de la bomba de protones ampliamente utilizado como "protector
gástrico" es metabolizado por la CYP3A4, una enzima que también
participa en el metabolismo de la teofilina. Se ha observado un ligero
aumento (10%) en el aclaramiento de la teofilina cuando se administró concomitantemente el lansoprazol. Es posible que sean necesarios reajustes
en las dosis de teofilina cuando se inicia o se retira el lansoprazol
.
Los fármacos
que estimulan el metabolismo de la isoenzima CYP1A2 (barbitúricos,
carbamazepina, fenitoína, primidona, rifampina, etc.) pueden acelerar
el aclaramiento de la teofilina si se prescriben concomitantemente. Además,
debido a la larga semi-vida del fenobarbital pueden ser necesarios varios
días para que sean evidentes sus efectos sobre la farmacocinética
de la teofilina. Probablemente sea necesario aumentar las dosis de teofilina
para mantener unos niveles plasmáticos eficaces. Sin embargo, lo
que es todavía más importante es la toxicidad por teofilina
que puede desarrollarse cuando se discontinua el fenobarbital si no se
reducen las dosis. Por su parte, le teofilina puede inhibir la adecuada
absorción de la fenitoína.
El uso concomitante
de teofilina y efedrina aumenta el riesgo a desarrollar arritmias cardíacas.
De la misma manera, otros fármacos simpaticomiméticos y
otras xantinas pueden interaccionar de la misma manera, produciendo efectos
adversos tales como nerviosismo, irritabilidad e insomnio. Algo parecido
puede ocurrir cuando se administran anestésicos generales inhalados
a pacientes medicados con teofilina.
El aclaramiento
de teofilina se reduce sustancialmente cuando la ticlopidina y la teofilina
se administran concomitan-temente. Se deben monitorizar los niveles plasmáticos
de teofilina cuando se añade o se retira la ticlopidina al tratamiento.
Los interferones
alfa-2a y alfa-2b pueden reducir el aclaramiento de la teofilina con el
consiguiente incremento de los niveles plasmáticos, incremento
que puede llegar a ser del 100%. Además, esta inhibición
del aclaramiento de la teofilina es proporcional a las dosis de interferones.
Los pacientes tratados con estos fármacos deberán ser cuidadosamente
vigilados por si aparecieran síntomas de toxicidad por teofilina.
La teofilina
puede aumentar el aclaramiento renal del litio, reduciendo su efectividad
terapéutica.
Aunque la
información sobre la propafenona es limitada, parece ser que este
anti-arritmico afecta al aclaramiento de la teofilina. En varios pacientes
se ha observado un aumento de las concentraciones plasmáticas de
teofilina cuando se añadió la propafenona y al menos en
un caso, aparecieron síntomas evidentes de toxicidad por teofilina.
Por el contrario,
se han detectado concentraciones plasmáticas menores de lo normal
cuando se administró prednisona, aunque la significancia clínica
fue escasa.
En un pequeño
número de pacientes con leucemia o linfoma con neurotoxicidad inducida
por metotrexato, la teofilina redujo los síntomas de neurotoxicidad,
la cual se debe a los elevados niveles de adenosina en el sistema nervioso
central. Sin embargo, no parece que la teofilina antagonice los efectos
terapéuticos del metotrexato.
Se ha observado
que el ketoconazol reduce las concentraciones plasmáticas de la
teofilina cuando esta se administra en forma de comprimidos de acción
sostenida, lo que no ocurre cuando la teofilina se administra por vía
intravenosa. Como es bien sabido, el ketoconazol es un potente inhibidor
de las enzimas hepáticas que metabolizan la teofilina, por lo que
deberían aumentar los niveles plasmáticos de esta y no,
como ocurre, lo contrario. Este fenómeno se interpreta como que
el ketoconazol interfiere con la absorción oral de la teofilina.
Sin embargo, debido a que esta interferencia sola ha sido observada en
un caso, se requieren más datos clínicos para poder llegar
a una conclusión.
Cuando la
teofilina se administra con ritonavir, sus concentraciones plasmáticas
máximas y biodisponibilidad (AUC) se reducen en un 52% y 43%, respectivamente.
Pueden ser necesarios aumentos en la dosis de teofilina.
El zileuton,
un inhibidor de la 5-lipoxigenasa, puede interaccionar con la teofilina
al inhibir el metabolismo de esta, al ser el zileuton un inhibidor de
la isoenzima CYP3A4. Se ha comprobado que las concentraciones plasmáticas
de teofilina aumentan en un 100% cuando se añade el zileuton a
los tratamientos con teofilina. Por lo tanto, se recomienda reducir las
dosis de teofilina en un 50% cuando se añade este antiinflamatorias
y, como de costumbre, monitorizar con frecuencia los niveles plasmáticos
de la xantina.
Igualmente,
el zafirlukast, un antagonista del receptor de los leucotrienos, inhibe
las isoenzimas CYP2C9 Y CYP3A4 y se han observado casos de toxicidad por
teofilina cuando se añadió el zafirlukast a pacientes medicados
con teofilina. Se deberán vigilar los posibles síntomas
de toxicidad y monitorizar los niveles plasmáticos de teofilina.
El sevelámero
puede interferir con la absorción de otros medicamentos, interferencia
que puede ser clínicamente significativa con fármacos como
la teofilina que tienen un margen terapéutico muy estrecho. Esta
interferencia puede ser minimizada si la teofilina es administrada una
hora antes o 3 horas después de la dosis de sevelámero.
El modafinilo
es un inductor de la isoenzima microsomal hepática CYP3A4 y, de
esta manera puede alterar el metabolismo de algunos fármacos. Aunque
la teofilina es solo parcialmente metabolizada por esta enzima, puede
ocurrir que su eficacia terapéutica disminuya cuando se añade
el modafinilo al tratamiento.
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