El síndrome de Budd-Chiari (trombosis de la vena hepática) es una condición grave que tiene múltiples etiologías, manifestaciones clínicas y patología. Ocurre espontáneamente en mujeres jóvenes, estando particularmente asociado a la administración de estrógenos, pero también después de la administración de quimioterapia para el tratamiento del cáncer y en enfermedades asociadas a un estado de hipercoagu-labilidad de la sangre (presencia de anticoagulante lúpico, déficit de antitrombina III, etc). Este síndrome esta igualmente asociado a malformaciones congénitas del hígado y en el curso de algunas enfermedades hepáticas. En un 50% de los casos, la etiología del síndrome de Budd-Chiari permanece desconocida. Clínicamente, se distinguen una forma aguda y otra crónica.
No deja de ser curioso que en la mayor parte de los casos, los tests sanguíneos utilizados para evaluar la función hepática sea normales o sólo se encuentren mínimamente alterados. Las deteminaciones de rutina de las transaminasas séricas, la biulirrubia, las fosfatasa alcalina y la protrombina son normales o casi normales. Por lo tanto, estas pruebas de laboratorio no son útiles para establecer el diagnóstico. La albúmina sérica, que se observa usualmente por debajo de lo normal debido a la ascitis no puede ser interpretada como un signo de una fallo hepático. Se han sugerido un gran variedad de pruebas no invasivas para el diagnóstico del síndrome de Budd-Chiari. Entre ellas se incluyen la sonografia Duplex pulsada, las escintigrafia coloide o con Galio, la RMN y el tomografía computarizada dinámica (*). Con esta últimas se obtienen imágenes típicas que muestran el estancamiento del medio de contraste (*). Se recomienda la venografía para identificar la implicación de la vena cava y, si es posible, la medida simultánea de la presión venosa en la vena cava y las venas hepáticas (*). Aunque muchos profesionales son reluctantes a la realización de biopsias hepáticas, la experiencia demuestra que el procedimiento de puede llevar a cabo con una muy baja incidencia de complicaciones y que facilita una información sumamente valiosa para determinar el tratamiento a seguir. ETIOLOGIA Las causas más frecuentes del síndrome de Budd-Chiari son:
Ocasionalmente tumoraciones el como el mixoma atrial o el tumor de Wilms o la equinooccosis quística o alveolar pueden simular el síndrome de Budd-Chiari TRATAMIENTO El tratamiento dependerá de como se presente el síndrome, del grado de insuficiencia hepática y de consideraciones anatómicas. La experiencia demuestra que los diferentes tratamientos quirúrgicos presentan un mejor índice de supervivencia (83%) que tratamientos más conservadores (28%) Descompresión portal: la descompresión portal es obligada. Si el diagnóstico del síndrome de Budd-Chiari se efectúa a las pocas horas de la aparición de los síntomas, el tratamiento trombolítico mediante la infusión de estreptoquinasa en la zona afecta mediante un catéter puede ser curativa. Si la obstrucción afecta un sólo tramo de las venas suprahepáticas, la angioplastía transluminal mediante el mismo catéter puede resolver el problema. En el caso de diagnósticos más tardíos, el tratamiento debe ser quirúrgico. Anastomosis hepatoatrial: la anastomosis hepatoatrial (mesoatrial) y una modificación de la misma mediante un bypass femorofemoral y reconstrucción de la vena cava, son operaciones complicadas pero que dan buenos resultados. Se han conseguido supervivencias del 76% a los 5 años y del 56% a los díez años. Además, el procedimiento puede ser combinado con una prótesis de cava . Anastomosis Portosistémica Intrahepática Transyugular (TIPS: Transjugular Intrahepatic Portosystemic Shunts): la TIPS puede ser particularmente útil para tratar el síndrome si la estenosis de las venas hepáticas no son muy extensas. Como en el casp de la anastomosis mesocava, la TIPS redirecciona el flujo sanguíneo al corazón, sorteando el hígado. Este procedimiento puede ser útil en aquellos pacientes en los que sea elevado el riesgo de una cirugía más importante ya que la TIPS se hace bajo control radiológico insertando un catéter desde la yugular hasta el hígado. Auque hay bastante ejemplos con éxito de esta técnica, al ser el diámetro de la anastomosis más pequeño que cuando es realizada por el cirujano, puede obstrurise con mayor facilidad. Aproximadamente el 40% de los pacientes tratados con la TIPS requieren una nueva intervención en el plazo de un año. Transplante hepático: el transplante ortotópico de hígado (OLT: Orthotopic Liver Transplant) es el tratamiento de elección cuando la enfermedad se encuentra en una situación terminal. La supervivencia es del 69% al cabo de un año y del 45% al cabo de 5 años. El tratamiento con anticoagulantes perioperatorio debe practicarse con precaución en particular si se debe discontinuar temporalmente (para practicar una biopsia, por ejemplo). Si la anticoagulación no está controlada adecuadamente puede haber recurrencia hasta en un 13% de los pacientes.
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Monografía revisada el 23 de Junio de 2005. Equipo de Redacción de IQB |
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