INTERACCIONES
Aunque
no se han realizado muchos estudios para comprobar las posibles interacciones
de la gliquidona con otros fármacos, como ocurre con todas las
sulfonilureas, los anabolizantes hormonales podrían potenciar los
efectos hipoglucemiantes de las sulfonilureas, probablemente por una estimulación
del metabolismo celular, con el consiguiente aumento del consumo de glucosa.
Loas
antagonistas del calcio podrían ocasionar hiperglucemia, debida
probablemente al bloqueo de la liberación de la insulina. Estos
fármacos podrían disminuir los efectos de las sulfonilureas,
por lo que se recomienda monitorizar periódicamente la glucemia
y reajustar la dosis del antidiabético si fuera necesario.
Los
anticoagulantes orales podrían potenciar los efectos de las sulfonilureas
debido probablemente a un desplazamiento de la sulfonilurea de sus sitios
de unión a proteínas plasmáticas.
Los
antidiabéticos orales como biguanidas, gliptinas, inhibidores de
la alfa-glucosidasa, y glitazonas producen efectos hipoglucemiantes aditivos
a los de la gliquidona. Puede ser necesario reajustar las dosis de gliquidona
al aumentar el riesgo de aparecer hipoglucemia.
Los
anticonceptivos orales estrogénicos, sobre todo con etinilestradiol,
pueden reducir los efectos de las sulfonilureas, con el consiguiente riesgo
de hiperglucemia. Se recomienda controlar la glucemia y reajustar las
dosis de gliquidona si fuera necesario.
Los
antidepresivos tricíclicos podrían potenciar los efectos
de las sulfonilureas, con el consiguiente riesgo de hipoglucemia. No se
conoce el mecanismo.
Los antifúngicos azólicos (fluconazol, ketoconazol) inhiben
el metabolismo de las sulfonilureas, aumentando los niveles plasmáticos
de estas y produciendo en ocasiones hipoglucemia.
Los
barbitúricos
podrían disminuir los efectos de los antidiabéticos orales,
con el consiguiente riesgo de hiperglucemia.
Los beta-bloqueantes
ejercen acciones complejas sobre la capacidad del cuerpo para regular
la glucosa en sangre y pueden prolongar la hipoglucemia al interferir
con la glucogenolisis (secundaria al bloqueo de las acciones compensatorias
de epinefrina) o pueden promover la hiperglucemia (mediante la inhibición
de la secreción de insulina y la disminución de la sensibilidad
del tejido a la insulina). Debida a que la secreción de insulina
es mediada por los receptores beta2, los beta-bloqueantes, particularmente
los agentes no selectivos, pueden antagonizar directamente el principal
efecto beneficioso de las sulfonilureas. Además, los beta-bloqueantes
pueden bloquear la taquicardia y exagerar la respuesta hipertensiva a
la hipoglucemia. Los beta-bloqueantes
selectivos, tales como acebutolol, atenolol, metoprolol, o penbutolol,
antagonizan los receptores beta2 menos de agentes no selectivos y, como
resultado, pueden causar menos problemas con la regulación de la
glucosa en la sangre, aunque todos los beta-bloqueantes todavía
pueden enmascarar la respuesta taquicardia a la hipoglucemia.
La
administración de sulfonilureas aumentaba los niveles séricos
de ciclosporina, con el consiguiente riesgo de nefrotoxicidad. El efecto
podría ser debido a la inhibición del metabolismo hepático
de la ciclosporina. Se recomienda disminuir las dosis de ciclosporina
un 25%.
La administración de clofibrato con sulfonilureas puede dar lugar
a hipoglucemia. Se desconoce cuál es el mecanismo de la interacción,
pero podría deberse a un desplazamiento de la unión a proteínas
de la sulfonilurea por parte del clofibrato, a una disminución
a la resistencia a la acción de la insulina o a una competición
con la eliminación renal. Se recomienda monitorizar la glucemia
y reajustar la posología de la sulfonilurea si fuera necesario.
Los
corticoides,
presentan efectos diabetógenos, por lo que podrían disminuir
los efectos de todos los antidiabéticos incluyendo la insulina.
Es necesario monitorizar la glucemia y reajustar la posología de
la sulfonilurea o de la insulina.
Igualmente
al
administrar diazóxido a pacientes en tratamiento con una sulfonilurea
podría producirse una disminución de los efectos hipoglucemiantes,
debido al parecer al efecto diabetógeno del diazóxido, que
inhibe la secreción pancreática de insulina. Se recomienda
monitorizar la glucemia y reajustar su posología si fuera necesario.
La administración conjunta de una sulfonilurea junto con un diurético
tiazídico podría dar lugar a una pérdida del control
glucémico. Los diuréticos tiazídicos parecen inhibir
la producción de insulina por un mecanismo desconocido, aunque
podría ser debido a la depleción de los niveles de potasio.
Se recomienda vigilar la glucemia y en caso de aparecer una hipoglucemia,
suspender la administración del diurético, reajustar la
posología de la sulfonilurea o administrar suplementos de potasio.
La
fenfluramina aumenta la captación de glucosa por parte del músculo
esquelético, por lo que podría presentar acción hipoglucemiante
intrínseca. Existe el riesgo de potenciar los efectos terapéuticos
de las sulfonilureas, con el consiguiente riesgo de hipoglucemia, por
lo que se aconseja evitar la asociación.
La
fenitoína en dosis altas parece disminuir la liberación
de insulina al disminuir los niveles de sodio por estimulación
de la bomba sodio-potasio. Podría dar lugar a una disminución
de los efectos terapéuticos de las sulfonilureas, con el riesgo
de pérdida del control de la diabetes. Podría ser necesario
disminuir las dosis de la fenitoína o aumentar la de las sulfonilureas.
Las
fenotiazina podrían ocasionar una disminución de la liberación
de insulina, por lo que existe un riesgo teórico de que se produzca
una disminución en la eficacia de las sulfonilureas.
El gemfibrozilo podría potenciar la acción y/o toxicidad
de la gliquidona.
Puede producirse una hipoglucemia en pacientes tratados con sulfonilureas
y heparina, debidos probablemente al desplazamiento de la sulfonilurea
de sus sitios de unión a proteínas. Se recomienda evaluar
la glucemia y si fuera necesario, reajustar la posología.
Los
IMAO podrían potenciar los efectos de los antidiabéticos,
favoreciendo la aparición de hipoglucemia. Se recomienda extremar
las precauciones cuando se administren conjuntamente ambos fármacos,
y disminuir la dosis de la sulfonilurea si fuera necesario.
La
isoniazida parece afectar a la formación de glucógeno, reduciendo
la utilización de la glucosa, y podría disminuir la producción
de insulina, con el consiguiente riesgo de disminuir la eficacia de las
sulfonilureas. Se recomienda controlar periódicamente la glucemia
y reajustar la posología si fuera necesaria.
La
rifampicina,
podría inducir el metabolismo hepático de las sulfonilureas,
con la posibilidad de una disminución de los efectos del antidiabético.
Se aconseja monitorizar la glucemia y reajustar la posología de
la sulfonilurea si fuera necesario.
Los
salicilatos en dosis altas pueden ocasionar hipoglucemia que podría
deberse al desplazamiento de la unión a las proteínas plasmáticas
de la sulfonilurea. Se aconseja monitorizar la glucemia y reajustar la
posología si fuera necesario. Se puede sustituir el salicilato
por ibuprofeno, que no parece afectar tanto a la farmacocinética
de las sulfonilureas.
Los
efectos de las sulfonilureas, incluyendo la gliquidona, podrían
ser potenciados por las sulfamidas. Esta interacción podría
deberse al desplazamiento de la sulfonilurea de sus sitios de unión
a las proteínas plasmáticas y/o a la inhibición del
metabolismo de la sulfonilurea. Puede ser necesario reajustar la dosis
de la sulfonilurea si fuera necesario.
Las
tetraciclinas tienen un efecto hipoglucemiante intrínseco al bloquear
el efecto hiperglucemiante de las catecolaminas que puede potenciar el
efecto de la gliquidona.
El alcohol puede dar lugar a variaciones impredecibles de la glucemia,
siendo especialmente peligrosa la hipoglucemia. Además, se han
descrito casos de reacciones tipo disulfiram, probablemente debidas a
una respuesta anormal de los vasos sanguíneos pequeños inducida
por la gliquidona. Se aconseja evitar el consumo de alcohol.
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