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DESCRIPCION El bisoprolol es un antagonista b-adrenérgico activo por vía oral. Actúa específicamente sobre los receptores b1, tiene un baja solubilidad en lípidos y se elimina por vía renal y fecal. No tiene actividad agonista parcial ni propiedades estabilizantes de membrana. is an oral beta-adrenergic antagonist. El bisoprolol fué inicialmente aprobado para el tratamiento de la hipertensión, pero posteriormente se ha comprobado su eficacia en la cardiopatía isquémica y en la insuficiencia cardíaca. Mecanismo de acción: el bisoprolol es un fármaco bloqueante beta1-selectivo de los receptores adrenérgicos. Parecido al metoprolol y al atenolol el bisoprolol, en dosis pequeñas bloquea selectivamente la estimulaciòn de los receptores beta1-adrenérgicos del corazón y d elos vasos por las catecolaminas En consecuencia se produce un efecto cronotrópico negativo con una reducción de la frecuencia y del gasto cardíacos. Al mismo tienpo se reducen las presiones sistólica y diastólica. Los estudios electrofisiológicos han demostrado que el bisoprolol aumenta el tiempo de recuperaciòn del nodo sinusak, aumenta el período refractario efectivo AV y la conducción A-V. Con unas dosis de > 20 mg/día el bisoprolol puede también bloquear competitivamente las respuestas beta2-adrenérgicas de los músculos bronquiales, que son las que producen el broncoespasmo. Farmacocinética: después de su administración por vía oral las máximas concentraciones plasmáticas se obtienen a las 2-4 horas. Las concentraciones en plasma son proporcionales a las dosis dentro de un rango de 5 a 20 mg. La biodisponibilidad absoluta es del 80%. Los alimentos no afectan la biodisponibilidad del bisoprolol. Un 30% del fármaco se une a las proteínas del plasma. El bisoprolol se elimina por igual por vía renal y extrarrenal con 50% de la dosis que aparece sin alterar en la orina mientras que el resto aparece como metabolitos inactivos. Menos del 2% de la dosis se excreta en las heces. La semi-vida de eliminación del bisoprolol es de 9-12 horas y es algo mayor en los pacientes ancianos. En los sujetos con una CrCl < 40 ml/min, la semi-vida de eliminación es unas tres veces mayor que en los sujetos sanos. En los pacientes con cirrosis, la semi-vida de eliminación oscila entre 8.3-21.7 horas. INDICACIONES Y POSOLOGIA Tratamiento de hipertensión arterial y cardiopatías isquémicas. Hípertensión arteríal: La dosis habitual es de 10 mg al día en una sola toma, aunque el tratamiento se suele inciar con dosis de 5 mg una vez al día. En determinados casos puede requerirse un incremento de dosis a 20 mg al día o puede resultar suficiente una dosis de 5 mg al día. En cualquiera de los casos la dosis se administra en una sola toma. Si bien el efecto hipotensor se manifiesta desde la primera toma, la evaluación de la respuesta terapéutica debe hacerse a las dos semanas de tratamiento continuado. En caso de no obtener la respuesta deseada con monoterapia, el bisoprolol puede asociarse a diuréticos u otros antihipertensivos. Si el bisoprolol se utiliza en pacientes con desórdenes broncoespásticos, la dosis inicial se debe reducir a 2.5 mg No se conoce la seguridad y eficacia del bisoprolol en niños. Cardiopatía isquémica: La dosis terapéutica debe ajustarse individualmente, y oscila entre 5-10 mg/dia en una sola toma. Un incremento de la dosis no suele aumentar la eficacia. Los comprimidos han de tragarse, sin masticar, con un poco de líquido. Se recomienda tomar los comprimidos por la manana, en ayunas o con el desayuno. Duración e interrupción del tratamiento: La terapéutica con bisoprolol es, por regla general, un tratamiento a largo plazo. La dosificación no debe cambiarse sin la correspondiente instrucción del médico. Tampoco debe interrumpirse la medicación si no lo decide el médico. El tratamiento no debe suspenderse de forma brusca, sino que ha de terminarse siempre paulatinamente. Esto debe tenerse en cuenta sobre todo en los pacientes con enfermedad de los vasos coronarios. Insuficiencia cardíaca: en un estudio en 641 pacientes con insuficiencia cardíaca debida a una disfunción sistólica (fracción de eyección < 40%) el bisoprololo o el placebo fué administrado en combinación con un inhibidor de la ECA o un diurético. Las dosis de bisoprolol fueron de 1.25 mg per os una vez al día durante 48 horas, luego 2.5 mg per os una vez al día durante el primer mes y luego 5 g/día. En comparación con el placebo, los pacientes tratados con bisoprolol necesitaron menos hospitalizaciones y mejoraron más. Los más beneficiados fueron los pacientes con cardiomiopatía no isquémica [1]. No se requieren reajustes en las dosis para los ancianos a menos que existan insuficiencia renal o hepática Pacientes con disfunción hepática: iniciar el tratamiento con una dosis de 2.5 mg una vez al día y aumentar progresivamente la dosis hasta alcanzar la respuesta deseada Pacientes con disfunción renal:
El bisoprolol no es dializable CONTRAINDICACIONES Y PRECAUCIONES
Por ser un beta-bloqueante cardioselectivo, puede emplearse con precaución en pacientes con enfermedades crónicas obstructivas de las vías respiratorias. Hay que tener presente, además, que en pacientes asmáticos puede provocar un aumento de la resistencia de las vías aéreas. En caso de producirse broncospasmos pueden utilizarse broncodilatadores beta-miméticos, como salbutamol o isoprenalina. En pacientes diabéticos se tendrá presente que los beta-bloqueantes pueden enmascarar la taquicardia, uno de los primeros síntomas de hipoglucemia. Debe actuarse con precaución en los diabéticos con niveles glucémicos muy variables, en caso de ayuno prolongado y en pacientes con acidosis. Por la misma razón, podría enmascarar los primeros síntomas del hipertiroidismo. En pacientes con trastornos de la función hepática o renal, de grado leve o moderado, no es necesario ajustar la dosis. Solamente en pacientes con fallo renal grave (aclaramiento de creatinina inferior a 20 ml/minuto) se dosificará en forma individual en función del efecto. Ello también es válido para pacientes con disfunción hepática en fase terminal. El bisoprolol está clasificado dentro de la categoría C de fármacos en lo que se refiere a riesgo durante el embarazo. No existen estudios adecuados bien controlados en mujeres embarazadas. Sin embargo, en estudios en ratas, el bisoprolol fué fetotóxico (aumentando el número de resorciones) y tóxico para la madre (disminución de la ingesta de alimento y del peso). En el conejo, el bisoprolol ha sido embriotóxico en dosis de 12.5 mg/kg/día. Por lo tanto, el bisoprolol sólo se debe usar si el beneficio supera el riesgo potencial. En caso de utilización de bisoprolol durante el embarazo y debido a la posibilidad de que en el recién nacido aparezca bradicardia, hipotensión e hipoglucemia, el tratamiento con bisoprolol debe suspenderse 72 horas antes de la fecha calculada del nacimiento. En caso de que esto no fuera posible, los recién nacidos han de controlarse minuciosarnente durante las primeras 48-72 horas después del parto. El bisoprolol se ha detectado en pequeñas cantidades en la leche de las ratas, pero se desconoce si se excreta en la leche materna humana. La abrupta discontinuación de cualquier fármaco beta-adrenérgico, incluyendo el bisoprolol puede ocasionar una isquemia del miocardio, infarto del miocardio, arritmias ventriculares o hipertensión severa, particularmente en pacientes con enfermedad cardíaca pre-existente. Se recomienda que la discontinuación del tratamiento se lleve a cabo en una semana. Debido a que los beta-bloqueantes deprimen la conducción en el nodo AV, el bisoprolol está contraindicado en pacientes con severa bradicardia sinusal o bloqueo A-V de segundo o tercer grado. En general, el bisoprolol está contraindicado en pacienets con shock cardiogénico o insuficiencia cardíaca descompensada debida a disfunción del ventrículo. Aunque el bisoprolol se usa en pacientes con insuficiencia cardíaca, debe ser usado con precaución en dichos pacientes. Los beta-bloqueantes deben ser usados con precaución en los pacientes con hipertiroidismo o tirotoxicosis debido a que el fármaco puede enmascarar la taquicardia, un parámetro útil para monitorizar la enfermedad. Además la brusca discontinuación de un b-bloqueante en un paciente con hipertiroidismo puede desencadenar una crisis de la enfermedad. Sin embargo, en general los beta-bloqueantes son útiles en el tratamiento de estados relacionados con el hipertiroidismo. El bisoprolol deberá ser utilizado con precaución en pacientes con diabetes mellites mal controlada, dado que pueden prolongar o exacerbar la hipoglucemia interfiriendo con la glucogenolisis. Este efecto es menos pronunciado con los beta-bloqueantes beta1-selectivos como el bisoprolol. Los beta-bloqueantes pueden enmascarar los signos de hipoglucemia especialmente la taquicardia y las palpitaciones. Por el contrario, la diaforesis y la respuesta hipertensiva a la hipoglucemia no son suprimidas por los beta-bloqueantes. Ocasionalmente los beta-bloqueantes pueden producir hiperglucemia debido al bloqueo de los receptores b-2 de las células pancreáticas, lo que inhibe la secreción de insulina. Por lo tanto, si un diabético es tratado con bisoprolol, deberá vigilar cuidadosamente sus niveles de glucemia. El bisoprolol deberá ser usado con precaución en pacientes con enfermedad de Raynaud o enfermedad vascular periférica ya que ocasiona una reducción en el gasto cardíaco y un aumento en la estimulación a, que puede exacerbar los síntomas. El tratamiento con bisoprolol en monoterapia debe ser utilizado con precaución en pacientes con feocromocitoma o angina vasoespástica (angina de Prinzmetal): los beta-bloqueantes pueden aumentar el riesgo de hipertensión en estos pacientes como consecuencia de una estimulación sobre los a-receptores no contrarrestada. Los beta-bloqueantes como el bisoprolol pueden exacerbar condiciones como la psoriasis. También puede potenciar efectos de debilidad muscular y doble visión en sujetos con miastenia grave, debiendo ser evitado en estos pacientes INTERACCIONES El bisoprolol se debe usar con precaución en pacientes tratados con fármacos que deprimen la función ventricular o retardan la condución A-V como la adenosina, digoxina, algunos antagonistas del calcio (diltiazem y verapamilo) y antiarrítmicos (especialmente la amiodarona, la disopiramida, la flecainida, la propafenona y el sotatol) especialmente en pacientes con disfunción del ventrículo izquierdo. La administración concomitante de amiodarona y bisoprolol ha demostrado en algún caso aumentar la bradicardia y provocar paro cardíaco. La amiodarona prolonga el período refractario efectivo y disminuye el automatismo del nodo sinusal. La utilización de beta-bloqueantes con quinidina puede producir bradicardia, aumento de los intervalos QTc y PR e hipotensión ortostática. La cevimelina puede alterar la conducción cardíaca y/o la frecuencia cardíaca, siendo posibles interferencias si se utiliza conjuntamente con beta-bloqueantes. El bisoprolol puede intensificar el efecto de otros medicamentos hipotensores administrados al mismo tiempo. Sin embargo, el bisoprolol puede ser administrado con seguridad con diruréticos tiazídicos. En caso de medicación simultánea con reserpina, alfa-metil-dopa, clonidina y guanfacina es posible que se produzca una bradicardia marcada. Es prudente evitar la administración concomitante del bisoprolol con la reserpina y otros alcaloides de la Rauwolfia serpentina que ocasionan una alta incidencia de hipotensión ortostática por depleción de catecolaminas, ya que los beta-bloqueantes interfieren la taquicardia refleja empeorando la ortotaxis. En caso de tratamiento simultáneo con clonidina, la administración de esta última no debe suspenderse hasta varios días después de retirado el bisoprolol. En la administración simultánea con nifedipino, puede aumentarse el efecto hipotensor del bisoprolol. La administración simultánea de bisoprolol y rifampicina puede reducir ligeramente la vida media del bisoprolol. En general, no es necesario aumentar la dosis. La mefloquina utilizada concomitamente con los beta-bloqueantes puede ocasionar anomalías del ECG o paro cardíaco. El empleo simultáneo de bisoprolol e insulina o antidiabéticos orales puede incrementar el efecto de estos últimos. Los síntomas hipoglucémicos (sobre todo la taquicardía) quedan enmascarados o mitigados. Son necesarios controles regulares de la glucemia. Dado que puede quedar afectado el rendimiento cardíaco bajo anestesia, antes de toda intervención quirúrgica debe informarse al anestesista sobre el tratamiento con bisoprolol. Los antiinflamatorios no esteroídicos (AINES) pueden reducir los efectos hipotensores de los antihipertensivos. Los pacientes tratados con beta-bloqueantes para reducir su hieprtensión deberán ser monitorizados por si se produjera una pérdida de la eficacia antihipertensiva. El espino blanco , (Crataegus laevigata) puede reducir la resistencia vascular periférica. El majuelo se usa en combinación con fármacos antihipertensivos para conseguir reducciones adicionales de la presión arterial. Por los tanto, los pacientes tratados con esta planta medicinal que reciban un fármaco capaz de reducir la presión arterial como el acebutolol deberán ser vigilados. El bisoprolol puede ocasionar somnolencia, mareos y visión borrosa, síntomas que pueden ser intensificados por el alcohol. Los pacientes tratados con bisoprolol se deberán abstener de consumir bebidas alcohólicas EFECTOS SECUNDARIOS Sobre todo al principio del tratamiento es posible que aparezca fatiga, vértigo, cefalea ligera, sudor, trastornos del sueño y distimias depresivas. Estos fenómenos suelen ser leves y por regla general desaparecen entre una y dos semanas después de iniciarse el tratamiento. En casos raros, pueden producirse trastornos gastrointestinales (diarrea, estreñimiento, náuseas, dolor abdominal) y reacciones cutáneas (p ej., rubefacción, prurito). En ocasiones se observa una reducción intensa de la presión sanguínea, un pulso lento o un trastomo de la conducción AV. El tratamiento, a veces, puede dar lugar a hormigueo y sensación de frío en las extremidades y, raramente, a debilidad muscular, espasmos musculares y secreción lacrimal reducida (a tener en cuenta por los portadores de lentillas). Es posible que se intensifiquen las molestias de pacientes con claudicación intermitente y con enfermedad de Raynaud al principio del tratamiento y también puede aumentar una insuficiencia cardíaca. En casos raros puede resultar aumentada la resistencia respiratoria (disnea en pacientes propensos a las reacciones broncoespásticas, p. ej., en casos de bronquitis asmatiforme). En pacientes
de edad avanzada con diabetes es posible que empeore la tolerancia a
la glucosa. Los signos de un nivel glucémico reducido (p. ej., aumento
de la frecuencia cardíaca) pueden quedar encubiertos. |
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Los signos de intoxicación son los debidos a una acción farmacodinámica excesiva. La bradicardia intensa puede contrarrestarse con atropina, 1-2 mg por vía endovenosa y, si es necesario con un beta-agonista, por ejemplo, isoprenalina a una dosis inicial de 25 mcg, u orciprenalina, 0,5 mg en inyección endovenosa lenta. Los fármacos beta-estimulantes deben administrarse a dosis suficientemente altas para controlar satisfactoriamente los síntomas. En pacientes que presenten crisis asmática puede administrarse aminofilina. En caso de insuficiencia cardíaca que no responda a la beta-estimulación o que la arritmia impida aumentar la dosis de orciprenalina, se puede administrar glucagón por vía endovenosa.
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PRESENTACIONES
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REFERENCIAS
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Monografía revisada 10 diciembre 2010.Equipo de redacción de IQB (Centro colaborador de La Administración Nacional de Medicamentos, alimentos y Tecnología Médica -ANMAT - Argentina).
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