DESCRIPCION La metolazona es un diurético tiazídico que se utiliza en el tratamiento del edema en la insuficiencia cardíaca congestiva, o de problemas del riñón como el síndrome nefrótico. Sola o en combinación con otros fármacos, la metolazona se utiliza igualmente en el tratamiento de la hipertensión arterial. Mecanismo de acción: la metolazona interfiere con el mecanismo tubular renal de reabsorción de los electrolitos. La metolazona actúa inhibiendo la reabsorción de sodio en el área cortical y, en menor medida en los túbulos proximales contorneados. Como el sodio y el cloro se excretan en cantidades parecidas, para compensar el aumento de excreción de sodio, aumenta la excreción de potasio. La acción antihipertensiva de la metolazona se debe a sus propiedades diuréticas y saluréticas. Farmacocinética: después de la administración de una dosis oral, la absorción es rápida y completa. Las concentraciones plasmáticas máximas se alcanzan a las 2-4 horas de la administración. La farmacocinética de la metolazona es lineal dentro del rango de dosis utilizadas en clínica (0.5 a 2 mg), siendo los niveles plasmáticos proporcionales a las dosis. El estado de equilibrio ("steady state") se obtiene a las 4-5 dosis.
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INDICACIONES Y POSOLOGIA Tratamiento de la hipertensión: Administración oral:
Nota: el fabricante hace observar que el uso de la metolazona en la insuficiencia cardiaca congestiva, en la insuficiencia renal crónica y en estados edematosos no ha sido adecuadamente establecido, ni se conocen las dosis óptimas. Aunque algunos estudios clínicos describen la administración de metolazona en estas patologías, son estudios antiguos no muy bien diseñados y con un número de pacientes insuficiente. Como regla general, no se recomienda el uso de la metolazona en estas patologías. Tratamiento de insuficiencia cardíaca congestiva: Administración oral
Insuficiencia renal crónica: Administración oral
CONTRAINDICACIONES Y PRECAUCIONES La metolazona está contraindicada en pacientes con hipersensibilidad al fármaco o a cualquiera de los componentes de su formulación. Igualmente, su uso está contraindicado en casos de anuria, y coma o precoma hepáticos. Ocasionalmente, se ha desarrollado una severa hiponatremia y/o hipopotasemia después de las primeras dosis de diuréticos (tiazídicos y no-tiazídicos), incluyendo la metolazona. En el caso de aparecer síntomas relacionados con un desequilibrio electrolítico intenso, la metolazona debe ser inmediatamente discontinuada tomándose las medidas de soporte adecuadas. Puede ser necesaria una administración parenteral de electrolitos. Durante los tratamientos con metolazona puede aparecer una hipopotasemia caracterizada por debilidad, calambres y arritmias cardíacas. Los niveles séricos de potasio deben ser determinados a intervalos regulares, reduciendo la dosis de metolazona, añadiendo suplementos de potasio o administrando un diurético ahorrador de potasio. La hipopotasemia puede ser particularmente grave en pacientes bajo tratamiento con digital o con historia de arritmias ventriculares. La metolazona ocasiona un aumento de la resistencia a la insulina pudiendo aparecer hiperglucemia o descompensando a los diabéticos. Es posible que estos deban reajustar sus dosis de insulina.
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La metolazona se clasifica dentro de la categoría B de riesgo en el embarazo. Los estudios sobre la reproducción en animales con dosis de hasta 50 mg/kg/día no mostraron ningún efecto adverso del fármaco sobre el feto. Sin embargo no existen estudios controlados en el ser humano, de manera que se recomienda el uso de la metolazona durante la gestación sólo en el caso de que sea estrictamente necesaria. La metolazona cruza la barrera placentaria y aparece en la sangre del cordón umbilical. Puede producir una ictericia neonatal si se administra en las últimas semanas del embarazo. No existen evidencias de que la metolazona tenga influencia alguna sobre el desarrollo del parto. La metolazona
aparece en la leche materna, pudiendo ocasionas serias reacciones adversas
en el lactante. No se recomienda la lactancia durante un tratamiento
con este fármaco. |
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Algunos diurético tiazídicos exacerban o activan un lupus eritematoso sistémico, posibilidad a considerar cuando se inicie un tratamiento con metolazona La seguridad y eficacia de la metolazona no ha sido evaluada en los niños.
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INTERACCIONES La metolazona está contraindicada en pacientes con alergia conocida al fármaco o a cualquiera de los componentes de su formulación. Adicionalmente, los sujetos alérgicos a las sulfonamidas, tiazidas o quinetazona pueden presentar alergia cruzada. La furosemida y otros diuréticos de asa, administrados concomitantemente con la metolazona pueden producir un exceso de pérdidas de fluidos y de electrolitos. Si se administra la metolazona concomitantemente con otros antihipertensivos, puede provocar un descenso excesivo de la presión arterial en particular al comienzo del tratamiento. Se recomienda una estrecha monitorización de la presión arterial. Los efectos sedantes del alcohol, barbitúricos y narcóticos pueden ser acentuados por la reducción del volumen asociado con un tratamiento con metolazona. La hipopotasemia producida por los diuréticos en general y por la metolazona en particular pueden acentuar la sensibilidad del miocardio a los digitálicos, pudiendo desarrollarse serias arritmias. Administrada concomitantemente con corticoides o ACTH, la metolazona aumenta el riesgo de hipopotasemia y de retención de fluidos. La hipopotasemia inducida por los diuréticos puede aumentar los efectos bloqueantes neuromusculares de los agentes curarizantes como la tubocurarina, siendo el más peligroso la apnea que resulta de una insuficiencia respiratoria. Se recomienda discontinuar el tratamiento con este fármaco al menos 3 días de una cirugía en la que se vaya a utilizar un bloqueante neuromuscular. Los salicilatos y los fármacos anti-inflamatorios no esteroídicos (AINES) pueden reducir los efectos antihipertensivos de la metolazona. Aunque la metolazona reduce la respuesta arterial a la norepinefrina, la respuesta presora de esta agente sigue siendo terapeúticamente aceptable. Como otros diuréticos, La metolazona aumenta los niveles plasmáticos del litio pudiéndose aparecer toxicidad renal al reducirse el aclaramiento de este fármaco. La metolazona,
igual que otras tiazidas, puede afectar la respuesta hipoprotrombinémica
de los anticoagulantes, siendo posiblemente necesarios reajustes en
la dosis de estos. |
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REACCIONES ADVERSAS En general, el tratamiento con metolazona es discontinuado debido a las reacciones adversas en un 6.7-6.8% de los pacientes tratados con dosis de 0.5 a 1 mg/día, siendo las más frecuentes mareos y cefaleas, probablemente relacionados con los efectos farmacológicos del fármaco. Otros reacciones adversas frecuentes son fatiga , dolor articular y dolor torácico. Otras reacciones adversas, que se presentan en menos del 2% de los casos son:
Otras reacciones adversas, no cuantificadas, observadas ocasionalmente con la metolazona incluyen depleción excesiva de fluidos, hemoconcentración, trombosis venosa, síncope, parestesias, mareos, insomnio, síndrome de Stevens-Johnson, angiitis necrotizante, necrólisis epidérmica tóxica, púrpura, petequias, fotosensibilidad, urticaria, prurito, hepatitis, ictericia, pancreatitis, anorexia, anemia, agranulocitosis, leucopenia, trombocitopenia, hiperuricemia, alcalosis hipoclorémica, hipomagnesemia y hipocalcemia. En muy
raras ocasiones de han descrito visión borrosa y escalofríos. |
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PRESENTACION En algunos países, la metolazona ha sido retirada del mercado MYKROX, comp. 0. 5 y 1 mg ZAROLOXYN, comp 2.5, 5 y 10 mg PAVEDAL,
comp. 2.5 mg PHARMA-INVESTI |
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REFERENCIAS
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Monografía
creada el 20 de Octubre de 2009.Equipo de redacción de IQB (Centro colaborador de La Administración Nacional de Medicamentos, alimentos y Tecnología Médica -ANMAT - Argentina). |
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