SECCION DEL PACIENTE

ARTERIOSCLEROSIS

INTRODUCCIÓN

Arteriosclerosis significa literalmente "esclerosis de las arterias" y es el término quizás más utilizado para una enfermedad de las arterias que ocasiona una regulación defectuosa de la circulación sanguínea general y local que es, a su vez, origen de otras muchas enfermedades. Aterosclerosis significa "destrucción de una zona circunscrita de la pared arterial y esclerosis de la propia pared. Ambos términos se utilizan indistintamente, aunque el primero tenga un sentido más general que el segundo.

La arteriosclerosis es responsable de casi todos los casos de infarto de miocardio, de trombosis cerebral y de buena parte las gangrenas de las extremidades inferiores. Sin embargo, la arteriosclerosis no tiene síntomas que la caractericen por sí misma por lo que es una enfermedad insidiosa. Las alteraciones que produce en las arterias consisten en un endurecimiento de la pared por destrucción y sustitución por tejido fibroso, mucho más rígido que el tejido elástico que normalmente las forma (y que les permite variar, según las necesidades, la amplitud de su luz y regular así la cantidad de sangre e las recorre), y en la aparición de nódulos que sobresalen en el interior del vaso, llamados "placas ateromatosas";

La consecuencia última de los dos fenómenos anteriores y, especialmente del segundo, en una disminución de la cantidad de sangre que puede atravesarlas. En las placas ateromatosas se forman fácilmente cóagulos hemáticos o "trombos", la luz del vaso puede verse totalmente ocluida, ocurriendo entonces un infarto. También puede ocurrir que el trombo formado o incluso un fragmento de la placa que se desprenda puedan viajar a otras arterias más estrechas en donde pueden producir una embolia

Causas de la arteriosclerosis

Los responsables directos de la aparición de la arteriosclerosis son las grasas. La pared arterial está formada por tres capas llamadas de dentro hacia afuera (*)

  • "íntima" (formada por una capa de células llamada endotelio y por tejido conjuntivo elástico) ;
  • "media" (formada preferentemente por tejido muscular)
  • "adventicia (formada por tejido conjuntivo)

Las grasas (colesterol, lipoproteínas, triglicéridos) son empujadas por la sangre hacia la pared de la arteria en el momento en que se produce una lesión del endotelio, donde son captadas por los macrófagos de la íntima (*). Esta infiltración inicia en los macrófagos la síntesis de citocinas, una proteínas que estimulan el crecimiento celular de modo aparece un proceso inflamatorio, con formación de tejido conjuntivo rígido, esclerótico, que provoca un endurecimiento de la pared vascular. Durante el desarrollo del proceso se forman en el conjunto de la pared arterial lesionada nuevos pequeños vasos que se rompen con facilidad causando ulceraciones y aumentando así el proceso inflamatorio, además de inducir, en el caso de que la hemorragia sea de cierta importancia, una tumefacción brusca y circunscrita de la pared del vaso, con reducción igualmente brusca del flujo de sangre que lo recorre. Entre tanto, la acumulación de grasas continúa, de modo que los dos procesos asociados dan lugar a un engrosamiento de la pared arterial, siendo el resultado final la formación de penetraciones limitadas de la pared del vaso : las "placas ateromatosas". Éstas, al examen directo del vaso, aparecen como pequeñas placas o estrías de color amarillento, que tienden a confluir entre sí.

La placa puede también romperse, o ulcerarse, vertiendo en el vaso fragmentos de la misma, lo que algunos llaman "papilla ateromatosa". En la placa, especialmente si está ulcerada, pueden fijarse las plaquetas que circulan en la sangre, iniciando el proceso de coagulación que más pronto o más tarde llevará a la formación del trombo, con oclusión del vaso sanguíneo. Finalmente, del trombo pueden desprenderse fragmentos .. (émbolos) que, llevados por la corriente sanguínea, van ocluir las arterias de diámetro inferior, con consecuencias más o menos graves, según la región que rieguen estas arterias. Así, pues los mecanismos fundamentales mediante los que la arteriosclerosis puede dar lugar a la aparición de accidentes vasculares graves (infarto cardíaco, trombosis cerebral, etc.), son la trombosis arterial, la embolia y la hemorragia en el interior de una placa ateromatosa.

La arteriosclerosis no presenta síntomas específicos hasta que la lesión vascular es importante. Se ha calculado que aparecen síntomas clínicos característicos sólo en el 5-10% de los individuos afectos de lesiones arterioscleróticas.

El proceso arteriosclerótico afecta con mayor frecuencia a los vasos en determinados puntos, especial mente a nivel de las bifurcaciones arteriales de mayo diámetro (*). Cuando aparecen, los síntomas están en relación con la localización de la enfermedad arteriosclerótica.

  • Cuando la localización es cerebral, pueden aparecer trastornos de la visión y dificultades del habla, disminución progresiva o brusca de la memoria, ausencias momentáneas, desorientación en el tiempo y en el espacio, fallos bruscos y transitorios de la fuerza muscular en una o varias extremidades, o de la sensibilidad cutánea a los estímulos externos, hasta llegar al cuadro declarado de la trombosis cerebral con demencia.
  • Cuando la localización es cardíaca, puede establecerse una insuficiencia progresiva de la capacidad contráctil del músculo cardíaco; pueden aparecer trastornos del ritmo de las contracciones cardíacas (extrasístoles, taquicardia paroxística, flutter auricular), pueden manifestarse dolores precordiales de tipo anginoso, si, a la lesión anatómica de las coronarias (las arterias que riegan el corazón), se superponen reflejos que produzcan espasmos arteriales; finalmente, puede establecerse un infarto de miocardio.
  • Si los vasos afectados por la arteriosclerosis son los que riegan las extremidades inferiores, pueden aparecer dolores en forma de calambres tras la marcha, engrosamiento y oscurecimiento de la piel, disminución de la temperatura cutánea y con el paso del tiempo, gangrena.
  • Finalmente, cuando la localización se produce en las arterias renales, las consecuencias pueden ser hipertensión o afectación de la función renal. La situación se hace muy grave cuando en el riñón se suma la arteriolosclerosis, es decir, la esclerosis de los pequeños vasos renales.
 

Factores de riesgo

De investigaciones epidemiológicas realizadas en los Estados Unidos por cuenta de Sociedades aseguradoras sobre decenas de miles de individuos, se desprende que el riesgo de sufrir accidentes de tipo arteriosclerótico (especialmente de infarto de miocardio) es más elevado en individuos masculinos adultos con elevado porcentaje de colesterol en la sangre, con hipertensión arterial, que sean obesos, fumadores y practiquen una reducida actividad fisica.

El porcentaje de grasas en la dieta reviste una gran importancia y la diabetes, la nefrosis y la xantomatosis, todas ellas caracterizadas por ir frecuentemente asociadas a hiperlipidemias frecuentemente van asociadas a arteriosclerosis

Entre los hombres adultos se dan con mayor frecuencia enfermedades derivadas de la arteriosclerosis. Desde hace mucho tiempo se sabe que los hombres están más expuestos que las mujeres a esta enfermedad, al menos en mediana edad. Las mujeres, en efecto, están protegidas contra ella, hasta la menopausia, después de la cual la relación entre ambos sexos se equilibra. Las personas maduras están más expuestos a la enfermedad, pero en muchos jóvenes muertos en la guerra, la autopsia a mostrado una arteriosclerosis más o menos establecida. Estudios realizados sobre niños, muertos por diversas causas, han revelado también la presencia defenómenos arterioscleróticos, incluso entre recién nacidos.

La hipertensión arterial es un factor agravante de la arteriosclerosis. Debe tenerse en cuenta, además, que la arteriosclerosis generalizada es capaz de producir la aparición de hipertensión, debido a la reducción de la elasticidad de los grandes vasos.

Existen algunas pruebas o tests de laboratorio que ayuda a predecir el riesgo de padecer arteriosclerosis. Los más importantes son la determinación de las LDL (lipoproteínas de baja densidad), de homocisteína y de ADMA (dimetilarginina asimétrica). En particular, esta última permite deducir con bastante exactitud el riesgo de padecer infarto de miocardio ictus y otros accidentes vasculares en pacientes con alto riesgo y comprobar los efectos de los tratamientos

Arteriolosclerosis y arteriosclerosis senil

La arteriolosclerosis se distingue de la arteriosclerosis, por su distinta localización. Mientras que la segunda afecta a las grandes y medianas arterias, la primera se localiza, como su nombre indica, a nivel de las pequeñas arterias, las arteriolas. Las consecuencias patológicas son también distintas: la primera consecuencia de la arteriosclerosis es una grave hipertensión que puede llegar a producir una insuficiencia cardíaca. Adicionalmente, el individuo que padece arteriosclerosis puede sufrir las comunes complicaciones de la hipertensión arterial, siendo quizás los ataques vasculares cerebrales los más importantes (especialmente, la hemorragia cerebral).

La arteriosclerosis senil es la forma más benigna de arteriosclerosis. Se origina con lentitud, de un modo paralelo al envejecimiento de todo el organismo, y está considerada como un fenómeno casi fisiológico, debido al envejecimiento de las arterias y, por tanto, a su progresiva esclerosis. No determina, en general, graves consecuencias.

 

Tratamiento

El tratamiento consiste, en primer lugar, en el control de los factores de riesgo: abstención del tabaco, reducción de la obesidad y control adecuado de la hipertensión y de la diabetes. Si el paciente muestra unos niveles excesivos de colesterol, puede estar indicado un tratamiento con alguna estatina (fármacos que reducen los niveles plasmásticos de colesterol).

Usualmente, la arteriosclerosis no se trata hasta que se manifiesta alguna de sus complicaciones. Cuando se sospecha su presencia, el diagnóstico por imágenes puede utilizarse para determinar el grado de obstrucción de las arterias. Las angiografías, la ultrasonografía y la tomografía computarizada permiten obtener imágenes de las áreas afectadas. En algunos casos, puede ser aconsejable la eliminación de la placa arteriosclerótica por medios quirúrgicos (aterectomía percutanea, por ejemplo)