En
general, las tetraciclinas no se deben utilizar en los pacientes con enfermedades
renales o insuficiencia renal. Si en alguno de estos pacientes fuera imprescindible
una tetraciclina, las mejores son la doxiciclina y la minociclina debido
a que son las que se excretan en menor grado por vía renal.
Al administrar
doxiciclina a pacientes con disfunción hepática, puede ser
necesaria una reducción de la dosis debido a que puede ralentizarse
el metabolismo hepático del antibiótico, aumentando su semi-vida
de eliminación.
La doxicilina
en formulación subgingival no ha sido evaluada en pacientes en
enfermedad periodontal avanzada o en casos en los que el tejido periodontal
está muy deteriorado. Tampoco se ha evaluado en los tratamientos
periodontales que implican la regeneración ósea o la colocación
de implantes. Tampoco se conocen la seguridad y la eficacia de la doxiciclina
subgingival en los pacientes inmunocomprometidos (pacientes con SIDA o
tratados con quimio- o radioterapia). Se deberá utilizar con precaución
en los pacientes con historia o predisposición a las candidiasis
orales.
INTERACCIONES
Los cationes
divalentes o trivalentes son quelatos para los antibióticos tetraciclínicos,
formando compuestos insolubles. Los efectos de las sales de calcio sobre
la biodisponibilidad de la doxiciclina son menores que los de otras tetraciclinas.
Sin embargo, se recomienda no tomar la doxiciclina con leche o productos
lácteos para minimizar los posibles efectos sobre la absorción.
Los laxantes
que contienen sales de magnesio también están contraindicadas
por la misma razón, así como todos los preparados con contengan
estearato de magnesio u otras sales de magnesio su composición.
Los preparados multivitamínicos suelen contener sales de hierro
o de cinc que pueden interferir con la absorción de la doxiciclina.
En particular, las sales de hierro afectan la absorción y la farmacocinética
de la doxiciclina de forma muy notable, incluso cuando el fármaco
se administra por vía intravenosa, dado que pueden interferir con
la circulación enterohepática del mismo. Los pacientes deben
ser advertidos de que los alimentos con alto contenido en calcio o hierro
(p.e. productos lácteos o embutidos derivados de la sangre como
las morcillas) puede reducir significativamente la absorción de
la doxiciclina, si bien es poco probable un fracaso terapéutico.
El sevelámero
puede potencialmente interferir con la absorción de las tetraciclinas,
aunque no se dispone de datos clínicos. Sin embargo se recomienda
administrar los antibióticos 1 hora antes o 3 horas después
del sevelámero.
La absorción
de todas las tetraciclinas se ve afectada por el pH del intestino. El
bicarbonato sódico no se debe usar concomitantemente con la doxiciclina
por alcalizar el pH gástrico. Si fuera imprescindible su utilización,
se debe administrar una hora antes o 3 horas después de la doxiciclina.
Aunque el
doxiciclina no es metabolizada excesivamente en el hígado, se ha
comprobado que la administración concomitante con rifampina aumenta
de forma significativa el aclaramiento de la tetraciclina. Es posible
que puedan estar implicados lugares extrahepáticos de metabolización
(p.ej. la mucosa gastrointestinal) que pueden ser estimulados por la rifampina.
Además, se han observado efectos similares sobre el aclaramiento
y la farmacocinética de la doxiciclina cuando se administran al
mismo tiempo carbamazepina, pentobarbital, fenobarbital y fenitoína.
Debe tenerse en cuenta la posibilidad de un fracaso terapeútico
si la doxiciclina se administra al mismo tiempo que estos agentes inductores
enzimáticos.
Aunque todavía
un tema de debate, muchos autores recomiendan no utilizar conjuntamente
antibióticos bactericidas y antibióticos bacteriostáticos.
Por este motivo, algunos no recomiendan la administración simultánea
de doxiciclina y de antibióticos beta-lactámicos, al ser
el primero bacteriostático y los segundos bactericidas.
La doxiciclina
puede aumentar los efectos de la warfarina o de otros anticoagulantes
orales al interferir con la producción de la vitamina K por la
flora intestinal. De igual forma, la alteración de la flora intestinal
producida por la acción antibacteriana de la doxiciclina puede
aumentar la biodisponibilidad de la digoxina que es parcialmente metabolizada
por las bacterias intestinales. Puede, por consiguiente, aumentar la toxicidad
de la digoxina.
La administración
concomitante de colestipol reduce la absorción de la tetraciclina
en un 50%, lo cual probablemente puede reducir la eficacia terapeútica
del antibiótico. Aunque no existen datos sobre otras tetraciclinas
es muy posible que cualquiera de ellas experimente el mismo efecto y lo
mismo puede ocurrir en el caso de la colestiramina. Dado que la doxiciclina
experimenta una circulación enterohepática debe ser más
susceptible que las demás tetraciclinas a los efectos secuestrantes
de las resinas hipocolesterolemiantes.
Aunque la
información al respecto es escasa, la doxiciclina puede reducir
la eficacia de los anticonceptivos orales conteniendo estrógenos.
Se recomienda utilizar un método alternativo del control de la
natalidad durante el tratamiento con doxiciclina.
Las tetraciclinas,
incluyendo la doxiciclina pueden potenciar los efectos neuromusculares
de los bloqueantes musculares no depolarizantes.
Las tetraciclinas,
incluyendo la doxicilina, pueden aumentar los efectos fotosensibilizantes
de la griseofulvina, fenotiazinas, sulfonamidas, sulfonilureas, diuréticos
tiazídicos, y análogos de la vitamina A. También
pueden incrementar los efectos de la terapia fotodinámica.
REACCIONES
ADVERSAS
Los efectos
adversos sobre el tracto digestivo afectan casi al 40% de los pacientes.
Los más frecuentes son diarrea, nausea, vómitos, dolor epigástrico
y anorexia. Se observan después de la administración oral
y generalmente son menores si el fármaco es ingerido con agua abundante,
evitando su toma por la noche. Las molestias abdominales pueden ser debidas
a una potencial hepatotoxicidad, siendo la incidencia de esta reacción
adversa del orden del 5%.
Frecuentemente
se desarrollan candidiasis orales, rectales o vaginales después
de la admimistración de doxiciclina debido a una reducción
de las respectivas floras bacterianas. Los pacientes más debilitados,
los ancianos y los sujetos tratados durante largos períodos de
tiempo son más propensos a estas infecciones. Usualmente, las candidiasis
se resuelven al discontinuar el tratamiento.
Como todas
las tetraciclinas, la doxiciclina puede inducir reacciones de fotosensibilización
al exponerse al sol. Al primer síntoma de eritema, se debe discontinuar
el tratamiento con doxiciclina. Las reacciones de fotosensibilización
se deben a una acumulación del fármaco en la pìel
y pueden iniciarse a los pocos minutos o al cabo de unas horas de su administración.
Además, pueden durar 1 o 2 días después de discontinuar
el antibiótico. Los protectores solares, incluso los de factor
de protección elevada, sólo muestran un pequeño efecto
preventivo sobre esta reacción. Las respuestas más graves
pueden necesitar de un tratamiento con corticoides y/o antihistaminas.
Se han comunicado también rashes y decoloración de las uñas.
Ocasionalmente, las tetraciclinas han estado asociadas al síndrome
de Stevens-Johnson (eritema multiforme).
Se ha observado
coloración de los dientes en niños tratados con tetraciclinas,
pero esta reacción adversa también ha sido reportada en
adultos. Como resultado, se produce una hipoplasia del esmalte.
Las reacciones
adversas hematológicas tales como neutropenia y eosinofilia tienen
más probabilidad de ocurrir durante un tratamiento a largo plazo
con doxiciclina. En estos casos, los pacientes deben ser evaluados a intervalos
regulares.
Puede producirse
un aumento de la presión intracraneal con la doxiciclina. Esta
hipertensión es usualmente reversible al discontinuar el tratamiento,
aunque pueden quedar secuelas permanentes.
Los efectos
secundarios renales solo son un problema en los pacientes con la función
renal seriamente deteriorada. Se ha asociado el síndrome de Fanconi
al empleo de tetraciclina caducada, de manera que se deberán respetar
escrupulo-samente las fechas de caducidad de todos los antibióticos
tetraciclínicos.
Los pacientes
tratados a largo plazo con tetraciclinas, incluyendo la doxiciclina pueden
desarrollar una deficiencia de vitamina B6, posiblemente debido a la acción
de los antibióticos sobre la flora intestinal. Puede ser necesaria
la administración de un suplemento de vitamina B6 sobre todo en
pacientes geriátricos.
La flebitis
es una reacción adversa relativamente frecuente después
de la administración intravenosa, especialemente en los tratamientos
largos, si se utiliza la misma vena. Se recomienda la administración
oral siempre que se sea posible, incluso en los pacientes hospitalizados.
Además, los pacientes tratados parenteralmente con doxiciclina
deberán ser examinados para determinar cualquier posible reacción
en el sitio de la inyección.
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