INTERACCIONES
No se
recomienda el uso concomitante del haloperidol con otros antipsicóticos
tales como la olanzapina o las fenotiazinas, debido a que puede incrementarse
la intensidad de las reacciones adversas como la somnolencia, la sedación
y la hipotensión ortostática. Igualmente, pueden potenciarse
los efectos extrapiramidales.
La carbamazepina
y la rifampina son potentes inductores de las isoenzimas del citocromo
P450 y pueden reducir las concentraciones plasmáticas del haloperidol
hasta en un 50% al aumentar su metabolismo y, aunque no hay dados precisos,
otros inductores del P450 como los barbitúricos pueden aumentar
el aclaramiento del haloperidol. Por lo tanto, si alguno de estos fármacos
es utilizado en combinación con el haloperidol, se deben monitorizas
los niveles plasmáticos de este aumentando las dosis si fuese
necesario. De la misma manera, si se discontinua un tratamiento con
estos fármacos inductores, las concentraciones plasmáticas
de haloperidol deben ser monitorizadas reduciéndose las dosis
de la manera más adecuada.
Se han
comunicado casos de un síndrome encefalopático cuando
se ha administrado haloperidol con litio. Este síndrome se caracteriza
por debilidad, letargia, fiebre, confusión, síntomas extrapiramidales,
leucocitosis y nitrógeno ureico elevado y se produce cuando las
concentraciones de litio son > 1.2 mEq/L. Se recomienda, por lo tanto,
la monitorización de los niveles plasmáticos de litio
en los pacientes tratados concomitantemente con haloperidol.
En un
pequeño estudio, la administración de indometacina en
pacientes tratados con haloperidol incrementó el número
y la intensidad de las reacciones adversas producidas por el haloperidol,
en particular la somnolencia. Se desconoce si otros anti-inflamatorios
no esteroídicos producen el mismo efecto, por lo que se recomienda
precaución cuando se añaden AINEs a un tratamiento con
haloperidol.
En algún
caso, se ha observado una interferencia del haloperidol con los anticoagulantes
orales. Se recomienda precaución si se prescribe el haloperidol
a pacientes anticoagulados.
En general
los neurolépticos, incluyendo el haloperidol, deben ser utilizados
con precaución cuando se administran a pacientes bajo tratamiento
antihipertensivo debido a que pueden potenciarse los efectos de ambas
medicaciones. Por el contrario, el haloperidol interfiere con los efectos
antihipertensivos de la guanetidina.
En algunos
casos, la administración concomitante de haloperidol y guanetidina
ha producido demencia, aunque no ha sido establecida la relevancia de
esta interacción.
La fluoxetina,
la fluvoxamina y otros antagonistas selectivos de la recaptación
de serotonina pueden potenciar los efectos extrapiramidales del haloperidol.
Adicionalmente, en el caso de la fluvoxamina se ha observado que este
fármaco ocasiona un aumento de las concentraciones plasmáticas
de haloperidol. Se recomienda tomar precauciones si se administran estos
antidepresivos conjuntamente con el haloperidol.
Los pacientes
bajo tratamiento con haloperidol muestran una reducción de la
respuesta presora al metaraminol, a la norepinefrina y a la fenilefrina.
Esto es debido a que los neurolépticos pueden bloquear los efectos
a-adrenérgicos de la epinefrina ocasionando
una condición paradójica denominada "reversión
epinefrinógena". Esta condición puede conducir a
una severa hipotensión, taquicardia e incluso a un infarto de
miocardio. El haloperidol, al poseer unas propiedades a-adrenérgicas
menos potentes que la clorpromazina y otros antipsicóticos, tiene
un menor riesgo de producir esta condición cuando se administra
epinefrina. Igualmente, las propiedades vasoconstrictoras de la dopamina
pueden ser reducidas por los neurolépticos, por lo que las infusiones
de dopamina practicadas con objeto de mejorar la perfusión renal
pueden ser inútiles debido al bloqueo del haloperidol. Por la
misma razón, el haloperidol puede antagonizar los efectos de
la bromocriptina, la cabergolina, la pergolida y la levodopa.
La quinidina
afecta la farmacocinética del haloperidol, reduciendo sus niveles
plasmáticos máximos y aumentando el área bajo la
curva. Se desconoce la significancia clínica de esta interacción.
Aunque
el tratamiento concomitante del haloperidol con fármacos anticolinérgicos
centrales puede ser útil para minimizar las distonías,
a veces los efectos anticolinérgicos pueden ser aditivos, al
poseer el haloperidol efectos anticolinérgicos propios. Entre
estos fármacos, los que penetran fácilmente en el sistema
nervioso central como la atropina, benztropina, oxibutinina y escopolamina,
son los que pueden interaccionar más fácilmente con el
haloperidol.
El exceso
de haloperidol está asociado a distonías y parkinsonismo
y, en algunos pacientes, la administración concomitante de tacrina
puede predisponer a estas reacciones adversas. Se ha comunicado un caso
en el que la adición de tacrina al haloperidol ocasionó
el desarrollo de parkinsonismo, cuyos síntomas remitieron a las
8 horas de retirar ambas medicaciones.
El haloperidol
puede potenciar los efectos depresores de otros fármacos que
actúan sobre el sistema nervioso central como los ansiolíticos,
sedantes o hipnóticos. Entre estos fármacos hay que destacar
los barbitúricos, las benzodiazepinas, la entacapona, los anestésicos
generales, los agonistas opiáceos y los antidepresivos tricíclicos.
El haloperidol
puede inhibir la isoenzima CYP 2D6, reduciendo en metabolismo del tramadol.
La administración de ambos fármacos aumenta las concentraciones
plasmáticas del tramadol y reduce las concentraciones del metabolito
activo. Como consecuencia, se reduce la eficacia analgésica de
este fármaco y aumentan las reacciones adversas, en particular
la posibilidad de convulsiones, debidas por un lado al aumento de las
concentraciones del analgésico y de la reducción del umbral
convulsivo producido por el haloperidol.
Se ha
asociado el uso del haloperidol con una reducción de la respuesta
anticoagulante de la warfarina. Se recomienda monitorizar los parámetros
de la coagulación si se administra haloperidol a pacientes anticoagulados.
La cevimelina
es metabolizada por las enzimas CYP3A4 y CYP2D6 del citocromo P450.
La administración de inhibidores de estas enzimas, como el haloperidol,
induce un aumento de las concentraciones plasmáticas de cevimelina.
Los fármacos
que pueden causar hiperprolactinemia, incluyendo los antipsicóticos
no deben ser administrados concomitantemente con la hormona liberadora
de gonadotropina o con análogos de la misma ((cetrorelix, ganirelix,
goserelin, leuprolide, o triptorelina)
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