REACCIONES
ADVERSAS
El potencial
del bupropion como potencial inductor de convulsiones es mayor que el
de otros antidepresivos. Estas se producen aproximadamente en el 0.1%
de los pacientes tratados con 300 mg/día y en el 0.5% de los
pacientes tratados con 450 mg/día del fármaco. Por encima
de esta dosis, la incidencia de convulsiones sube hasta el 2.2%. Para
evitar estas reacciones adversas se recomienda no sobrepasar las dosis
máximas recomendadas, tanto las dosis únicas como las
diarias. La discontinuación de algunas medicaciones o hábitos
como el consumo de alcohol, disminuye el umbral convulsivo, pudiendo
aumentar el desarrollo de convulsiones inducidas por el bupropion. Además,
cuando se usan estas medicaciones con el bupropion deben tomarse precauciones.
Cuando
el bupropion se ha utilizado para dejar de fumar o para el tratamiento
de la depresión, las reacciones adversas más frecuentes
son las cefaleas/migrañas que tienen lugar en el 26% de los casos
y el insomnio (29%). Un porcentaje importante de los pacientes tratados
con bupropion experimentan agitación, ansiedad, irritación
y falta de descanso. Algunos de estas reacciones están relacionadas
con las dosis y desaparecen al reducirlas. Para minimizar el insomnio
se recomienda no administrar el bupropion a la hora de acostarse. En
algunos casos puede ser necesario el tratamiento con sedantes o hipnóticos.
En el 2% de lo casos, las reacciones adversas sobre el sistema nervioso
central pueden ser la causa de una discontinuación del tratamiento.
Como ocurre
con otros antidepresivos, el bupropion puede activar psicosis en pacientes
susceptibles con posibilidad de episodios de manía en sujetos
con el síndrome bipolar. Además, el bupropion ha sido
asociado a otros signos y síntomas neuropsiquiátricos
tales como confusión, alucinaciones, episodios psicóticos
y paranoia. Son poco frecuentes (0.1-1%) o raros (< 1%) los efectos
secundarios neurológicos como la coordinación anormal,
la ataxia o la alteración de la marcha, la discinesia, la euforia,
las reacciones extrapiramidales, parestesias, la discinesia tardía,
el vértigo, los cambios electroencefalográficos, el tinnitus,
o las ideas de suicidio. Algunos efectos adversos han ocasionado síntomas
similares a los que se observan en los accidentes cerebrovasculares
o en los ataques trans-isquémicos, pero no puede asegurarse una
relación con el bupropion debido a la ausencia de controles adecuados.
Sin embargo algunas de estas reacciones adversas se resolvieron cuando
el bupropion fue discontinuado o sus dosis fueron reducidas.
La incidencia
de los temblores inducidos por el bupropion es bastante elevada. Aproximadamente
el 20% de los pacientes muestran estas reacciones. Los pacientes con
el síndrome de Gilles de la Tourette o con historia familiar
de este síndrome pueden presentar o exacerbar los tics y otras
manifestaciones de esta enfermedad durante el tratamiento con bupropion
siendo necesario en algunos casos, discontinuar el tratamiento. A veces,
la exacerbación de los tics puede responder a una reducción
de las dosis.
El bupropion
puede ocasionar una pérdida de peso, habiéndose descrito
una pérdida de 2.5 kg en el 28% de los pacientes tratados con
la formulación regular de bupropion, aproximadamente el doble
de los que se observan con los pacientes tratados con antidepresivos
tricíclicos o placebo. Aproximadamente el 15% de los pacientes
tratados con la formulación retardada de bupropion también
pierden peso.
Se desconoce
si el bupropion. como ocurre con otros tratados del síndrome
de déficit de atención con hiperactividad ocasiona un
inhibición del crecimiento en pacientes pediátricos.
Es muy
poco frecuente el aumento de peso y, igualmente, la anorexia reportada
en los estudios clínicos (18%) es similar a la del placebo y
probablemente representa más un síntoma de la enfermedad
depresiva que un efecto secundario a la medicación.
La toxicidad
cardíaca es relativamente poco frecuente en comparación
con los antidepresivos tricíclicos. Se observa una incidencia
del 4.3% de hipertensión en comparación con el 1.6% en
los pacientes tratados con placebo. En los pacientes tratados con bupropion
concomitantemente con parches de nicotina, el desarrollo de hipertensión
es más frecuente. Además, en algunos casos, esta hipertensión
es bastante severa.
Muchos
de los pacientes tratados con bupropion experimentan mareos (21%) en
comparación con el placebo (16,2%), y aproximadamente el 1.2%
experimentan palpitaciones o taquicardia sinusal. Otros efectos adversos
cardiovasculares muy poco frecuentes incluyen empeoramiento de la arritmia,
bloqueo A-V, dolor torácico, hipotensión postural, contracciones
ventriculares prematuras, síncope, taquicardia ventricular y
otras arritmias.
Debido
a unos efectos anticolinérgicos moderados, el bupropion produce
xerostomía en el 27.6% de los pacientes (frente al 18.4% en el
caso del placebo). La visión borrosa afecta al 14.6% de los pacientes
(frente al 10.3% en el caso del placebo, siendo mucho menos frecuentes
la diplopía, midriasis o xeroftalmia.
Otra reacción
adversa frecuente es la constipación. También ocurren
con relativa frecuencia (>1%) la dispepsia y los vómitos y,
en el caso de persistir pueden necesitar una intervención médica.
Algunos pacientes experimentan flatulencia o disgeusia. Los efectos
secundarios a nivel digestivo incluyen úlceras orales o estomatitis.
En el 0.1-1% o menos de los pacientes se observan elevaciones de las
enzimas hepáticas, polidipsia, reflujo gástrico, sangrado
gastrointestinal, glositis, hepatitis e ictericia. En algunos casos
no está clara la causalidad entre estas reacciones adversas y
el bupropion.
Los pacientes
tratados con bupropion experimentan una reducción de la líbido
el doble que los tratados con placebo. En el 4.7% de las mujeres se
presentan irregularidades de la menstruación. La impotencia es
una reacción adversa poco frecuente y ocurre con la misma frecuencia
que el placebo.
En el
20% de los pacientes tratados con bupropion se presenta una diaforesis
excesiva, en comparación con el 14% en los tratados con placebo.
En el 2% de los casos se presenta prurito y rash inespecífico.
Otras reacciones adversas dermatológicas incluyen alopecia, rash
maculopapular y dermatitis exfoliativa, si bien son bastante raras.
Los trastornos
musculoesqueléticos que se presentan en un 1% de los casos se
caracterizan por artralgia y mialgia. Se conocen algunos casos de rabdomiolisis,
calambres y debilidad muscular.
En raras
ocasiones (0.1 al 0.3%) de los pacientes se han descrito reacciones
anafilácticas caracterizadas por síntomas tales como urticaria,
angioedema y disnea que requieren un tratamiento médico. Se han
comunicado algún caso de síndrome de Stevens-Johson y
de la enfermedad del suero, así como de choque anafiláctico.
Algunas
reacciones adversas endocrinas son la hipo- o hiperglucemia y el síndrome
de secreción inapropiada de la hormona antidiurética.
Las reacciones
adversas de tipo hematológico son raras: se han descrito equimosis,
anemias, leucocitosis, leucopenia, trombocitopenia y pancitopenia.
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